All american trash es la mixtape con la que debuta Brockhampton, la reunión de un grupo de músicos y artistas relacionados con el universo hip hop. En él participan raperos como Kevin Abstract, Matt Champion, Merlin Wood o los productores Romil o Bearface, que (especialmente Kevin, que ya tiene un álbum publicado en 2014 a sus espaldas) ya habían adelantado su trabajo en solitario y en esta recopilación se presentan definitivamente como colectivo musical.
Pero la historia de Brockhampton se remonta a unos años atrás y una pequeña localidad estadounidense, San Marcos, donde se reune un grupo de apasionados de la música que se han conocido en distinto foros de hip hop de la red y han decidido que ha llegado el momento de empezar a trabajar juntos. Con el tiempo decidieron trasladarse a la ciudad de Los Angeles, donde han alquilado un local donde convivir todos juntos y así lograr hacer más fluido el proceso creativo que, de momento, les ha llevado a este All american trash.
Aunque una buena idea no es nada sin un resultado que cumpla dichas expectativas. Y, al menos con esta primera mixtape, podemos afirmar que lo han logrado. Las 13 canciones que conforman la cinta son un magnífico ejercicio de hip hop, trap y R'nB que, más que desordenado, suena tremendamente compacto para ser compuesto por tantas personas con sensibilidades diferentes (Brockhampton no tiene una formación concreta, pero no suele bajar de los 10 miembros). Aprovechando las publicaciones de este 2016 podríamos situar este disco en coordenadas parecidas a las de las obras más recientes de Chance the Rapper, Kanye West, Drake o Frank Ocean. Y, sin la epicidad y grandilocuencia de The life of Pablo y, sobre todo, con mucha más diversidad que el monótono Views, All american trash puede ser tan disfrutable como estos. Tiene momentos en los que su potencial melódico (aquí parece que podría tener gran responsabilidad Kevin Abstract) convierte en hits temas como Michigan, Infatuation, Palace, Breakfast o Home y, cuando se entregan a una mayor experimentalidad, lo hacen sin perderse ni divagar, hasta el punto de que todo el disco se pasa en un santiamén.
Además, han mantenido su carácter primitivo de colectivo artístico alejado de las leyes del mercado y esta primera obra se puede descargar, libreto incluido, en su propia web, donde también se puede escuchar en streaming.
Habrá que contar con All-american trash en este 2016, y seguir la pista, tanto como colectivo como por separado, de todos lo que rodea a la firma Brockhampton, una de las sorpresas musicales del año. Manolo Domínguez
Pero la historia de Brockhampton se remonta a unos años atrás y una pequeña localidad estadounidense, San Marcos, donde se reune un grupo de apasionados de la música que se han conocido en distinto foros de hip hop de la red y han decidido que ha llegado el momento de empezar a trabajar juntos. Con el tiempo decidieron trasladarse a la ciudad de Los Angeles, donde han alquilado un local donde convivir todos juntos y así lograr hacer más fluido el proceso creativo que, de momento, les ha llevado a este All american trash.
Aunque una buena idea no es nada sin un resultado que cumpla dichas expectativas. Y, al menos con esta primera mixtape, podemos afirmar que lo han logrado. Las 13 canciones que conforman la cinta son un magnífico ejercicio de hip hop, trap y R'nB que, más que desordenado, suena tremendamente compacto para ser compuesto por tantas personas con sensibilidades diferentes (Brockhampton no tiene una formación concreta, pero no suele bajar de los 10 miembros). Aprovechando las publicaciones de este 2016 podríamos situar este disco en coordenadas parecidas a las de las obras más recientes de Chance the Rapper, Kanye West, Drake o Frank Ocean. Y, sin la epicidad y grandilocuencia de The life of Pablo y, sobre todo, con mucha más diversidad que el monótono Views, All american trash puede ser tan disfrutable como estos. Tiene momentos en los que su potencial melódico (aquí parece que podría tener gran responsabilidad Kevin Abstract) convierte en hits temas como Michigan, Infatuation, Palace, Breakfast o Home y, cuando se entregan a una mayor experimentalidad, lo hacen sin perderse ni divagar, hasta el punto de que todo el disco se pasa en un santiamén.
Además, han mantenido su carácter primitivo de colectivo artístico alejado de las leyes del mercado y esta primera obra se puede descargar, libreto incluido, en su propia web, donde también se puede escuchar en streaming.
Habrá que contar con All-american trash en este 2016, y seguir la pista, tanto como colectivo como por separado, de todos lo que rodea a la firma Brockhampton, una de las sorpresas musicales del año. Manolo Domínguez