jueves, 30 de abril de 2015

dos nuevas canciones de future islands

Después de su año triunfal con su disco Singles (publicado por estas fechas en 2014), Future Islands vuelven con un nuevo 7" de dos canciones nuevas. En un principio se publicó el pasado Record Store Day en una sola copia física, ahora se publica digitalmente y el 30 de junio en formato físico. Las dos canciones, The chase y Haunted by you ya se pueden escuchar en spotify:

                                                  

El martes volvieron al programa de David Letterman (después de su gloriosa aparición el año pasado) para interpretar The chase:

               

miércoles, 29 de abril de 2015

la discografía de christina rosenvinge: tu labio superior (2008), la joven dolores (2011) y lo nuestro (2015)

Christina Rosenvinge, tu labio superior (2008) + tu labio inferior (2009)

Y, por fin, llega el disco más aclamado de su discografía. Y no nos atrevemos a decir que no sea merecido. El arranque es inconmesurable. La distancia adecuada, Anoche (el puñal y la memoria), Eclipse y Tu boca muestran cuatro caras de Christina Rosenvinge, distintas pero complementarias: de la calmada catástrofe de la primera hasta la carnalidad de la última, todo suma para tenernos entregados desde el principio. Después vuelve el recuerdo al pasado neoyorquino con Las horas o los aires arrastrados de la época de cerrado cuando suena Nadie como tú para, de golpe, arrancarse con efectivos guitarrazos de soft-garage con Tres minutos, que no dañan pero dejan magníficas sensaciones. Y, por si aún no estábamos suficientemente entregados, el piano de Animales vertebrados acompañando una melodía que escapa del pop más convencional aparece para dejar claro que Christina escapa hasta de los mejores libros de estilo. Solo Por la noche se queda por debajo del listón del sobresaliente en el que, sí, podría ser, el mejor de sus discos hasta ese momento.

Pero, con todo, a Christina le debería parecer poco, porque unos meses después se descolgaba con las cuatro canciones de Tu labio inferior, que no desmerecen a las de su hermano mayor, y de entre las que destacaría A contrapelo, donde se mezcla una melodía alegre y adictiva con esas letras de urbanismo melodramático tan marca de la casa para cerrar un álbum de los de pasar a la historia. manolo

Christina Rosenvinge, la joven dolores (2011)

Con el nuevo status adquirido tras Tu labio superior, con Christina Rosenvinge alcanzando el reconocimiento que siempre tuvo que tener, se lanza La joven Dolores, su octavo disco de estudio. Otro disco sobresaliente, otra demostración de que Christina es uno de nuestros músicos más importantes.
Canción del eco es sentar cátedra desde el inicio, pero el nivel se mantiene a lo largo de todo el álbum, con canciones como la fronteriza y fabulosa Tu sombra (remitiendo a sus primeros discos), las certeras Mi vida bajo el agua, Weekend o La idiota en mi (mayor) o las increíbles La noche del incendio o Debut (maravillosa manera de cerrar el disco).

Aquí encontramos canciones que pasan a formar parte de lo mejor de su discografía, en otro acierto absoluto en su carrera, en la que ya es difícil encontrar pasos en falso. javi

Christina Rosenvinge, lo nuestro (2015)

Lo nuestro no cumple las expectativas. Al menos si esas son las del viraje electrónico que nos vendieron en la promoción previa a su publicación. Y menos aún para quienes escucharon nombres como el de Suicide o Silver Apples en las referencias. El nuevo álbum de Christina Rosenvinge es mucho más coherente con su pasado de lo que podía parecer. No hay catarsis sino evolución. Una evolución marcada por los métodos de trabajo, el uso de los sintetizadores y las horas en casa, donde se ha ido construyendo un álbum más personal, más oscuro, menos épico, pero tan necesario como sus dos cimas, Tu labio superior y La joven dolores. Un álbum donde la mano de Raül Refree se intuye pero no domina, como debe ser cuando algo llega tan trabajado al estudio como lo han hecho estas canciones.

Y el primer zarpazo llega con La tejedora, de sonidos tenebrosos para una letra de reivindicación que contiene buena parte de todo lo anunciado a la hora de presentar el lp. Está ese sonido más sintético y la oscuridad, pero sin perder todo aquello que ha ido formando a la artista que ahora es, incluidos esos gritos que tanto le gusta colar en sus canciones, que en cualquier otra persona sonarían ridículos, pero que ella los revierte hasta convertirlos en marca personal. En esa línea también nos encontramos con La muy puta, efectista aunque menos impactante, y la que es sin lugar alguno una de las cimas del disco e incluso toda su discografía, la preciosa Lo que te falta, con unas programaciones que crean un clima de tensión hipnotizante que explotan justo en un estribillo que se queda sellado a la primera escucha.

Pero no todo el disco sigue esta línea, Christina no se ha olvidado del folk de dormitorio, el que apoya la historia de autoconfirmación de Pobre Nicolás, Romeo y los demás o Níquel, que se hace comatoso en Alameda, recordándonos las influencias americanas de gente como Bill Callahan. Tres canciones que desarman en la voz susurrada de Christina, que no baja el listón en casi ningún momento. Hasta casi nos convence con la nota más disonante del disco, la extraña Alguien tendrá la culpa, con coros infantiles que parecen traídos de alguna tribu a cualquier barrio de este país que se nos cae encima.

