miércoles, 31 de agosto de 2016

brockhampton, all american trash (2016)

All american trash es la mixtape con la que debuta Brockhampton, la reunión de un grupo de músicos y artistas relacionados con el universo hip hop. En él participan raperos como Kevin Abstract, Matt Champion, Merlin Wood o los productores Romil o Bearface, que (especialmente Kevin, que ya tiene un álbum publicado en 2014 a sus espaldas) ya habían adelantado su trabajo en solitario y en esta recopilación se presentan definitivamente como colectivo musical.

Pero la historia de Brockhampton se remonta a unos años atrás y una pequeña localidad estadounidense, San Marcos, donde se reune un grupo de apasionados de la música que se han conocido en distinto foros de hip hop de la red y han decidido que ha llegado el momento de empezar a trabajar juntos. Con el tiempo decidieron trasladarse a la ciudad de Los Angeles, donde han alquilado un local donde convivir todos juntos y así lograr hacer más fluido el proceso creativo que, de momento, les ha llevado a este All american trash.

Aunque una buena idea no es nada sin un resultado que cumpla dichas expectativas. Y, al menos con esta primera mixtape, podemos afirmar que lo han logrado. Las 13 canciones que conforman la cinta son un magnífico ejercicio de hip hop, trap y R'nB que, más que desordenado, suena tremendamente compacto para ser compuesto por tantas personas con sensibilidades diferentes (Brockhampton no tiene una formación concreta, pero no suele bajar de los 10 miembros). Aprovechando las publicaciones de este 2016 podríamos situar este disco en coordenadas parecidas a las de las obras más recientes de Chance the Rapper, Kanye West, Drake o Frank Ocean. Y, sin la epicidad y grandilocuencia de The life of Pablo y, sobre todo, con mucha más diversidad que el monótono Views, All american trash puede ser tan disfrutable como estos. Tiene momentos en los que su potencial melódico (aquí parece que podría tener gran responsabilidad Kevin Abstract) convierte en hits temas como Michigan, Infatuation, Palace, Breakfast o Home y, cuando se entregan a una mayor experimentalidad, lo hacen sin perderse ni divagar, hasta el punto de que todo el disco se pasa en un santiamén.

Además, han mantenido su carácter primitivo de colectivo artístico alejado de las leyes del mercado y esta primera obra se puede descargar, libreto incluido, en su propia web, donde también se puede escuchar en streaming.

Habrá que contar con All-american trash en este 2016, y seguir la pista, tanto como colectivo como por separado, de todos lo que rodea a la firma Brockhampton, una de las sorpresas musicales del año. Manolo Domínguez

martes, 30 de agosto de 2016

estrenamos una nueva canción de giorgio bassmatti

En el marino estamos de enhorabuena, tenemos el placer de estrenar una nueva canción de Giorgio Bassmatti. En un tiempo no muy lejano había canciones nuevas de Bassmatti por doquier, pero eso era antes. Después centró toda su atención en Oso Fan y las decenas de conciertos que han ofrecido. Hace unas semanas publicó un vídeo con una adaptación de Forever Young vista desde el prisma Pokemon y hoy ya podemos escuchar una nueva canción que abre una nueva etapa (como él mismo comenta, en castellano, después de utilizar el euskera en Oso Fan), Una calma, temporal:



Además, como comentó en sus redes sociales, la canción viene inspirada por la obra de una persona que en el marino sentimos muy cerca, Federico Granell. Pero mejor que lo explique el propio Bassmatti:

"La historia nace cuando Federico pone en su facebook uno de sus increíbles dibujos Moleskine hechos a boli. Nunca sabes porqué haces una canción, pero sí cuándo necesitas, tienes la necesidad de hacerla. Y este fue el caso. 

No sé si por ser ambos cantábricos, por tener cierto cariño a la melancolía y el mal tiempo interno y externo, pero la obra, el dibujo, me pedía unas letras. Y que fueran en castellano, que lo tenía algo oxidado tras estos 18 meses cantando en euskera con Oso Fan. 

Creo que también lo hice porque Granell me parece un artista supino, maravilloso, fantástico y muy sugerente en todos sus formatos. Y ya saben que la creatividad debe transmitirse, y que si ves algo que te impresiona (lienzo, concierto, fotografía) debes intentar aprovechar ese impulso y hacer algo. 

Total, que desde la foto (martes) hasta su finalización (domingo) trabajé un rato en esta demo, que inaugura "por ahora, así", un espacio de bandcamp en el que iré colgando canciones que vaya haciendo en casa y que en el futuro, quien sabe, quizás salgan con producciones más lustrosas. 

El sonido es demo, huelga decirlo, que no se tiró nada de las grabaciones :)"

Comprenderéis que todo junto se nos antoja un capricho de la vida de los que aquí nos hacen especial ilusión. Muchísimas gracias Giorgio Bassmatti por darnos la oportunidad de dar a conocer esta maravilla de canción. 

lunes, 29 de agosto de 2016

los lunes: novedades (31)

Junior Boys lanzan ep de 4 canciones 
Junior Boys lanzaron la semana pasada un ep con cuatro nuevas canciones. Lo publicaron de manera digital y en octubre estará disponible en vinilo de 12". Este ep viene después de su quinto disco, que Manolo comentó aquí.
Se trata de un ep en el que las dos primeras canciones tiran más hacia la pista de baile, y las dos siguientes más hacia la pista de tu dormitorio. En cualquier caso, un ep más que interesante.




Un nuevo 7" de No Age
Hacía tiempo que no sabíamos de No Age. Eso se va a remediar el mes que viene, cuando se autopubliquen su nuevo 7" con dos canciones, una de las cuáles ya podemos escuchar. Y es todo lo que podíamos esperar que fuera: una bomba de relojería.




Un nuevo single de Rafa Spunky
Rafa Spunky tiene nuevo cd single, avance de lo que será su nuevo disco, Mitología. Ser seguidor de Spunky es muy agradecido, porque apenas dejo tiempo entre lanzamientos, y publica en físico, autogestionandose sus propios cds y vinilos. Su nueva canción, Antes de ti, muy tecno, incide en el baile:




Purity Ring remezclan a Katy Perry
He aquí otro caso de mejorar una canción con una remezcla. Rise es el último single de Katy Perry, bastante flojo. Pero han metido mano Purity Ring y como por arte de magia ya es más interesante:

domingo, 28 de agosto de 2016

los vídeos del fin de semana (13)

El vídeo que elige Javi: This is what you came for de Chvrches
Esta semana no he elegido un vídeo propiamente dicho, sino una actuación. Una actuación de Chvrches en la BBC. En el programa de Radio 1 en el que tocan una canción suya (Bury it) y una versión. En este caso la versión es This is what you came for de Calvin Harris feat. Rihanna.
En otras ocasiones a las que han acudido al programa han realizado versiones de Justin Bieber o Justin Timberlake.
This is what you came for vista por Chvrches se convierte en una canción muchísimo mejor que la original (que es uno de los singles más flojos de Calvin Harris), mucho más sutil e interesante, en la que no hace falta tirar de subidón subidón a toda costa. Por cierto, la cuarta Chvrches en esta grabación es Clara Amfo, locutora de Radio 1.




El vídeo que elige Manolo: Subways de The Avalanches
El trabajo de Mrzyk & Moriceau para el clip de Subways, probablemente la canción más bailable de Wildflower, actualiza la psicodelia setentera en un surrealista clip animado que transcurre en el metro de Nueva York y que le viene que ni pintado al nuevo single de The Avalanches. Cuatro minutos en los que perderse en los cientos de detalles y personajes que muestra entre la fauna underground neoyorquina.

miércoles, 24 de agosto de 2016

especial albert pla: discografía, pt. 2 y final

Veintegenarios en Alburquerque (1997) Finalmente, el consejo de expertos de Ariola se reunió en sesión extraordinaria (o así lo imagino yo) y decidió que sí podía salir a la calle el "transgresor" Veintegenarios. Pero para entonces Albert Pla ya tenía esas canciones más que superadas y asumido ese papel de artista chistoso que, en una vuelta de tuerca incomprensible, le hace decidir grabarlo como un falso directo en la ciudad de Alburquerque con un público pregrabado que solo hace ensuciar las canciones. Además, las letras son más obvias y menos acertadas (la historia de Marcelino, el niño cagado, es muy de brocha gorda, La dejo o no la dejo -la canción de la polémica- es más efectista que sorprendente, El camión de la basura parece buscar esconder con eso del "después de corrernos" una letra de lo más cursi, Mañana lo dejo da hasta vergüenza con esos dobles sentidos dignos de las peores chirigotas o Qué más da si da o no da se coloca al nivel del Fallo positivo de Mecano) y las colaboraciones (aparte de situarle en un nuevo plano que anda muy lejos de aquel con el que surgió a finales de los ochenta) embarran aún más unas canciones que ya han sufrido demasiado con eso del falso directo. Al final, casi que me quedo con dos, un rescate como ese Veintegenarios que ya brillaba en Aquí s'acaba el que es donava, y la melodía del Gallo Montenegro, que parecen de lo salvable de un disco más que fallido.

