miércoles, 24 de febrero de 2016

especial fernando alfaro, cap.1. el comienzo de surfin' bichos

Fernando Alfaro es un personaje clave en nuestra formación musical casi desde sus inicios. Surfin' Bichos fueron el indie antes de que fuéramos indies. Nos mostró el camino, un camino lleno de espinas, que hemos decidido revisar en el marino, en un tramposo orden cronológico que comenzará con la discografía de Surfin' Bichos, continuará con los discos de Alfaro en solitario (o con Los Alienistas) y finalizará con los 4 discos de Chucho para que den la bienvenida a Los años luz, el quinto álbum del grupo que significará la vuelta del perro rabioso en abril. Así, poco a poco, despacito y con buena letra, os iréis encontrando este repaso que será,  como siempre, todo lo subjetivo que seamos capaces de hacerlo. ¡Empezamos ya!


El comienzo de Surfin' Bichos: La luz de tus entrañas y Fotógrafo del cielo, por Manolo Domínguez.



Mi primer contacto con el grupo de Albacete fue Gente abollada en una cinta en la que grababa todo aquello que me interesaba del programa de Radio Aljarafe Ventana al Pop. No recuerdo cuál de las versiones sería, si la del EP homónimo, la del álbum o el edit del 12" Gente abollada, ni puedo comprobarlo ya que, ni tengo reproductor de cassette, ni sé dónde estarán ahora esas grabaciones, pero, dado que el primer disco que me compré del grupo fue Fotógrafo del cielo, debería ser el del 12" previo. Tal vez por eso, La luz de tus entrañas podría ser el lp que menos convence de toda la discografía de Alfaro, a pesar de tener auténticos puñales como Crisis o Malaventuranzas, nanas de las que escuecen como el vodka (El rey del pegamento) y una versión un poco descafeinada por la producción (quizás el mayor handicap de este disco, que no suena como debiera sonar) de la ya mencionada Gente abollada, una de las cumbres de toda la carrera de Alfaro.

Antes se publicaría el ep Surfin' Bichos, que nacía a partir del éxito de su maqueta Primera cebolla sónica, y que escuchado desde la distancia apunta más que dispara. Igual si les hubiera conocido con estos primeros pasos ahora estaría contando otra cosa, pero cuando accedí, años más tarde, a estas cuatro canciones, el grupo había llegado mucho más lejos y solo Gente Abollada me pellizcaba el estómago. Suficiente para sentir el dolor del interior.

Pero mi catarsis llegó con Fotógrafo del cielo. Un disco que entró en mi casa como un alud de septiembre, inundándolo todo y cambiando mi percepción de la música con 19 años recién cumplidos. El segundo disco de la banda, con la formación consolidada una vez que Joaquín Pascual toma la guitarra para acompañar a Alfaro, compositor de casi todas las canciones, con J.M. Ponce aún al bajo y Carlos Cuevas a la batería, es un hito de la música nacional y, a mi entender, el primer gran disco del indie patrio. Aquí se ilustra a la perfección la combinación de azúcar y sal, casi azufre, que siempre ha caracterizado la obra de Fernando Alfaro. Cuando tiene que herir lo hace (Ya solo el arranque con Escocido y ¿Qué clase de animal? sienta cátedra) y cuando se hace amable musicalmente (Rifle de repetición, Alud de septiembre, Mi refugio) siempre lo hace con una letra oscura, con dobles lecturas o directamente agarrando la vida por los huevos y apretando. Además, acumula hitos: Escocido, Fotógrafo del cielo, Alud de Septiembre, Dulce mal trago, Rifle de repetición o la nana negra de Mi refugio son canciones imposibles de olvidar, al menos para alguien que andaba entonces en pura transición entre los cuarenta y Radio 3, y empezaba a descubrir esa otra música que no sabía de Stock, Aitken &Watermans para sobrevivir. Fotógrafo del cielo no es el disco insignia de Surfin' Bichos, los laureles se los llevó siempre Hermanos Carnales, pero, a mi parecer, aquí hay tanto o más que en aquella obra maestra que estaba por venir.

1 comentario:

  1. La visceralidad de Surfin, tan auténtica como sentida, no se ha vuelto a dar en ningún otro grupo de pop español. Son un caso aparte y sus discos la crónica de una realidad contradictoria, distorsionada y soterrada, en la sociedad de los años 90...y por supuesto hoy en día.

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