Y también encontramos, aparte de en la ya citada Lo que te falta, esas canciones más pop que nunca abandona en su obra. La más explícita y brillante Segundo acto, que parece retratar la crisis del ciudadano medio actual, con mujer, hijos y una vida convencional, a las que solo se le encuentran las grietas al escarbar, o La absoluta nada, más comedida y relajada, menos grandiosa pero efectiva, que certifican que los puntos flojos de este disco no bajan del notable.

Lo nuestro es perfecto para abrir el diálogo, ¿es la cima de su carrera? ¿está al nivel de sus dos anteriores? ¿es más personal, más sincero? Yo me atrevería a decir que sí, pero claro, yo soy muy de dejarme llevar. Y, por supuesto, no tengo la última palabra. manolo

martes, 28 de abril de 2015

la discografía de christina rosenvinge: frozen pool (2001), foreign land (2002) y continental 62 (2006)

Christina Rosenvinge, frozen pool (2001)

Frozen pool fue la primera referencia de las tres consideradas su étapa americana. Tras Cerrado, sigue colaborando con Lee Ronaldo y el grupo Two Dollar Guitar (donde también esta Steve Shelley, ambos de Sonic Youth), colaboraciones determinantes para el devenir de su discografía y que dotan a su sonido de nuevos matices.

Aquí se le empieza a perder un poco la pista. Este disco no se publica en España hasta cinco años más tarde y los medios no le hacen mucho caso. Seguir la carrera de Christina empieza a ser deporte de riesgo y cuestión de perseverancia. Pero claro, como siempre pasa con la tenacidad, acababas siendo recompensado. Frozen pool es como esas nanas que te vienen a cantar a la cama, cuándo estás traspasando esa línea que separa la vigilia del sueño. Uno de sus discos más introspectivos, es el primero totalmente en inglés (menos en la recuperación de Muertos o algo mejor, aunque solo parcialmente).
También se recupera la inmensa Glue de Cerrado, sin duda una de las mejores canciones de su discografía. Destacan Green room, y la versión de Leonard Cohen Seems so long, Nancy. javi


Christina Rosenvinge, foreign land (2002)

Si Frozen pool estaba situado en la línea que separa la vigilia del sueño, Foreign land entra de lleno en la onírica del sueño. El piano que abre el disco (Off screen) parece indicarnos eso. Y después llega 36 (una de las mejores canciones del disco) para confirmarlo. Todo esto hace que el tono del disco sea más oscuro e inquientante que el mostrado en Frozen pool, con unos arreglos que no buscan la escucha fácil. Son canciones donde las cuerdas marcan el estado de ánimo. Dream room duele, al igual que German heart. A destacar la última de las 8 canciones, As the stranger talks, a diferencia de todo el disco, cantada en castellano.

Foreign land se presentó en formato disco-libro, en el que se se ponía en imágenes (le llaman libro-clip) una de las canciones, German heart. javi


Christina Rosenvinge, continental 62 (2006)

EWR --> MAD. El cd que cierra la trilogía neoyorquina es un disco de vuelta, de cierre de una etapa. Reposado, dolorido y arrastrado, llega con las maletas hechas y la casa vacía. Sigue predominando el inglés, pero vuelven a aparecer esos temas en castellano que parecían un poco olvidados, mirando al pasado en ¿Quién me querrá? o Teclas negras (ambas podrían pertenecer perfectamente a Cerrado) o al cielo con la inmensa Tok tok, toda tensión e intensidad.
Brillan también White hole, A liar to love o Jelly, pero, sobre todo, Nickel song, el tema con el que se cierra un disco que, tal vez, no sea tan brillante como lo que vino después, pero que muestra a una Christina Rosenvinge muy dueña de sí misma y perfectamente arropada (ahí siguen las colaboraciones de Jeremy Wills, Steve Shelley o Lee Ranaldo). manolo

domingo, 26 de abril de 2015

la discografía de christina rosenvinge: que me parta un rayo (1992), mi pequeño animal (1994) y cerrado (1997)

Iniciamos un repaso a la discografía de Christina Rosenvinge, comentando sus nueve discos de estudio a través de tres entradas. Seremos Manolo y yo comentándolos, y claro, terminará con una reseña de Lo nuestro (a cargo de Manolo).


Christina Rosenvinge y los Subterráneos, que me parta un rayo (1992)

Que me parta un rayo fue el primer disco tras Alex & Christina. Tras el éxito de estos últimos, Christina, junto a los Subterráneos, lanza Que me parta un rayo, un disco de pop rock estándar, muy en consonancia con la fecha que se publicó (1992). No sería especialmente remarcable si no fuera por las canciones que nos encontramos en él, canciones en las que ya se desmarca de cualquier patrón establecido. A medio camino entre la femme fatale y la vulnerabilidad más quebradiza, ya dota a las canciones de su sello y manera de hacer. Voy en un coche, Alguien que cuide de mí, 1000 pedazos, Tú por mí, Tengo una pistola, todo el disco está lleno de canciones que son clásicos, imprescindibles aún hoy día.
Entrañable sería la palabra. javi

"Que me parta un rayo, y que te parta más a ti"



Christina Rosenvinge y los Subterráneos, mi pequeño animal (1994)