Igual tenía razón el sello al intentar impedir su publicación, pero no por las razones que esgrimieron.

Anem al llit? (2002) Cinco años después de Veintegenarios, Albert Pla vuelve con un disco de nanas, con 8 de los 10 cortes interpretados en catalán, y con un espíritu mucho más cercano a sus dos primeros discos que al personaje que se creó a partir de la versión de Walk on the wild side y los chistes de Jaimito de su cd anterior. Y el resultado no puede ser más positivo en lo artístico. Se acaba el humor chusco y aparece de nuevo el intérprete introspectivo que susurra sus historias a un público al que obliga a disfrutar de la música por encima de la gracieta.

Aquí se vuelve a disponer una instrumentación de mínimos recursos y máxima elegancia, que acompaña a Pla sin ahogarlo y reforzando lo delicado de su personaje. Y las melodías son todas preciosas. Hasta la versión de Qualsevol nit pot sortir el sol cobra entre el resto de nanas una fragilidad especial.

Anem al llit? es teóricamente un disco para niños y así se presenta, pero aunque más contenido, sigue teniendo esa doble lectura que tiene el mejor Pla y esa irónica puesta en escena. El problema es que su disco inmediatamente anterior junto al personaje creado en conciertos y su aparición en Airbag, el exitoso film de Bajo Ulloa, abrió unas puertas que no andaban muy interesadas en la cara menos extrovertida del artista, y no terminó de asimilar esta vuelta a los orígenes.

Cançons d'amor i droga (2003) El año escaso transcurrido entre Anem al llit? y este homenaje a Pepe Sales no debió ser casual. El formato de nanas no parecía muy exportable y el músico es consciente de que tiene que vender otra cosa en directo para seguir siendo el mismo. Y nada mejor que recuperar el repertorio inédito de este poeta y músico maldito, de forma análoga a como antes ocurrió con Josep María Fonollosa, para organizar su nueva propuesta escénica. Y, ¿para asegurarse repercusión?, se apoya sobre el escenario de la dj Judit Farres, que aparece sobre las tablas completamente desnuda (solo ella, él no). Y ahí nace, primero como obra teatral, Cançons d'amor i droga, el catálogo más heterogéneo de la discografía de Pla, que va de lo experimental al ruidismo de toques industriales, de Gainsbourg a Reed o del rock cazurro a lo introspectivo con una facilidad pasmosa, igual influenciada por las diversas colaboraciones de artistas afines.

Y, aunque el repertorio original de Pepe Sales fuera en catalán, en el doble cd aparecen hasta doce temas traducidos al castellano (curioso como Meritxel del cd1 se convierte, en castellano, en Adelaida), tal vez para no cerrar fronteras, en un disco que funcionaba mejor sobre las tablas que en el salón de casa. Sin duda alguna, nos quedamos con la cara que mostró en Anem al llit? que con la de estas canciones de amor y droga, que deja un trabajo curioso y con alguna que otra sorpresa (Meritxel y su épica a base de cuerdas funciona, la cara suave de Vallclara nos deja al Pla de siempre, en Lefa'm parece Gainsbourg cantádole a BB y Viva Espanya transita por los mismos derroteros que los extremoduro de un Robe aquí presente), pero que no termina de ser lo que esperamos del artista.

La diferencia (2008) 5 años después de Cançons d'amor i droga y con un disco en directo mediante (vida y milagros, 2006), aparece la diferencia y, con él, de nuevo el Pla más prescindible. De nuevo el chascarrillo le gana a la metáfora inteligente y lo obvio a lo sugerente.

Aquí recurre a lugares ya visitados como la rumba en La diferencia o Fantasma, o pruebas nuevos sonidos como los aires fronterizos de La colilla, pero con historias intrascendentes y llenas de tópicos tan burdos como un gotelé. Todo, desde la letra de Hongos o el relato vergonzoso de La colilla hasta la fiesta chusquera que cierra el disco con Juerga Catalana o la chorrada del Corazón perdido, denota una búsqueda del éxito por la vía fácil, que no exige sino que se acomoda. Albert Pla ha asumido, de una vez por todas, que es un autor humorístico y ya no se resiste a ello. Pero el problema no es ese, sino que entre Faemino y Cansado y Los Morancos él se ha decantado por los últimos.

Y creo que sin esas letras tan flojas igual se hubiese salvado el disco, porque las canciones, más festivas e inmediatas, en realidad funcionan, pero es difícil, muy difícil, abstraerse. Yo, si me apuran, solo lo consigo con Ciego, el pseudo-homenaje a Manu Chao de Soñando y poco más. Y eso si me apuran.

Somiatruites (2011) Y tras el desastre, la resurrección. Albert Pla recupera el concepto de Anem al llit? y se hace acompañar de Pascal Comelade (que ya participó en La diferencia) para hacer posible este Somiatruites, que fue su espectáculo en directo de 2011 y este doble cd que le devuelve a la primera línea del frente. Bajo el concepto de los sueños, o de aquello en lo que se piensa antes de dormir, Pla pone letra a la música del genial Comelade, que combina a la perfección con la imagen más frágil del catalán, y graban un disco separado en dos partes, una primera en catalán y otra en castellano, donde la delicadeza vuelve a hacerse protagonista tras el fallido cd anterior y sublima lo que ya era más que interesante en su disco de 2002. Canciones entre la nana y lo arrabalero, que tienen el sello indiscutible de Pascal Comelade y la personalidad del Pla que prefiere evocar o insinuar a mostrar abiertamente, que es irónico, frágil y brillante. Dos genios que parecen uno solo de lo compenetrados que se muestran en este proyecto, no exento de momentos menos brillantes (casi todos en el cd en castellano -Adios terrícolas, Somiatruites-), pero con mayoría de aciertos (Ple, Insomni o Todo es mentira a la cabeza).

Y lo que no se entiende al escuchar el disco es cómo estas dos figuras no se han cruzado antes en sus vidas. Pero ambos lo cuentan en una entrevista realizada con motivo de su concierto en Barcelona para presentar el proyecto. Albert llamó a Pascal diez años antes y quedaron en el Café Royal de Figueres. Sin embargo, confundieron el día y cada uno se presentó uno distinto, esperando al otro sin que apareciera. Y así, la conversación se atrasó sin fecha y lo que no fue se convirtió, una década después, en lo que es Somiatruites: Un disco al que solo Ho sento molt y No solo de rumba vive el hombre le tose en la discografía de Albert Pla.

Y ahora a esperar nuevas buenas del cantautor iconoclasta (como gusta de llamarlo a una prensa que prefiere fijarse en sus declaraciones y chistes que en la necesidad de su discografía) con la ilusión de que no se pierda la inspiración y siga siendo tan imprescindible como sus mejores momentos.

Manolo Domínguez.

3 discos de 2015 para disfrutar en el verano de 2016

Aunque en verano tendría que haber pocas novedades, este está siendo especialmente productivo (Shura, Wild Beasts, Frank Ocean, Ólafur Arnalds). Aún así, yo lo estoy aprovechando para seguir escuchando algunos discos de 2015 que siguen mereciendo atención por mucha novedad que se imponga. Por ejemplo, estos tres, los últimos de New Order, Chvrches y Carly Rae Jepsen. Todos ellos aparecieron en la lista de nuestros favoritos del año pasado, en mejores o peores posiciones (el peor parado fue el de New Order, número 20), y todos ellos merecen seguir sonando en nuestras casas o en cualquier sitio.

New Order: Music Complete El disco de estos tres en el que Manolo y yo, si me apuras, más disentimos. Manolo cree que aún siendo entretenido, tiene momentos que no están a la altura. Yo opino que es un disco mucho más que entretenido, disfrutable en su totalidad, y con canciones que pueden pasar a un greatest hits del grupo y salir muy bien paradas. Además, el álbum sigue vigente, ya anda por su cuarto single físico y también se han publicado las extended version de todas las canciones en un doble cd llamado Complete Music. Por si fuera poco, es ideal para esta época del año, y los desplazamientos a lugares como el mar, por ejemplo.



Chvrches: Every open eye También perfecto para el verano, Every open eye sigue siendo el increíble disco de un grupo en estado de gracia, un chute de adrenalina y optimismo digno de estudio. Ya comenté aquí la maravilla que me parece (10/10), maravilla que se ha visto incrementada con una nueva canción (Warning Call) en su versión extended recién publicada.