Dos años más tarde, aparece Mi pequeño animal, más crudo que su predecesor, más visceral. Seguimos encontrando esas canciones totalmente irresistibles, ese tipo de canciones que solo ella sabe hacer. Pálido, Días de tormenta o Muertos o algo mejor (esta última increíble) son de las que no se olvidan, pero quizás Mi pequeño animal es uno de sus discos más prescindibles. Así todo, seguía labrando el camino, y este disco es también necesario para entender todo lo que vendría después. javi





Christina Rosenvinge, cerrado (1997)

Primer disco con solo su nombre, dejando atrás grupos de acompañamiento. Cerrado sigue siendo uno de sus discos (sino el que más) que más me gustan. Totalmente maravilloso, totalmente arrebatador, cuenta con un sonido, que para bien o para mal, no volvería a mostrar . Canciones como Solo o ¿Qué se siente? son esas típicas canciones de Christina que hay que amar de cualquier manera, pero llevadas aquí a otro lugar, a un lugar más hermético, más personal. Glue o Easy Girl ya adelantaban lo que estaría por venir más tarde. Mientras Cerrado (la canción) o Lo siento siguen siendo dos de sus mejores canciones en toda su discografía, Cerrado es su primer gran(dísimo) disco, el primero de varios que vendrían más tarde. Totalmente reivindicable, se publicó en un momento en el que la escena no le encontraba lugar. En tierra de nadie, Christina Rosenvinge abrió una vía que exploraría hasta sus últimas consecuencias. javi

"Soy yo yéndome otra vez, soy yo, lo hago sin querer, lo siento"

el nuevo ep de rafa spunky, mitomanía

Spunky no deja de publicar nuevas canciones. Desde Mutaciones (2012) ha publicado diversos singles extraídos de él. Singles (cd y en alguna ocasión 7") en ediciones limitadas y artesanales.
Su nueva referencia es un ep llamado Mitomanía. 5 nuevas canciones que se publican en cd (próximamente también en vinilo) y que se pueden comprar aquí. En una primera edición de 100 copias (agotadas en una mañana) también se incluía un cd single con dos remezclas de las canciones y 5 posavasos.


Mitomanía, a diferencia de Mutaciones, está mucho más enfocado a la pista de baile, es mucho más disco que sus predecesores. Rafa Spunky nos entrega otro puñado de canciones muy cuidadas (atención al violín de Pilar Crespo), 3 en inglés y 2 en castellano (destaca Solo pensamos en bailar).

(I feel like) Bryan Ferry, la primera canción del ep, se puede escuchar aquí:

             

sábado, 25 de abril de 2015

mcenroe, rugen las flores (2015)

Me ocurre que en determinadas ocasiones de mi día a día me pasan cosas que no sé explicar muy bien. Yo las asimilo, las entiendo, pero si me veo en la tesitura de explicárselas a alguien es cuando me quedo en blanco y no sé bien cómo hacerlo.

Cuando he querido escribir algo sobre el nuevo disco de McEnroe me ha pasado lo mismo. En mi cabeza se han amontonado un buen puñado de emociones, de imágenes, de sensaciones, pero me es casi imposible ponerlas en claro.
Tengo el increíble crescendo de El vendaval metido en la cabeza, la cadencia de canciones como La electricidad o Caballos y palmeras o el contundente final de Rugen las flores (la canción) rondando todo el rato, dando vueltas ahí arriba. Están ahí, latiendo callados y haciendo su trabajo de demolición, pero no sé cómo explicar que lo que cuentan las canciones de McEnroe me hace bien.


Lo que sí sé explicar es que el grupo nos entrega otro disco sobresaliente, de los que dejan huella. En el que vuelven a rompernos con sus letras, con el tono nocturno y evocador que desprenden las once canciones de Rugen las flores. Tono que consigue que entres en el disco y no seas capaz de salir indemne. Rugen las flores es un disco en el que su lírica consigue que te sumerjas en él de una manera poco común. 

sábado, 18 de abril de 2015

joan miquel oliver, pegasus (2015)

Salgo a la calle y en la radio de un coche que pasa me parece escuchar eso de "Venim de Pegasus solcant oceans, venim de futures edats". Paso por delante de una tienda con mucho ajetreo y aunque hay muchos clientes, en el hilo musical creo que suena el final de Teuleres tancades. Por mi lado pasa un chaval al que casi distingo cantar con sus auriculares muy grandes eso de "sona a sa radio El Cigala: por Dios que bonita es la mañana".
A estas alturas ya no sé si me estoy volviendo loco o que he escuchado muchas veces Pegasus antes de salir de casa.
Sigo mi camino. Paso justo por debajo de un balcón de un casa con muchas flores. Suena a través de las puertas abiertas el inicio de Marès a radial. Ya no hay duda. No soy yo, no es que me lo esté imaginando. Hace 3 días que ha salido a la venta el nuevo disco de Joan Miquel Oliver y toda la ciudad está enloquecida con él. Por las calles no se escucha otra cosa.

Todo esto ha pasado por mi cabeza en un segundo cuando hoy he ido decidido a mi tendero a comprar el nuevo cd de Joan Miquel Oliver y me ha comentando que se les había agotado, que habían traído muchas copias, pero se han vendido todas, por encima de sus previsiones. A pesar de que tendré que volver a por mi copia otro día, nada me ha hecho más feliz. Joan Miquel Oliver sigue siendo, como se dice, profeta en su tierra. No hay para menos.