Carly Rae Jepsen: Emotion Emotion fue nuestro número 1 en discos internacionales el año pasado. Un disco que ha ido creciendo más y más cuántos más meses han pasado, una verdadera joya. Pero es que además, en las sucesivas ediciones y anexos del álbum (versión deluxe, disco de remixes), hemos ido encontrando canciones nuevas (atención a First time) que nos han seguido maravillando.
Por si fuera poco, este mismo viernes verá la luz Emotion Side B, en el que nos encontraremos más canciones inéditas. Que no pare la fiesta y el baile. Aunque sea en nuestro salón. 

lunes, 22 de agosto de 2016

shura, nothing's real (2016)/escuelas pías, nuevas degeneraciones (2016)

El personaje que Shura interpreta en el clip de What’s it gonna be? no es precisamente el de la chica popular del instituto. El que muestra en las fotos de su instagram, en casa con su gato, jugando a la play-station en el sofá, haciendo skate o mostrándose fan de Star Wars, tampoco. Shura no vende una imagen de popstar sino todo lo contrario. Y en Nothing’s real, su álbum de debut tras cinco singles inconmesurables, repartidos en casi tres años, no es ese catálogo de ego, lujo y diversión que podría esperarse de alguien que musicalmente se relaciona con estrellas como la propia Madonna. Ella, ni es, ni va de eso.

La foto de la carpeta interior del disco, donde aparece en el suelo de su habitación, en la que hay una tabla de skate, vinilos en la estantería, una doble pletina y un televisor de los pequeños con culo sobre la alfombra, un dinosaurio entrando por la puerta y un agujero en la pared desde el que se ve el espacio exterior con sus estrellas y planetas, parece que refleja a la perfección esa intención de desmarcarse del tópico evidente de estrella del pop que venden las redes sociales. Shura, más que alguien a quien admirar (que lo es) es una de los nuestros. Te la imaginas más en una tienda de cómics que en una fiesta de alto nivel, comprando discos de segunda mano más que dando su nombre a colonias o joyas y jugando a videojuegos online mejor que en el palco de la Super Bowl. Es una infiltrada en el reino de los ganadores. Nuestra infiltrada.

Y el resultado no puede ser más disfrutable. Aquí están casi todas las canciones que nos hicieron adorarla (de sus adelantos solo falta Just Once, solo publicada en un 12” que se regaló en sus conciertos) y los temas nuevos no defraudan en absoluto. Su identificable estilo, forjado a través de los guiños y admiraciones que ella misma ha tratado de acercarnos gracias a esta playlist que compartió con las canciones que le han inspirado a la hora de componer (en la que no faltan Whitney Houston, Kylie, Madonna, Fleetwood Mac o artistas más actuales como Chvrches, Britney, y a los que yo añadiría ídolos del pop mainstrean como Charli XCX, Ladyhawke o Carly Rae Jepsen), no serviría de nada si lo que ofrece no estuviera a la altura. Y esas dudas (si las hubiera) se desatan en cuanto escuchas Nothing’s real o What’s it gonna be?, dos hitazos imponentes que se cuelan casi al principio para poner las cosas en su sitio. Dos ejemplos de un disco de synthpop tremendo de principio a fin.

Sensaciones parecidas me reporta Nuevas degeneraciones, el disco de Escuelas Pías, que evoca desde su título a todos esos perdedores que hemos aprendido a pasar por la vida tratando de no mostrar del todo que lo somos, conviviendo con nuestros fantasmas en un mundo que nos es en parte ajeno pero en el que nos hemos acostumbrado a convivir con los demás. No es un álbum adolescente, de amores imposibles y desamores pasados como el de Shura, pero podría ser el de alguien que una década antes hubiera pasado por todo aquello. Desencantado pero acomodado en ese desencanto. Y por eso es menos inmediato. Incluso menos inmediato que el ep previo publicado por Discos Imaginarios. Aquí están las mismas referencias que siempre han acompañado a Davis y Cristian tanto en Escuelas Pías como Sundae (The Radio Dept., la OMD de Souvenir, Trembling Blue Star o el synthpop español, de Astrud a Algora) pero se le han unido otras (Slowdive y todo el sonido 4AD, A Sunny Day in Glasgow, los Cure más introspectivos…) que consiguen darle un poso de profundidad al conjunto de las canciones, algo que también se refleja en las letras, más crípticas y oscuras, en las que las evidencias son menores (las historias de ese niño de papá con mucho tiempo para malgastar ya no son tan claras) pero logran evocar más. Te dejan con muchas dudas en el cuerpo y cierta inquietud. Sin embargo, aunque Nuevas degeneraciones se entregue a la contemplación, no olvidan las melodías y estribillos certeros, como los de Los márgenes o Sierras, y las guitarras infecciosas de La ciencia del iluso, la más hit del disco, en la que se aceleran hasta acercarse más al noise de toda la vida que al dream pop que parece dominar el cd, conformando un álbum que presenta dos caras, una más reflexiva y oscura y otra más amable.

Y la casualidad ha querido que ambos álbumes, tan diferentes pero con tantas cosas en común, y tan esperados ambos por mí, salgan a la calle el mismo mes, en un julio de un calor sofocante que invita a pasar el día con la relajación de Nuevas Degeneraciones y la noche junto a la efervescencia post-adolescente de Nothing’s Real. Dos de mis discos preferidos de lo que llevamos de año, tanto por motivos estrictamente musicales como personales; los que me llevan a identificarme con el de Escuelas Pías y añorar los tiempos de Shura. Manolo Domínguez

domingo, 21 de agosto de 2016

los lunes: novedades (30)

La vuelta de Frank Ocean
Obviamente, este ha sido el fin de semana de Frank Ocean. Si el viernes compartió vía AppleMusic esa especie de video-mixtape que es Endless (y que, todo sea dicha, nos pareció un poco prescindible) y ayer adelantó el vídeo de la primera canción de su segundo disco oficial (que al final no se llama Boys don't cry sino Blonde), hoy le ha tocado a todo el álbum. Y nosotros intentando digerirlo como podemos, de momento nos atrevemos a decir que Nikes es un temazo como la copa de un pino, convincente, moderno y con mensaje. A la altura de lo que esperábamos de él. De Blonde al completo ya hablaremos, que aún estamos asimilándolo.



Una nueva canción de Neleonard
Antes de que se termine el verano se pondrá a la venta el primer disco de Neleonard, Las causas perdidas. De ese disco ya conocemos la genial Coger frío, y ahora podemos escuchar también esta Mariadel, otra canción fantástica que hace que Las causas perdidas sea uno de los discos que más esperamos en el marino:

sábado, 20 de agosto de 2016

el vídeo del fin de semana (12)

Activamos de nuevo el marino, después de unos días en blanco. Y lo hacemos con este nuevo video clip de una de las canciones que más estamos escuchando este verano. Se trata de la canción que el componente de PC Music Danny L Harle ha realizado junto a nuestra adorada Carly Rae Jepsen.
Una canción totalmente maravillosa, de las que te cambian el humor tras su escucha.
El vídeo, que se desarrolla en una casa (ríete tú de la de la Campos), destaca por el tremendo magnetismo que desprende Jepsen:

lunes, 15 de agosto de 2016

especial albert pla: discografía, pt. 1

Ho sento molt (1989) Albert Pla gana en 1988 la cuarta edición del Certamen Nacional de Cantautores, y una de las canciones que interpretó allí, El llegat del pastor, conseguía el premio a la mejor canción. Y lo ganó con una propuesta absolutamente original, rompedora, llena de dobles lecturas y hermosamente descarnada. Su puesta en escena debió suponer, a su escala, algo así como aquel día en el que Bob Dylan cogió una guitarra eléctrica para cambiar el rumbo de la música.

Al siguiente año PDI publica su álbum de debut, el que a día de hoy es mi preferido de toda su discografía. Ho sento molt, el primero de sus lps en catalán, muestra al Pla más poético, el que escupe su ironía con la inocencia de un niño. Un dulce veneno que sabe a gloria y escuece mientras baja por el esófago. Desde esa aparente fragilidad que propone su voz va creando un universo que parece buscar la belleza a partir de un discurso tan efectista como incorrecto. Cantar al amor desde la escatología, criticar el tópico catalanista a través de la figura del hijo torero o encontrar poesía en una violación no es algo fácilmente digerible, que solo funciona si uno se sumerge en su mundo y se empapa de él. Yo lo hice con No solo de rumba vive el hombre, el primer disco suyo que encontré y fui realizando el camino inverso para llegar a esta obra mayúscula donde todo es de una belleza cegadora. La que emerge de su voz al borde del lamento, que se ha convertido en su seña más evidente de identidad.