Comenta J.M. en esta entrevista reciente que no suele escuchar muchos discos ni está muy al tanto de lo que se hace musicalmente. Quizás por eso sus canciones y su manera de hacer son tan personales y no tienen que ver con prácticamente nada. J.M. Oliver sigue ofreciéndonos su imaginario, siempre fascinante, siempre único.
Oliver es el hombre orquesta de nuestro tiempo. Él mismo compone, escribe, toca y produce, con poco más que colaboraciones (en este disco Quimi Portet) para completar y mostrar su complejo mundo interior.


Pegasus es el mejor disco de Joan Miquel Oliver en solitario. Me atrevería a decir, incluso, que es uno de los mejores discos de su carrerra, incluyendo aquí a Antònia Font, claro. Eso son palabras mayores, pero lo que consigue en Pegasus es algo de una belleza y un magnetismo sin par.
El tono del disco es íntimo, melancólico. Este es un disco que se disfruta a cámara lenta. Desde el silbido inicial de Marès a radial, a las programaciones hipnóticas de Pegasus, de ahí a la expansiva Orthopedic ragtime. Ecos d'ambulàncies es, sin duda, una de las canciones más importantes de Pegasus ("se desploman los planetas de galaxias allí arriba no sé donde, y pernoctan en silencio las constelaciones, asteroides a derivas casuales en rotación colisionan, es posible y es posible que no"). Món vegetal es como el reverso animado de Productes de neteja (del disco de AF Alegria), totalmente arrebatadora con sus tarareos. Flors de cactus, con su meta escritura es otra cima, al igual que la delicada e increíble Mil bilions en estrelletes. Un disco sobresaliente, como pocos. Joan Miquel Oliver habita un lugar de altura inalcanzable para el resto de la humanidad. Solo podemos admirarlo desde abajo, intentando entender un mínimo de lo que nos cuenta.

miércoles, 15 de abril de 2015

epistola ad natatores

Última carta a los nadadores. El otro día escribí a Jesús, y ayer mismo me contestó.
Las otras dos cartas a los nadadores, epistola ad natatores, están aquí: la de Manolo y la de Nacho.
Como ya hemos comentado estos días, la ilustración es de Amaya.
Muchas gracias a los dos, a Jesús y Amaya por participar en esta nueva locura de los exnadadores.


Palma, 8 de abril de 2015

Jesús, comentas en tu primera misiva que siempre has sido de buen conformar. Literalmente "entre mi falta de criterio y mis gustos acumulativos, un disco de un grupo que me gusta suelo disfrutarlo per se".

Esto también me ocurre a mí. Si en un momento dado un grupo me hace tilín, vamos, que me gusta mucho, muy mal tienen que hacerlo para que no siga disfrutando sus discos. Soy fiel. Fiel y de costumbres arraigadas y absurdas.
Como comentas, también mi falta de criterio es crucial para esto. Mientras la gente (como ya sabéis amigos, la gente siempre está en busca del mejor disco que han escuchado nunca con cualquier colección de canciones que les pasa por delante) ya pasa total y absolutamente de un grupo, a mí me siguen teniendo ahí, comprándoles sus cds y sus vinilos. Ilumíname, me lo debes, tengo todos tus discos en diferentes formatos.

Os cuento esto, no sé bien por qué. Será porque me he visto muy reflejado en esa persona que se retrata en la carta de Jesús. Últimamente pienso mucho también en lo de los guilty pleasures y la ironía. Cada vez más harto de los dobles sentidos. Pero no de los dobles sentidos guays y divertidos, sino de los que buscan dejar en mal lugar. Y no digamos ya de los guilty. Si resulta que me gustan Take That, no encuentro el motivo por el que me tengo que sentir culpable. Otra cosa es que me esté acercando peligrosamente a los 40 y me guste un grupo como Take That, pero ese es otro tema que si queréis también podemos comentar otro día.

Por eso me gusta tanto un grupo como Sagrado Corazón de Jesús. Porque entiendo que lo que cuenta y lo que hace, lo hace de verdad. De verdad de la buena. Que sus referencias vitales tienen mucho que ver con las mías. Y como en todo, para que algo nos llegue nos tenemos que identificar con ello.

Ay! Las metáforas. Ese mundo. Mencionas a Parade, el más grande en España haciendo las metáforas más maravillosas. Pero puedes estar tranquilo Jesús, por letras como la de La nueva carne o Etapa imperial ya te has ganado el cielo. Y no es que lo diga yo, que total, lo dice un mueble y tiene más relevancia, es que semejantes maneras de contarnos las cosas no tiene parangón. Yo ya me lo temía, pero llevas razón, la revolución no se ha televisado. Y aún así, ahí estamos, pegados a los medios, como si nos fueran a contar la verdad.

Por lo menos la que nos importa a nosotros.

Madrid, 14 de abril de 2005

Qué bien que me viene lo de Take That: Logroño, 1995, después de desterrar a Mecanos y Madonnas de mi vida para siempre, porque lo que procedía era Radio 3. Enciendo la radio y empieza a sonar una canción empalagosa. El caso es que me gusta, y tengo el visto bueno de Radio 3, así que no puede estar mal que me guste. Termina la canción y el locutor revela que estamos escuchando "Back For Good" de Take That, y que estoy escuchando los 40 principales. Me sentí gilipollas un breve instante, pero probablemente me pusiese el Immaculate Collection (en cassette original, esta vez ya sí) para celebrar el fin de mis 2 años de integrismo. "Perfection is over, Sheffield is over, the fear is over, guilt is over (...), irony is over", dice Jarvis en "The Day After The Revolution". Y si lo dice Jarvis, es que es verdad, ¿no? ¿Qué se puede añadir al respecto?

No sé muy bien cómo acercarme al resto de ideas que lanzas, además de agradeciendo la mención a Táctel. Así que evitaré seguir dando gracias e iré al meollo. Las letras... Yo qué sé, cualquier palabra repetida suficientes veces pierde significado. Y haciendo una letra eso es un peligro muy grande, de modo que prefiero hacerlas bastante rápido porque si no, acaban no siendo nada. Que me perdone quien me tenga que perdonar, pero pasa un poco con las letras de Fangoria y Corcobado (y muchos más, pero no conozco tan bien su obra). Manejan una serie de lugares comunes en su mitología, tormentosos, sentimentales, poéticos incluso, que yo no soy capaz de utilizar. Claro, que lo que puede pasar es que, como María y yo en el vídeo, trazan una línea argumental sobre la que trabajar y luego se dejan llevar por el péndulo de la rima (las imágenes y recursos en el caso del clip). Por lo tanto, mi percepción de las canciones no puede ser la misma que la del oyente, yo veo muy claro el núcleo, y mi trabajo es que viendo el exterior sea suficientemente atractivo. Ya, si el oyente quiere profundizar...

Aquí he sacado a relucir un concepto en los que voy a abundar un poco, el de "trabajo". Desde que hago canciones respeto más a cualquier trabajador de la canción. Genís, sin ir más lejos, es un orfebre del sonido, e Hidrogenesse no tienen remilgos a la hora de hacer músicas para Asus. Y eso no contamina su obra. Como si Wagner no hubiese sido un sacacuartos de Luis II de Baviera. ¡Y hay quien se lleva las manos a la cabeza! Mercantilizar la música tiene un halo de suciedad, pero no se le exige a un ceramista o un alpargatero que no quiera vender su producto.

Llevo un par de días dando vueltas al papel que desempeña el oyente en las canciones. He escrito y reescrito este último párrafo un montón de veces. El formato carta me ha permitido desarrollar varias ideas que me rondaban la cabeza, pero tal vez haya acabado con la improvisación y la naturalidad, espero no haber aburrido demasiado al lector. Igual que al hipotético oyente de las canciones: si estás leyendo esto, ten en cuenta que no hay hidden agenda. Que "Locus amœnus" ha sido más fruto del azar y la improvisación que de una idea de dominación cultural, no lo permita el ser superior, si es que existe. Y que es pop. No es nada más, y nada menos. En esto los tres exnadadores y ahora marineros estarán de acuerdo conmigo, estoy casi seguro.

¡Gracias por dejarme este hueco en "Un marino en la orilla"!

Un besito, Jesús

martes, 14 de abril de 2015

epistola ad natatores

Seguimos con las cartas a los nadadores de parte de Sagrado Corazón de Jesús. Ayer Jesús contestó la carta de Manolo, y hoy hace lo propio con la de Nacho.

El Sagrado Corazón de Jesús es un detalle de la ilustración que ha realizado Amaya y que ayer mostramos en su totalidad. Muchas gracias por otra maravilla que nos gusta mucho. Y muchas gracias a Jesús, claro.


Fuenmayor, 7 de abril de 2015

Muy revelador conocer en esa primera epístola todos esos despertares mesiánicos y esa, digamos, "logística equivocada" de descubrir cosas pero no en el momento y en el lugar en el que luego nos hubiera gustado. Pero a mí con esta breve misiva me gustaría incidir un poco más en los realmente sagrado del asunto, en la carnaza, vaya... 

Cuéntanos un poco cuál sería la Santísima Trinidad que a la hora de hacer canciones nunca falta en la capillita de la casa de Sagrado Corazón de Jesús. A veces resulta un poco difícil decidir entre mamá y papá, pero aquí hay que decantarse por tres, solo tres, el padre, el hijo y el Espíritu Santo, con una idea de cuál sería cada uno.

Hablando también de familias, cuéntanos un poco cómo fue esa idea alocada de unión familiar de los Fernández López para el vídeo de "La balada del último neandertal". Se me antoja un poco como cuando Almodóvar ponía a su madre y a su hermano haciendo caemos. 

Y ya a nivel personal no puedo dejar de hablar de "Lugares comunes" como joya, y puesto a elucubrar, ¿no sería también un guiño interno al título y el tema de la canción el haber retomado "El fin de la era" para este nuevo 10"? 

Son tantas cosas que comentar con una cerveza en el patio de aquel sagrado lugar de Calvo Sotelo, 9, que a veces pierdo la constancia de si te lo he preguntado ya todo anteriormente. De hecho, creo que estoy haciendo otro lugar común. 

Logroño, 8 de abril de 2015

Trinidades... El caso es que tres me parece mucho más natural que dos. Siempre he dicho que mi Santísima Trinidad es Bowie, Krafwerk y Pet Shop Boys, es mi respuesta automática desde hace muchos años. Están los tres retratados en la portada del disco por esa razón. Yo no sé si se refleja de alguna manera en las canciones: es pop en español, y muy orgulloso. No de ser español, que me da igual en realidad, sino de aprovechar y disfrutar los recursos que tengo más a mano y me resultan más familiares, sobre todo en las letras. Mi cuentahistorias favorito es Parade, y ojalá resultase tan conciso a la hora de narrar como él. Me pierdo en las ramas de la metáfora con facilidad, con la manía que les tengo...