Aquí s'acaba el que es donava (1990) Solo un año después, quizá con demasiadas prisas, se publica el irregular Aquí s'acaba el que es donava. 8 canciones que no llegan, ni lírica ni musicalmente, al nivel de inspiración de su anterior, especialmente en las cuatro primeras, las que conforman su cara A. Las historias que aquí se relatan tienen bastante menos de rompedoras y el discurso se vuelve algo menos fatuo, si bien su cuatro últimas canciones, donde se busca la belleza de lo nostágico en El quarto dels trastos, se entrega al amor no correspondido en La gran cascada, se retrata a esa descomprometida sociedad del bienestar que se vendió justo antes de las olimpiadas y la Expo del 92 y se cierra con una crítica a la iglesia ejemplificada en el pollón del cura, salvan un disco más que digno pero que nace con el handicap tanto de lo que precedió como de lo que vendría después.

No solo de rumba vive el hombre (1992) No sé exactamente cuál es el motivo por el que Albert Pla abandona el catalán (en alguna revista del momento leí que por el hastío frente a cierta intelligentsia catalana que no terminaba de comprender su forma de escribir, también podría venir motivado por el paso de PDI a BMG Ariola), pero lo cierto es que el cambio de idioma le permitió ampliar las fronteras de su público y "universalizar" su discurso. Aunque nada de eso hubiese ocurrido No solo de rumba vive el hombre no fuera la obra maestra que es. Un disco donde Pla utiliza la rumba para deformarla y deconstruirla a su antojo, gracias, entre otras cosas, al elenco del que se hizo acompañar para la grabación, con músicos de la talla de Carles Benavent, Pi de la Serra, Chicuelo o la producción de Pep Bordas, que logran un sonido brillante y cálido que le viene de perlas a un cantante que cada vez interpreta mejor, con registros más teatrales y efectivos.

Y las canciones, todas magníficas, desde la Carta al rey al Enterrador de cementerios, del Bar de la esquina a Joaquin el necio, del Sol de verano a la dama de la guadaña... Historias de perdedores que se revuelcan en su mierda hasta convertirla en ternura. Historias que, junto a las de esa otra obra mayúscula que es el Cantecito de Kiko Veneno nos regala un 1992 abarrotado de superhéroes (o antihéroes) de barrio para enamorarnos de sus defectos y sus obsesiones. Un disco para toda la vida de un artista en un estado de gracia irrepetible.

Supone Fonollosa (1995) La continuación a No solo de rumba debería haber sido Veintegenarios, pero BMG decidió que La dejo o no la dejo podría inducir a cierta apología del terrorismo y le secuestró el disco a la espera de tomar una decisión. Así que el cantautor, mientras dirimía con el sello, planteó una solución alternativa y acertó de pleno, porque la reivindicación del poeta Josep María Fonollosa no podía venirle más al dedo. Los protagonistas del escritor se hermanaron con pasmosa sencillez con los que ya forman parte de la discografía de Pla y convivieron juntos con la más absoluta normalidad. Y las adaptaciones musicales no podrían ser más acertadas. La voz ya no es tan delicada, o no siempre lo es, y la instrumentación, para la que siguió contando con músicos como Pep Bordás o Carles Benavent, menos cohesionada (hay canciones donde derivan a las rancheras, en otras parecen apuntarse al espíritu grunge del momento y en la versión de Lou Reed mantienen la influencia de la rumba que spiró todo el disco anterior) pero igual de preciosista y eficaz. Tal vez se pierda en parte la magnificencia del disco anterior, pero el acertado protagonismo de las palabras de Fonollosa completan otro disco de sobresaliente, donde Añoro (el único tema con letra y música de Pla en el cd), Devoro, Maldita ciudad o la épica de No quise hacerle daño pone los pelos de punta como cualquiera de Ho sento molt o las mejores de No solo de rumba. De nuevo tenemos a un gran Pla.

Además, para asegurarse el éxito, incluye la aparentemente innecesaria revisión de Walk on the wild side que, a la postre, se convertiría en el tema más comercial de toda su trayectoria y un clásico ya de su carrera.

Manolo Domínguez

domingo, 14 de agosto de 2016

los lunes: novedades (29)

Todo lo que canta Carly Rae Jepsen se convierte en hit
Emotion sigue sonando en las casas de los marinos tiempo después de su publicación. Un disco totalmente alucinante (por algo fue nuestro disco favorito de 2015). Ahora, Carly Rae Jepsen colabora en el nuevo single de Danny L Harle de PC Music y es un hit tremendo y eufórico que vamos a escuchar y disfrutar mucho este verano:




El nuevo single de Beck sigue siendo de Guau
Camilo Lara anda últimamente con sus Mexrrissey (que es uno de nuestros discos favoritos de este año), pero también tiene tiempo con Mexican Institue of Sound de remezclar a Beck y su single de este año Wow. Wow fue una de nuestras canciones favoritas en primavera y ahora lo es también en verano:






Una nueva canción de The Royal Landscaping Society con motivo de los Juegos Olímpicos
Royal Landscaping Society estrenan canción para incluirla en el recopilatorio que Beko ha publicado con motivo de la celebración de los juegos olímpicos. Y en él nos encontramos con un sonido tan deudor de Kraftwerk en la base rítmica como de The Field Mice en la melodía vocal. Una canción que insiste en los parámetros de su minilp de debut y demuestra que siguen en forma. A celebrarlo con medalla.

los vídeos del fin de semana (11)

El vídeo que elige Javi: Good summer de Kate Nash
La inglesa Kate Nash se dio a conocer a mediados de los 2000 con un debut que estaba repleto de canciones pop adorables que por muchos años que pasen siguen vigentes (Foundations, Mouthwash, etc). Su último disco, en 2013, la mostraba más fiera y guitarrera, pero en este 2016 vuelve con otro himno eufórico que habla del verano inglés. Un hitazo increíble y un vídeo en el que es imposible que no te entren ganas de levantarte y ponerte como un loco a bailar:



El vídeo que elige Manolo: Olympic Village, 6AM de Belle & Sebastian
Olympic Village, 6 AM, el tema que Belle & Sebastian han dedicado a los juegos olímpicos es, sí, una canción menor. Un instrumental que sabe a banda sonora, a optimismo y a cara B de la época Jeepster del grupo. Es decir, que sabe a gloria, que se disfruta y que te mete las ganas en el cuerpo de salir a hacer deporte... o a verlo desde el sofá del salón.

viernes, 12 de agosto de 2016

recordando canciones: november rain, guns'n'roses (1991)

November rain por Amaya Granell:




November rain por Manolo Domínguez:

1992 fue en España el año de los juegos olímpicos de Barcelona, y en Sevilla el de la Expo, el año en el que la ciudad jugó a ser lo que realmente no era, una ciudad de referencia mundial en el ámbito social y cultural. Con motivo de la exposición universal se habló incluso de reunir a The Beatles para una actuación en Cartuja que, o no existió y fue solo un gran bulo o no fraguó. Sí fue sin embargo una realidad la serie de conciertos Guitarras legendarias que en cinco días reunió a B.B.King, Paco de Lucia, Phil manzanera, Roger Waters, Joe Satriani, Steve Vai o Brian May entre muchos otros, y que yo imagino como un tostonazo de dimensiones considerables. O la presencia de Jean Michel Jarre en un espectáculo creado para la ocasión en el lago del recinto de la Expo. Por aquella época yo ya relacionaba su música con lo hortera y pasé de comprar entrada (a precio desproporcionado) o intentar colarme, como parece que hizo mucha gente, ya que el espacio desde el que se desarrollaba era tan amplio que fue imposible de acotar correctamente.

Pero no solo dentro del marco de la Exposición se celebraron conciertos en Sevilla ese año. El estadio Benito Villamarín también fue sede de noches memorables, e incluso del fallido intento de ser una de las fechas del Dangerous Tour de Michael Jackson, que finalmente suspendió, aparentemente por dudas de la organización sobre la seguridad del recinto. Sin embargo, sí que se celebró, un 30 de junio, la gran noche del Rock con Guns’nRoses, Faith No More y Soundgarden y entradas a unas 4.500 pesetas que me alejaron de poder asistir. Yo nunca he sido fan de ninguno de los tres grupos, pero sí tenía curiosidad por formar parte de aquella velada que a buena parte de mis compañeros de facultad les tenía obsesionados. Recuerdo perfectamente como desde casa, al igual que cuando el Betis marcaba algún gol, se escuchaba el murmullo de lo que sucedía a un par de kilómetros. Y si miraba desde la calle observaba el estadio completamente iluminado, como en los mejores partidos del equipo, mientras yo moría de envidia por no formar parte del evento del verano en la ciudad. 

Guns’n’Roses por aquel entonces aún no tenían tan claramente asociado el sambenito de lo hortera. Sus camisetas solo se veían entre los heavies y no en los festivales modernos de electrónica o las estanterías de Inditex, y la imagen de Axl y Slash no daba (tanta) pena como ahora. Acababan de publicar su obra magna, el eterno (por lo largo) Use your illusion I & II, cuyos volúmenes se podían comprar por separado en una de las estrategias de mercado más incomprensibles que he vivido jamás, y habían trascendido el mundo de rock o el heavy más blandengue para llegar a todo el público en general. Sus temas más animados hacían que los más duros vibrasen como Dios manda y sus baladas enternecían al pijerío más estandarizado, el de los snoopys, los polos pasteles y los levi 501 super-remangados. Además, aún no había explotado del todo el grunge, que los empujaría de golpe y sin remisión al fango de lo rancio, y aún eran unas absolutas estrellas. Por eso había que verles, y yo sin embargo me lo estaba perdiendo. Al día siguiente, sorprendentemente la comidilla, más que en la actuación de los cabeza de cartel, estaba en la lluvia de latas y botellas que le cayó a Mike Patton, el cantante de Faith No More, cuando empezó a pedirle a gritos al público que les tiraran latas de cerveza hasta hacerle daño. ¡Más cosas ahora! ¡Más cosas! repitió hasta que todos los espectadores se quedaron sin bebida en las manos y el escenario se convirtió en el suelo de la plaza del Arenal tras el botellón de cien fines de semana sin recoger. Una experiencia que, para la juventud rockera, significó casi más que las propias canciones que interpretaron. Una lluvia de noviembre en la que en vez de chuzos de punta volaron latas de cruzcampo.

Pero lo peor fue cuando empezaron a contarme como durante todo el día, en los alrededores del estadio, en los programas de radio locales, en las sedes de los periódicos y casi en todas las esquinas de todas las calles de la ciudad, se regalaron cientos o incluso miles de entradas para disimular la baja taquilla conseguida. Yo, con toda mi envidia en mi habitación, pensando lo que debería ser poder contar a mis nietos algún día que yo estuve allí, mientras la mitad del aforo había entrado completamente gratis. Menos mal que al año siguiente se pasó Radiohead por la ciudad y de eso sí que puedo presumir por haber estado.

jueves, 11 de agosto de 2016

pj harvey y beyoncé: desmontando nuestros números 1

En el marino no existe una línea musical común. Javi y Manolo no siempre coinciden en la música que prefieren. Es más, casi nunca lo hacen. Javi odia buena parte de lo que Manolo pone por las nubes y Manolo no soporta a los grupos de cabecera de Javi. Eso es así de siempre. Desde antes de que se conocieran. Y 2016 no iba a ser una excepción. Ambos llevan desde hace meses discutiendo porque no llegan a un acuerdo con sus números 1, el Lemonade de Beyoncé y la continuación a Let England Shake de PJ Harvey. Y lo último ha sido prometerse ambos una escucha con cierto cariño del uno del de enfrente y exponer en un correo los pros y los contras. Y siguen igual, sin llegar a un acuerdo, pero al menos ha dado para esta chorrada de texto:

Javi escribe a Manolo

Querido Manolo,

Sería justo que antes de nada pusiéramos las cartas encima de la mesa. No soporto a Pj Harvey. No es que no me gusten sus discos o algo parecido, es que no la aguanto. Es algo que tengo dentro (muy dentro) y contra lo que no puedo hacer nada. Es algo que se gestó 15 años atrás, en el Festival Internacional de Benicàssim de 2001. Después de 5 días increíbles y agotadores, mi cuerpo dijo basta, y a lo largo del domingo del festival fui incubando unas fiebres que llegaron a todo su esplendor por la noche, como siempre ocurre. Quiso Dios que en el momento más alto de los delirios estuviera viendo el concierto que Pj Harvey ofrecía en Benicàssim. Algo caprichoso y tal vez inesperado, pero algo que ocurrió, al fin y al cabo. No sé que mecanismos llevó a cabo mi mente mientras mi cuerpo se debatía con la enfermedad, pero si hay algo que no junta bien es la fiebre y las canciones de Pj Harvey. Esto es así Manolo.
Desde esa misma noche, no puedo escuchar sus discos ni prácticamente oír hablar de ella. Yo no soy nada rencoroso, pero he llegado a la conclusión de que mi cuerpo sí.

A pesar de todo esto que te explico, me ha parecido oportuno acceder a tu propuesta. De una vez por todas tengo que hacer frente a esta manía y fijación que tengo dentro de mí. Así que me dispongo a buscar su último disco en spotify y a darle al play.
Nunca pensé que Pj Harvey podría tener una canción así, tan pop. Esto no es la clase de canción que sonaba en esa noche de marras. The community of hope se puede cantar, tiene estribillo y una melodía chula. Y además es cortita. Me gusta, quién me lo iba a decir.
Mal seguimos, !qué vientos tan irritantes los de The ministry of defense!, y del tono de voz de A line in the sand prefiero ni hablar. Algo me decía que todo no iba a ser como The community of hope.
Intento ser abierto de mente, y aunque con los años uno cada vez es más cabezón, intentar afrontar las cosas que tengo atascadas, pero hay veces que es difícil. Los aires fronterizos con coros que anuncian el fin del mundo nunca han sido lo mío, y Chain of keys tampoco me gusta.
Pide un deseo Manolo, otra que me gusta. Las guitarras en segundo plano y el ritmo sinuoso de River Anacostia me llaman la atención, aunque el patrón de coros que ya están empezando a abundar no me gusta un pelo. Near the Memorials To Vietnam And Lincoln tampoco me atrae aunque The orange monkey me parece interesante. Creo que es tipo de canción que si me gustara Pj Harvey acabaría flipando mucho. No sé si esto último se me entiende o si después de lo que te he contado en el primer párrafo resulta confuso. Medicinals me deja indiferente, la verdad. Y otra vez los vientos me resultan irritantes en The ministry of social affairs. El final del disco tampoco consigue atraparme (aunque Dollar, dollar es bonita) y yo ya no sé si es que me he montado una película de la que no puedo salir o es que realmente no me gusta la música de Pj Harvey.





Manolo, no podrás decir que no lo he intentado. Pero creo que The hope six demolition project no va a ser el disco de mi vida

Manolo escribe a Javi

Javi, uno siempre debe ser de Beatles o Stones, de Chanclas o Mojinos Eskozíos, de Oasis o Blur, de Madonna o Gaga... de Beyoncé o Rihanna. No se puede ser de las dos como no se puede ser del Betis y del Sevilla o del Madrid y el Barça. Aún así le vamos a dar otra oportunidad a tu disco preferido de este 2016: Lemonade, escuchándolo de nuevo y dándote mi opinión a medida que avanzo.

Empiezo con Pray you catch me. No soy muy de baladas mainstrean, pero esta no me pide saltarme la canción. Los tres minutos se pasan en un santiamén que saben a intro y a acierto. Igual la mano de James Blake influye. Y Hold up mantiene la línea, pero tiene esa letra de completa sumisión que encaja taaan mal con un personaje como el de Beyoncé... Lo que ocurre es que la realidad muchas veces tiene poco que ver con la ficción, supongo. Y de pronto, Don't hurt yourself. Me parece una salida del tiesto curiosa. A mí ella y Jack White me parecen como el agua y el aceite. No mezclan. Habrá quien hable de no encasillarse, a mí me sobra la canción.

Sorry sí es hit sin discusión. Y la letra es un vuelta la mula al trigo que pierde toda su fuerza porque la realidad no parece reforzarla sino todo lo contrario. Así que paso ya del carácter monográfico del disco porque no me lo creo. Aunque igual los tontos somos nosotros pensando que todo lo que se cuenta es autobiográfico. Yo que sé. El caso es que Sorry me parece La Canción de Lemonade.

Tras ella, 6 inch me sabe a poco. Será que yo soy más pop, y aquí ni Weeknd me da la fuerza melódica que a mí me gusta que tengan las canciones. Solo ese arranque final me convence del todo.  Y detrás Daddy lessons que me aburre muchísimo. Entre el Country y el AOR para llevarme a la más absoluta desidia. De las de saltarse para llegar pronto a Love Drought. La típica canción que esperas que estalle en cualquier momento. Y no lo termina haciendo y así funciona incluso mejor. Otra de las buenas.

Sandcastles y Forward son dos canciones que parecen una. No he atendido a la letra (ya como que me da igual) pero da la impresión de que se trata de un diálogo entre ambos que, vale, sí, pero no es para tanto. Prefiero cualquier canción de James Blake a esta colaboración.