Incluir a mi familia era exigencia del guión. Como María y yo somos novatos a la hora de hacer un clip, trazamos una línea muy general para no irnos por las ramas. Y se narra un génesis, desde el principio en la oscuridad, el hágase la luz, luego la creación de la vida... Por lo tanto un núcleo familiar era necesario. No es tanto como lo de Almodóvar que dices, Nacho: al fin y al cabo sus familiares hacen un papel: aquí son ellos mismos sin lugar a dudas. Pero también tiene ese punto kitsch, claro. Ya lo de Judit después tocando el violín y haciendo su mirada acero azul es otra cosa: los autómatas que hacen de transición hacia la localización en el Würth son la creación de otras formas de vida. Pasamos a la visión antropocéntrica y la llegada de la ciencia. Ahí sí que es un personaje.

Lugares Comunes es... Bueno, es mi favorita. Tiene trampa: es casi idéntica a Las Revistas..., de hecho la música salió intentando rearmonizar la segunda. La letra habla de cuando no se esperaba ninguna innovación en un artista. Me pregunto si la originalidad está sobrevalorada. Hay gente que abre nuevos lenguajes, claro, pero hay que ser muy bueno para ello, igual que en la investigación. Los operarios nos conformamos con intentar emular a nuestros ídolos... La letra está basada en un texto que he querido meter en el disco. Los que lo tengan y lo hayan leído comprobarán lo reaccionario que supone que una señora criticase la ruta del bakalao en el 90, por ejemplo. Lo antinatural que resulta que a un chaval de 14 años no se le deje entrar a una sala de conciertos. Cuando salgamos a quemar contenedores de una maldita vez propongo gritar "¡Por Grushenka!", en plan Braveheart.

Lo de Calvo Sotelo 9 nos salvó la vida un año. Tendremos que construir otros paraísos artificiales.

Besitos, Jesús

lunes, 13 de abril de 2015

epistola ad natatores

Después de proponer a Sagrado Corazón de Jesús una entrevista para el marino, a raíz del fantástico 10" que acaba de publicar en Elefant Records, él mismo nos propuso hacerlo de manera epistolar. Cada uno de los ex nadadores (Manolo, Nacho y yo mismo) le mandaría una carta a Jesús, y él nos respondería a cada una de ellas. La de hoy es la misiva que Manolo le envió la semana pasada. Jesús le contestó al día siguiente...

Lo que ilustra las cartas a los nadadores es otra maravillosa ilustración de Amaya, y estamos muy contentos de poder contar con ella de nuevo. 

Muchísimas gracias a (Sagrado Corazón de) Jesús por prestarse a jugar con nosotros, por seguirnos la corriente.


Sevilla, 6 de Abril de 2015

La Etapa Imperial.

Jesús, no sé si tú estuviste allí en el 89 o te toca mentir como a los demás. Yo recuerdo mi cinta pirata del Actually, con la portada fotocopiada (a color, eso sí) y la etiqueta de papel pegada sobre la cinta en lugar de los nombres de las canciones de cada cara pintadas como en las originales. Recuerdo las miles de veces que escuché Rent en mi habitación a oscuras hasta aprenderme la letra de la canción. Y recuerdo tenerla en la estantería, siempre al lado de las de please y disco. Sin embargo, creo que no llegué a comprarme Introspective, al igual que después tampoco compré Ai-Dalai, el cd de mi grupo favorito desde que con 10 años escuché por primera vez Hoy no me puedo levantar.

Eran años complicados, empecé a escuchar a los Smiths, a Mano Negra, a Surfin' Bichos, a los Pixies... y todo eso chocaba en mi cerebro confundido con mi pasado de 40 principales. Nada de lo que me gustaba antes debía escapar de la hoguera. Y así fue durante algunos años, dos, tres, cuatro.

Igual eso era la etapa imperial. Ese momento en el que un grupo, en lo más alto, deja de ser interesante por la inercia de las modas, por los designios de la modernidad. Pero, por suerte, uno no puede engañarse eternamente y, al final, los instintos salen a flote y Behaviour (o Very, o Bilingual, no recuerdo bien) situó de nuevo a cada cual en su sitio y ya ni Release fue capaz de quitármelos de ese podio del que nunca debió bajar.

Por eso esta canción es tan importante (y digo importante donde debería decir importante para mí), porque cuenta algo que yo puedo llevarlo a mi vida, a un momento concreto de mi vida que, pienso, marcó mi devenir como fan de la música. Bueno, por eso y porque es un hitazo, que te quede claro.



Logroño, 7 de abril de 2015

En el 89 yo estaba en Mecano también, pensaba que Alaska ya no sacaba discos y, lo peor que me ha pasado en mi vida: ¡creía que no había música española chula! Imaginaos haber descubierto a Aventuras de Kirlian entonces... Pero no. Mi prima Raquel me prestaba cassettes y recuerdo su Actually con portada fotocopiada (en blanco y negro), poniéndolo con devoción a pesar de ser pirata total (eh, claro, que en los 80 no había pirateo, ¡ja!). Y ella era muy de SAW, aunque ahora seguro que lo recuerda con espanto; había una canción que me flipaba, "Don't Worry" de Kim Appleby, que sin ser de SAW tenía todos los gimmicks de la época. Pasé enseguida a Plásticos y Decibelios, mire usted. ¡Y me hizo buena labor!