Freedom también reclama su puesto en el Olimpo, pero conmigo va a ser que no. Toda esa fuerza y autoridad no me dice mucho. Y como Kendrick Lamar no es santo de mi devoción, pues ya está. Algo más me gusta All night, aunque me cuesta entrar en las canciones con deje raggamuffin.

Y para cerrar Formation. Ese trallazo con aires de  reivindicación racial que cuesta tomarse en serio porque no va acompañado de una reivindicación de clase que le pilla muy muy lejos. Eso de soy negra, rica y te jodes, como que a mí me dice poco. Al menos, no mezcles en la misma canción reivindicaciones sociales con privilegios de clase. Por disimular, vaya. Eso sí, musicalmente tiene una fuerza brutal, así que ahí no me quejo.



Al final, ni tan mal ni tan bien. Yo sigo siendo de Rihanna y prefiero Anti a Lemonade (que sí, que no es necesario comparar, pero es por hacer la gracia, solo eso), sin que ninguno termine de parecerme un disco inco sntestable. Qué le vamos a hacer.

***
La crítica que Manolo escribió en abril de The hope six demoliton project está aquí y la que escribió Javi de Lemonade aquí 

miércoles, 10 de agosto de 2016

wild beasts, boy king (2016)

Resulta interesante comprobar la progresión que Wild Beasts han expuesto en su discografía. Del sofisticado falsetto de sus dos primeros discos, que acompañaban con canciones de pop elegante, al cambio de registro en Smother, el disco que marcaría el resto de su discografía. En Smother se suaviza ese falsetto, a la vez que se amplía el abanico de posibilidades en su música. Sus canciones ganan en sofistificación y se hacen más accesibles (con Albatross como la canción que abriría las puertas de todo este terreno). Todos estos cambios se potencian en Present Tense, su anterior disco en 2014, y lo amplían, ya marcando el asentamiento de la banda, en Boy King, su flamante nuevo álbum. Todo este viraje de formas hacia una mejor compresión de sus canciones, al contrario que en otros muchos grupos, no ha hecho mella en su mundo, sino todo lo contrario, ha enriquecido sus formas y han ganado en definición.
En Boy King su sonido se perfila más (si cabe), incluso se radicaliza, con un conjunto de canciones robusto, por tono, lo que se daría a llamar su disco alemán, sea lo que signifique eso.
Este disco funciona como peldaño en el devenir de un grupo que ha sabido crecer con sus propios tiempos, alejados de las apremiantes formas que establece el actual ritmo discográfico.
En los equilibrados cuarenta minutos de Boy King nos encontramos canciones que pasan a formar parte de lo mejor del grupo, como Get my bang o 2BU, cada una de ellas cantadas por los dos vocalistas de Wild Beasts. Ambos se reparten las voces, como viene ocurriendo de un tiempo a esta parte en sus discos, ofreciendo más matices.
Tough guy, Celestial creatures, Ponytail o la propia Get my bang, son canciones que con su afilada producción y sus poderosas guitarras, otorgan a Boy King un alto componente nocturno y sensual, claramente, otra de las bazas del álbum.
Boy king, acaba resultando otro gran disco de los ingleses, que no conocen malo. Javier Ruiz

martes, 9 de agosto de 2016

prólogo a un especial sobre albert pla

Mis conciertos de Albert Pla por Manolo Domínguez.

Albert Pla pasó por la Expo’92 semanas antes de publicar No solo de rumba vive el hombre. Por entonces no conocía su música y le dejé escapar, pero meses después volvió a la escuela de Arquitectos de Sevilla y allí, en una actuación a reventar de gente, nos vimos la cara por primera vez o, mejor dicho, le vi yo a él mientras su mirada se perdía en el vacío del techo del salón de actos donde, sentado en su sillón orejero, nos iba regalando sus historias de antihéroes de barrio. Por aquel entonces yo solo conocía su disco en castellano y ahí descubrí a algunos personajes como Marcelino arroyo del charco o los protagonistas de veintegenarios, que se pasaban el día al sol sin hacer nada. Personajes que se unían a los ya conocidos de No solo de rumba vive el hombre y que, poco a poco, iban alimentado el universo Pla en mi cabeza.



Nuestro segundo encuentro fue un año después, de nuevo organizado por la Universidad de Sevilla, pero esta vez en la escuela de Ingeniería Técnica, un viernes de marzo por la tarde. Ese día coincidía con la fiesta de la primavera que se celebraba por primer año en los aledaños de Puerta Triana, una de las antiguas entradas de la Expo. Aquello estaba tan desbordado que era imposible llegar hasta las barras montadas por las distintas facultades para pedir una triste cerveza y la gente se vio obligada a buscar algo de beber en las tiendas abiertas por las calles de Triana, también superadas por el gentío popular. Nosotros, después de mucho insistir, solo logrmos algunos bricks de tinto peleón, una bolsa de hielo, un par de botellas de refresco y un paquete de patatas fritas. Nos tomamos todo al sol de la primavera sevillana, que es como el sol de verano de buena parte del resto del país, y el alcohol empezó a hacer efecto poco antes de tener que marchar, entre las protestas del resto del grupo que no entendían que abandonara la fiesta por un concierto del tipo ese, para no perderme la actuación de Pla en la gira de Supone Fonollosa. Desde Cartuja me quedaba un camino de media hora andando, que hice a más de treinta grados a la sombra y, cuando al fin llegué a la escuela de la calle Niebla, solo tuve tiempo de entrar en los servicios, vomitar, refrescarme la cara y sentarme en el incómodo asiento del salón de actos a dormir la actuación.

Por suerte, al día siguiente repetía en el mismo escenario y en esta segunda ocasión ya pude disfrutar mejor de su show en solitario que combinaba (como siempre en él) la música con la escenografía. El suelo estaba lleno de hojas secas y, en una esquina, se encontraba una vieja pletina donde Albert simulaba dar al play a las grabaciones en cinta de las distintas canciones que después acompañaba con su voz y una guitarra eléctrica. Así fueron cayendo unas canciones que poco después se convirtieron en su cuarto disco de estudio, Supone Fonollosa, y que combinan a la perfección con el ideario de cantautor maldito, grosero y de ternura que siempre ha llevado a gala. Un concierto que recuerdo perfectamente y que me hizo amar aún más la obra de uno de los artistas menos clasificables de aquel entonces.

Para el siguiente concierto tuve que esperar casi diez años, y también fue como adaptación del trabajo de un poeta maldito, Pepe Sales, en el espectáculo Canciones de Amor y Droga. De nuevo Albert Pla creando un mundo particular alrededor de la obra que presenta, pero, al contrario que con los anteriores conciertos, con una puesta en escena más forzada y menos lograda. Aquello tenía sus momentos, no todo estaba perdido, pero yo ya no lo viví como en aquella primera vez en la que, vestido solo con harapos, con un corte de pelo a trasquilones, y metido en un papel absolutamente creíble, se me descubrió como uno de los mejores no-cantautores del país. Antes se había publicado su disco de nanas, Anem a llit, que solo disfruté a medias y, entre una cosa y otra, fui descolgándome de alguien que, al menos con sus cuatro primeros álbumes, era uno de mis artistas preferidos.

Entre medias está la anécdota del concierto en un pueblo de la Cataluña profunda, que se encontró Fran por casualidad en el verano que pasó con su familia en Barcelona. Él estaba pasando el día con su hermano en la costa cerca de Girona y, colgado en una pared, medio roto, se encontró un cartel que decía que Albert Pla actuaría esa noche a pocos kilómetros. Como les cogía cerca decidieron ir y, cuando llegaron a taquilla, estaba todo vendido. Con el chasco de la noticia entraron en un bar cercano a tomarse una cerveza antes de volverse y la suerte quiso que allí estuviera también Albert, tomando un sol y sombra (o así me lo imagino yo) y escuchando como su representante le daba la buena nueva del recién conseguido sold out. Entonces Fran se acercó y le contó que era de Sevilla, que estaba de vacaciones y que se había hecho más de 100 km. (para lograr hay que exagerar) para asistir al concierto, pero que se habían encontrado con la sorpresa de que ya no quedaban entradas. El cantante, parco en palabras como ya sabemos, balbuceó algo que parecía confirmarles que esa noche estarían en el concierto. No sin antes pagar religiosamente su entrada, apuntó el manager, que para eso era el encargado de manejar los números. Y así fue. En taquilla estaban poco después sus “invitaciones” y de esta forma lograron asistir al concierto. Al finalizar este,  Fran arrancó uno de los posters e intentó localizar a Albert, al que esperó en la puerta del camerino más de una hora. Le dio las gracias por todo y le contó que yo era muy fan suyo, que me llamaba Manuel (para Fran no soy Manolo, soy Manuel) y que seguro que me haría ilusión tener el cartel firmado. Él, menos sereno de lo deseable, no medió palabra, cogió el bolígrafo, hizo un garabato más ininteligible que su voz en las entrevistas que no le interesan, y desapareció por donde había venido.

Cuando me regalaron el póster me tuvieron que explicar que ese rayón era en realidad su firma, y me contaron toda la historia de aquel concierto al que no fui pero que recuerdo mucho mejor que cientos a los que sí he ido.



Y después está el concierto en Nocturama, en la gira “tenemos un problema” junto al guitarrista Diego Cortés. Aquel fue un concierto de altibajos, pero siempre disfrutable, a pesar de que el personaje mostraba cada vez más síntomas de comerse a la persona. Los tics se repiten y los chistes empiezan a hacerse más que conocidos, pero sigue siendo un artista de carisma y, cuando el repertorio le acompaña, consigue brillar, con luz propia y con la del aparato a lo “Orbital” que llevaba en esa ocasión en la cabeza.

Pensar ahora en si habrá un próximo me resulta bastante perezoso. Hace ya un tiempo que sus discos no son lo mismo y no llevo bien la estandarización en la que ha caído el artista. Por ejemplo, la gira presentado la obra sobre la guerra junto a Fermin Muguruza y Raül Fernández pasó por mi ciudad y, de puro miedo, decidí saltármela. Pero si vuelvo a ver un cartel con su nombre y tiro de nostalgia, no puedo decir que no termine en primera fila, haciendo como que todo me coge de nuevo y que la carta al rey de No solo de rumba vuelve a sorprenderme como la primera vez que la escuché. Y bailando Joaquín el Necio. Ay, qué ladrón.

lunes, 8 de agosto de 2016

el verkami de jordi maranges

Jordi Maranges ya casi tiene listo su tercer ep, y para finalizarlo ha abierto un proyecto en verkami. El ep de cuatro canciones se llama Món Físic y contendrá 4 canciones. A falta de mezcla y masterización, el dinero recaudado en este verkami también se destinará para su edición física.




Las recompensas, pagando desde 7 a 70 euros, va desde la edición digital o física a entradas al concierto de presentación de estas canciones, pasando por conciertos en tu casa. Todo esto se puede consultar aquí.
Jordi Maranges es un pilar fundamental de la escena de estas islas. Suyas son algunas de las canciones más emocionantes e intensas de los últimos años hechas aquí, y está dispuesto a seguir encandilándonos con su buen hacer.
Si quieres contribuir a la edición de sus nuevas canciones, solo tienes que ir a esta página.

la séptima y última entrega de las island songs de ólafur arnalds

El cierre de este proyecto no podría ser en otra localidad que Reykjavík, la capital islandesa, en la que el músico se ha reunido de gente afín para poner la guinda a Island Songs.


Y el resultado es una pieza menos minimalista de lo habitual, interpretada en el Iðnó Concert Hall, donde Ólafur se vuelve a poner al frente del piano acompañándose de otro programado y de cinco músicos de cuerda, que impregnan un aire de optimismo al broche final de lo que va a ser (se publicará en unos meses en formato físico) uno de nuestros discos preferidos de este 2016.

Ahora solo queda compilar todas las piezas, escucharlas relajadamente y hacerse una idea de lo que va a ser Island Songs, otro acierto de un artista en estado de gracia absoluta.

los lunes: novedades (28)

El nuevo disco de Los Ginkas
Maratón de baile va a ser el tercer álbum de Los Ginkas, que se publicará el próximo septiembre en Chin-Chin Records Mundiales. Y desde hace unos día ya tenemos un primer adelanto con este Ambientador emocional que, según cuenta el propio grupo en su twitter, será el tema que abra el disco.  Una canción que repite todas las señas de identidad de los pamplonicas. Pop festivo y bailable con destellos punk-a-billies. O, lo que es lo mismo, sonido Chin-Chin al 100%:



El nuevo single de Tove Lo
Después de su fantástico primer disco y de algunas colaboraciones (la más reciente junto a Nick Jonas, fue una de nuestras canciones de primavera), la sueca Tove Lo regresa con un nuevo single. Quizás menos impactante que las canciones de ese debut (o quizás es que se trata de un grower), Cool girl es pegadiza e ideal para el verano:



Un nuevo 12" de Pet Shop Boys
Con motivo de la serie de conciertos que Pet Shop Boys ofrecieron en la Royal Opera House de Londres (y que el amigo Fran nos contó aquí) se ha publicado un 12" de Inner Sanctum, la primera canción que conocimos de Super. En ese 12" podemos encontrar este remix de Carl Craig en la cara A, pero lo realmente interesante es lo que encontramos en la cara B (y que no he podido encontrar disponible para la escucha): la primera demo de Inner Sanctum sin producir y por lo visto datada hace años, una segunda demo producida y más cercana al original y la versión álbum. Toda una curiosidad para fans con la que podemos comprobar la progresión del tema.




domingo, 7 de agosto de 2016

los vídeos del fin de semana (10)

El vídeo que elige Javi: I want to be well de Sufjan Stevens en el Pitchfork Festival 2016
Como durante estos días no ha habido ningún vídeo que me llamara especialmente la atención (creo que a Manolo le ha pasado lo mismo), he decidido elegir este clip de la actuación de Sufjan Stevens en el pasado Pitchfork Festival de Chicago. Esto ocurrió el sábado 16 de julio y corresponde a I want to be well, una de las canciones del disco The Age of Adz.
Al contrario de lo que ocurrió en su última visita a Barcelona, en el Pitchfork Festival ofrecieron un I want to be well (una de las mejores canciones en la discografía de Sufjan) acelerado, festivo (si es que eso es posible), dentro del marco del entorno y la ocasión. Aquí vemos el espectáculo fluorescente y loco que tanto nos gusta, la clase de concierto por el que podrías morir.



"Thank you, I feel better"


El vídeo que elige Manolo: Métele de Buscabulla
Esta canción tampoco es ninguna novedad, pero a mí me la descubrieron hace bien poco y me impresionó gratamente. Buscabulla es el proyecto de dos portorriqueños (Raquel Berrios y Luis Alfredo del Valle) que llevan un tiempo residiendo en Nueva York. De momento solo tienen un EP publicado por Kitsuné en 2014, que cuenta con el trabajo en la producción de Blood Orange y una canción tan sorprendente como este Métele, donde se apoyan en una electrónica minimalista, a medio camino entre el r'n'b y el synthpop, para defender unas melodías que enganchan a la primera. Además, las imágenes del clip son sencillamente una maravilla, de ternura y emotividad insuperables. Hay que estar muy atentos por si encontramos continuación.

jueves, 4 de agosto de 2016

pet shopera: pet shop boys en la royal opera house, 21 de julio de 2016 por franboyant

Algo por lo que no había apostado nunca es en comprar unas entradas a medio año vista. Tampoco un concierto me había animado nunca lo suficiente como para tener que coger un avión para acercarme. Lo que sí que había pasado varias veces era el lamentarme por no haber tenido esa iniciativa, como me apenó el perderme la vuelta a los escenarios de Kate Bush, o los Sparks recordando íntegra su carrera. Así que cuando Pet Shop Boys anunciaron una serie de conciertos únicos en “marco incomparable”, en unas horas tenía organizado el viaje, a sordas, porque el último disco tardó varios meses en salir.
Llegué a Londres todavía con la incertidumbre de si iban a cubrir mis expectativas, y con cierta angustia de tal vez haberme precipitado. Nos recibieron las ratas del metro, descendientes de las del vídeo de Home and dry, nada podía salir mal. La Royal Opera House es espectacular, construida originalmente en el siglo XVIII y con varias reformas y reconstrucciones totales a su espalda. Ese día, el miércoles 21, coincidimos al menos 6 personas de las que les vimos el año pasado en Badajoz.
Como no conocía el sitio, y las entradas volaban el día que se pusieron a la venta, me arriesgué a elegir localidades en uno de los balcones, y desde ahí vimos cómo se abría el telón.

Todo el público estaba respetuosamente sentado en sus asientos numerados, era obvio que en algún momento se acabaría con el protocolo, aproximadamente a los 10 segundos de Inner sanctum, la canción con la que empezaron. West End Girls sonó con sus arreglos originales, y la estrofa extra, e inmediatamente fueron intercalando piezas del último disco, como The pop kids, The dictator decides y Burn, que funcionan bastante bien, con las grandes canciones de siempre, a las que han añadido una de mis favoritas: In the night.