Ya en el 94 o así, antes de irme de casa a estudiar, recuerdo quedar con mi amiga Carlota, Me dijo que había quedado con un chico que había conocido en un curso de flauta, al que le gustaba también la islandesa rara esa. El chaval, que no he vuelto a ver, se llamaba Jordi Gendra, y escribía en un fanzine, Disco 2000. Me dio uno y comencé a comprarlo cuando se hizo revista. ¡Creo que solo había comprado la Rockdelux cuando salieron Björk y Suede en la portada! En Disco 2000 reseñaban maxis de Los Sencillos. Lo primero que compré de Le Mans fue Zerbina, y supe que Fangoria habían sacado un single, "Dios odia a los cobardes", gracias a esta revista. A comprarlo. Aunque el año cero diría que fue el 97. Reseñaron Lujo y Miseria y hablaban de "Hidroboy" como "el himno eurogay del verano". Había otros mundos y empezaba a conocerlos.

Yo siempre he sido de buen conformar, y entre mi falta de criterio y mis gustos acumulativos, un disco de un grupo que me gusta suelo disfrutarlo per se. "Etapa Imperial" es la misma historia que "Lugares Comunes", solo que vistas desde la perspectiva del artista y del fan respectivamente. Tienes razón en lo de que hay veces que las pasiones entran en conflicto. Pero no tanto por la modernidad, como por la autocensura en mi caso. ¿Cómo se pueden llevar bien una persona que compra a Lagartija Nick y otra que colecciona maxis de Madonna, cuando las dos viven en el mismo cuerpo? Lo fundamental (siempre para mí) es abandonar el concepto de "guilty pleasure", dejarlo en "pleasure" sin más y darle una patada a la ironía, que ya nos vale. "Coleccionabas discos de Elvis y los Pet Shop Boys", decía Miqui Puig.

"Etapa Imperial" es vieja, del 2012. La primera canción que hice. La iba a haber cantado una amiga antes de que existiese Sagrado Corazón de Jesús, pero hay momentos de asintonía en el que, por mucho que a mí me hubiese vuelto loco que la cantase, ella no acababa de decir "¡vamos a hacerlo", y yo soy muy tontorrón y me da miedo ser pesado. Así que estaba flotando por ahí. Es la favorita de Sigue Sigue Pop, y me consta que a ti, Manolo, te habría gustado una versión 12" a lo "Left To My Own Devices". Todo se andará.

Besitos, Jesús

sábado, 11 de abril de 2015

mexrrissey: mexico goes morrissey

La relación de México con la música de Morrissey es harto famosa. Famosa y para nosotros, enigmática. Sus discos comulgan de una manera muy especial con los mexicanos y ellos le corresponden ofreciéndole fidelidad eterna. First of the gang to die o la propia Mexico (cara b de la primera) son odas a toda esta veneración.

Ahora todo esto va más allá y se ha formado el súper grupo Mexrrisey: Mexico goes Morrissey. Miembros de Instituto Mexicano del Sonido o Calexico se han unido para versionar en castellano y a ritmo de diferentes estilos las canciones de los Smiths y de Morrissey.

La primera canción que escuchamos es Ask, Dime:



Tiene pinta de que esto va más allá del simple grupo de versiones. Parece algo hecho desde la admiración y desde el buen gusto. Habrá que estar atento al resto de canciones que versionan.

miércoles, 8 de abril de 2015

pumuky, justicia poética (2015)

Justicia poética es lo que pretende conseguir el personaje de las canciones de este disco. Lo que necesita, lo que están pidiendo a gritos. Y lo digo en singular, el y no los personajes, porque en mi cabeza esto es el recorrido por algunas experiencias vitales de esa persona, que podría ser cualquiera. Imágenes de unas experiencias de alguien que siempre ve el vaso medio vacío, de alguien que siempre tiene localizada una salida de emergencia en los buenos momentos, porque es mejor saber que las cosas se van a terminar en algún momento. Alguien que soy/somos o he/hemos sido. "¿Has pensado que ser tan diferentes es lo mejor que nos ha ocurrido? Esta lucidez me está volviendo loco". Alguien que se cuestiona su misma lucidez. Como diría Miqui Puig: "más cerca de la locura que la media normal, pero menos de los que quisieran regresar".


Todo esto se cuenta desde unas canciones que gritan espacio y mar abierto. El ropaje de estas historias nos lleva al infinito. A capas y capas de sonidos y mil recovecos, los cuáles otorgan una sensación de amplitud, de lugar inmenso, a pesar de una primera impresión o de su densidad.

Taniyama-Shimura y Suprahombre son las cumbres emocionales de un camino repleto de momentos clave e imprescindibles: El señor de las bestias, El escondite,  Escritura automática o la final y reveladora Crash.