La escenografía, como era de esperar, fue espectacular. Diferentes círculos van apareciendo según una canción pasa a otra: escenarios esféricos, luces en circunferencias, globos gigantescos, sombreros pelota...
Cerca del final empecé a recordar las dos últimas giras, y me supo a poco lo que estaba sucediendo entonces en el escenario, pero enseguida remontaron con algo que creo que no podrán llevar en la gira: el tablado se llenó incontables bailarines en trajes hinchables que llevaban a cabo las coreografías que les permitían llevar a cabo los disfraces de luchador de sumo a punto de explotar.


Neil y Chris se acompañaron de teclistas, percusionistas, cantantes y bailarines. Una de sus músicos fue la que arrancó mi  momento musical favorito: las primeras notas de violín de Love is a bourgeois construct.

¿Que si mereció la pena?. Absolutamente sí. Franboyant

miércoles, 3 de agosto de 2016

gabriel corbera, dmlql (2016)

Dias más largos que longanizas es el cómic que la editorial Fulgencio Pimentel nos regala para este verano. Una odisea de destrucción y muerte que comienza justo cuando todo (o casi todo) ya ha sucedido. En él, Gabriel Corbera nos lleva en un descenso postapocalíptico hacia las entrañas del ser humano. Nos dibuja un universo decadente donde todo es muerte y soledad y en él sitúa a sus dos protagonistas para que, como en la búsqueda del dorado de la película de Herzog, la locura vaya apareciendo con cuentagotas y se vaya apoderando de los únicos seres vivos que nos encontraremos en la historia. Y solo desde la locura y la soledad se encuentra la verdadera esencia de la mente humana. Esa que se muestra solo con pinceladas, pero lo suficientemente clara para indicarnos que estamos ante una gran obra.



En un primer vistazo, sin profundizar en la narrativa, podemos llegar a la conclusión de que estamos ante un cómic épico, de lucha y acción, de descuidada estética feísta y deudor tanto de las historias de He-Man o Dragones y mazmorras como del manga o incluso la genial grosería de Raymond Pettibone. Pero cuando uno empieza a introducirse en el universo que nos detalla van apareciendo matices que te muestran que nada de lo que tenía preconcebido es cierto. Aquí no hay grandes peleas ni se definen claramente dónde se sitúan los buenos o los malos. Solo hay una huída hacia afuera que, poco a poco, se convierte también en un recorrido interior. Los dos únicos actores de la historia han perdido los prejuicios y se comportan con la libertad que da el saberse no observados. Son ellos mismos para bien o para mal, y saben que tienen que luchar más contra sí mismos que contra el enemigo externo, porque después de la destrucción absoluta ya no queda nada, o casi nada.



Yo he descubierto la obra de Gabriel Corbera gracias a esta novela, no tengo fundamentos para decir que estamos ante su gran trabajo, pero lo impresionado que me ha dejado me hace pensar que debe ser así. Sí he leído que se trata de su primera obra larga. Y en ella nos muestra que se puede escribir desde fuera de las reglas básicas y utilizar los formalismos para deformarlos y construirse un universo tan particular que, más que sorprender, abruma. Pero para saberla disfrutar hay que hacer como él, olvidarse de las reglas y entregarse a ella como si no tuviéramos curriculum vitae, como los niños que ven por segunda vez, ya más adultos, Frankestein y descubren que la película es ahora distinta a la de su primer visionado. Como Frankestein o mejor como Aguirre, la cólera de Dios. Hermosa y cruel. Manolo Domínguez

martes, 2 de agosto de 2016

looking: pieces of me

Después de su segunda temporada en 2015, la serie de la HBO Looking se canceló sin la oportunidad de poder continuar sabiendo de la vida de sus personajes. Por eso, cuando se anunció que la historia se terminaría con una película especial para tv no pudimos estar más contentos. Ya la tenemos aquí, y el resultado ha sido altamente satisfactorio.
Retomando el devenir de los personajes un año después del último capítulo, seguimos conociendo de sus vidas, como siempre contado de manera pausada y nada forzada. Esto siempre fue el punto fuerte de Looking, su pulso y ritmo. Aquí no caben los cliffhangers (aunque el tema Texas casi llegue a serlo, aunque se parece más a un chiste interno) ni los giros de guión inesperados, finalmente asistimos a lo que siempre tuvo que haber sido y eso, como en la vida y en la televisión siempre es una alegría.


Otro de los puntos que siempre me llamó la atención en la serie es que a pesar de rozar ciertos estereotipos (algo casi inevitable), sus personajes siempre lograban escapar de ellos, mantiniendo el interés en todo momento. Aquí nunca se llega al ridículo o al esperpento, y eso en una serie de este tipo es para el aplauso. Más allá de todo esto, también hay espacio para la empatía y la identificación con algunas de las situaciones que se retratan.

Por otro lado, también hay que destacar, como siempre en la serie, la banda sonora escogida (se puede seguir en esta lista de spotify), con canciones que no solo acompañan, sino que vienen a ser parte importante, pilar fundamental. En esta ocasión, por ejemplo, hemos podido disfrutar de la increíble Hood de Perfume Genius en una escena cumbre, o de Piece of me de Britney en una de sus ya famosas fiestas en la disco. 

lunes, 1 de agosto de 2016

the avalanches, wildflower (2016)


Los reyes del cut'n'paste, que revolucionaron el mercado musical hace ya 16 años con aquel maravilloso Since I left you, están de vuelta. Por el camino entre aquél y su continuación, este Wildflower, han perdido a dos de sus integrantes (Darren Seltmann y Dexter Fabay terminaron abandonando el barco) y se les ha unido James De la Cruz, pero han mantenido la esencia de su sonido: Crear un espacio propio a través de cientos de apropiaciones que se van superponiendo para lograr algo tan original que terminas olvidándote del cómo para centrarte en el qué. Porque eso era lo esencial en el debut de los australianos que apareció justo con el cambio de siglo y debe seguir siéndolo ahora. Sí, los samples sobrevuelan a tu alrededor, te cuelan imágenes ajenas en cientos de viajes en tiempo y espacio, pero la unión de todos ellos termina creando un discurso propio que es necesario disfrutarlo en su conjunto, sin innecesarios ejercicios de bisturí, porque si no, sencillamente, te vuelves loco.

Sin embargo, y sobre todo en la primera mitad del álbum, maravillosa, majestuosa, se intuye una obsesión por la obtención del hit propio, ese que se encuentra en Because I'm me, Subways, If I was a folkstar o Colours y se persigue (bajo mi opinión con un resultado un tanto irregular) con el primer adelanto que fue del disco, Frankie Sinatra. Para ello se apoya en las aportaciones vocales de gente como Camp Lo, Danny Brown, Toro Y Moi o Jonathan Donahue, que hacen que saltemos del hip hop old school al pop-folk más contagioso, el sonido Motown o la psicodelía que se hizo inmensa en discos de los primeros 90s como aquel Giant steps. Porque Colours recuerda a los primeros The Boo Radleys, Because I'm me es Soul negro, Frankie Sinatra está en un punto equidistante entre Beastie Boys, De La Soul y el calipso del que toman prestado las bases y la colaboración de Toro y Moi en If I was a folk star sabe a carretera secundaria donde crecen los girasoles y el viento mueve las hojas de los árboles.

Después, The noisy eater vuelve a sacar a relucir ese rap Old School de los 80s, aquí adornado por escenas cinematográficas, y, a partir de la brillante Harmony, que sirve casi de transición, el disco baja revoluciones y se sumerge en un universo de Sunshine-pop más onírico y menos orientado al triunfo inmediato que, si bien carece de tantos momentos para la posteridad (ahí están en cualquier caso Sunshine, Kaleidoscope lovers o Saturday night inside out para cerrar el álbum a lo grande) tiene esa fuerza hipnótica que tienen los sueños, estos de aquí llenos de colores, flores, y referencias campestres que nos llevan a unos 70s tan hippies como creativos.

Wildflower es el resultado de, aparentemente, más de tres lustros de trabajo, pero condensa mucho más aún. Y lo hace con una espectacular homogeneidad. No es un disco disperso como tampoco lo era Since I left you y comparte con él todos sus méritos menos uno, el de la sorpresa. Algo que, igual, hasta podemos intentar pasar por alto. Manolo Domínguez

la sexta entrega de las island songs de ólafur arnalds

Llegamos casi al final, a la sexta entrega de las Island Songs de Ólafur Arnalds. Esta nueva entrega se ha grabado en Garður y cuenta con la colaboración de Nanna Bryndís, parte de Of Monsters and Men. Esta nueva canción se llama Particles y ya la podemos escuchar:



Tras 5 canciones de este proyecto totalmente increíbles, que dificilmente van a encontrar competencia este año, nos encontramos hoy con esta que es totalmente increíble de bonita. Semana a semana, Ólafur nos está entregando el disco de 2016.
En la grabación correspondiente, asistimos en 360º a uno de los faros del pueblo, otra genialidad.