Saldremos de esta

martes, 7 de abril de 2015

la evolución del hombre al pájaro, breve historia de la luna (2015)

Le evolución del hombre al pájaro es la nueva aventura de Víctor Algora tras los tres discos editados con su apellido. Para este disco Algora ha cambiado el nombre del proyecto y entra directamente a la pista de baile. Deja de lado las guitarras de las canciones de sus últimos discos y crea un disco bailable de principio a fin. Un disco en el que sigue llamando a las cosas por su nombre. Sin pronombres ambiguos ni dejando espacio a las dobles lecturas sutiles. Aquí se dicen las cosas como son, y no puedo dejar de reseñarlo, ya que en los tiempos que corren y aún muy lejos de solucionar muchos problemas, me parece una actitud admirable.


En Breve historia de la luna encontramos canciones de los tres singles digitales lanzados durante los últimos meses. Esas canciones y algunas nuevas. Entre las que ya conocíamos, la sugerente Breve historia de una espalda, la fangoriana (los Fangoria de los vulcanos) Mi primera noche en Londres, Te odio o la veraniega Complejo de holograma. La buenísima noticia es que las canciones nuevas no solo mantienen el nivel, sino que son de lo mejor del disco. Barba de tornado australiano de fuego no solo es un hit muy grande, también nos retrata a más de uno, siempre viéndolas venir, siempre viendo como las cosas guays les pasan a los demás. La cruz dorada es otro hit, una canción breve, que sube la intensidad a medida que avanza y Dumbo sin orejas quizás la canción que más podría encajar en la anterior etapa de Algora.

A pesar de contarnos las cosas bailando, en Breve historia de la luna se respira un tono apesadumbrado, de ánimos bajos. Algo que produce un contraste que actúa como bálsamo. Un bálsamo para disfrutar y bailar.

lunes, 6 de abril de 2015

sufjan stevens, carrie & lowell (2015) por lolo lapón

Ya hablé de Carrie & Lowell aquí, e incluso lo incluimos en nuestra lista de mejores discos de lo que va de década (en el número 20, The age of Adz acababa en el número 9). Ahora Lolo, de Hazte Lapón, nos habla de nuevo de él.

"Sin darme cuenta y sin que fuera mi intención, ha quedado en mí, con los años, un poso (o una pose) de postmodernidad. Me duele, pero me he vuelto algo descreído, he perdido parte de mi entusiasmo ingenuo y recibo todo siempre con una ceja ya arqueada. Afortunadamente, hasta eso tiene cura. Todos los años hay un disco que acude en mi rescate y me reconcilia con el mundo desde la primera escucha. Me hace sentirme otra vez como un adolescente anonadado con la música.

Ese disco ha sido, este año, Carrie & Lowell. Lo he podido escuchar con detalle durante una estancia en la casa de mis padres, lo que ha aumentado la congoja. Así que los cedros, los limoneros, las alondras, los vencejos de chimenea y la hierba de San Juan, y otros detalles de la geografía emocional de Sufjan iluminaban mis paseos, y convertían en paisajes de Oregon el barrio residencial de Málaga, cerca de la desembocadura del río, donde he pasado las vacaciones. Porque apenas necesitas que esas imágenes exploten, que esas melodías arrullen tus oídos para ir allí. Sólo hacen falta unos sencillos acordes arpegiados de guitarra, unos pianos titilantes y una voz doblada que subraya las partes más turbadoras, para que cualquiera saque del hielo un duelo congelado.

Porque la cumbre que alcanzó Illinois, la de la fascinante policromía y la grandiosidad contenida del viaje iniciático, no podía ir más allá. Ya había ahí un disco insuperable y único. Y, personalmente, la vía abierta por The age of adz nunca me llegó a convencer. Prefiero a Sufjan intentando ser Leonard Bernstein que acercándose a The Flaming Lips. Y asumiendo que All delighted people era la máxima expresión posible de ambición en una sola canción, y que los discos navideños, ya los haga él o Phil Spector, siempre serán un divertimento, el siguiente disco largo quedaba en el lugar de un imposible.

Sin embargo, el boy scout favorito de América no es de los que se achantan,  y en un triple salto mortal, deja que se acalle el enjambre de flautas, cítaras, banjos, metales, violines, sintetizadores y coros celestiales y alcanza una nueva cota de emoción en la desnudez. Quizá es porque destila verdad toda esta historia de exorcismo y memoria tras la muerte de su madre; o quizá no sea nada de eso, puesto que antes de que uno haga el esfuerzo de traducir las letras, ya ha quedado atravesado por las melodías que canta esa voz frágil. Son canciones que duelen, como sólo pueden doler las de Bill Callahan, Will Oldham o Mark Kozelek, por citar unos pocos ejemplos de autores que me tocan. Estas canciones arrojan una luz que araña, de tan luminosa que es, y en ese blanco cegador irrumpe una colección de imágenes sobre la infancia, el dolor, el miedo a enloquecer  y, sí,  el amor. Y resulta que con unos pocos elementos también se podía hacer un disco perfecto, aunque quizá había que trazar todo este camino a lo largo de los años, para deshacerse ahora de todo. Y con lo mínimo nos ha dejado sin aliento y sin sangre, poseídos también por el dolor. Como su madre dio, en esa hermosa metáfora de cementerio, alas a una piedra; él da alas a todos nuestros fantasmas de la infancia.

PD: Justo después de acabar de escribir el texto, terminé las últimas páginas de Los muertos, el cuento que cierra Dublineses, de James Joyce, y que había quedado postergado desde la última visita a casa de mis padres. Y no me he podido resistir a tomar una cita de su final, cuando en sus páginas empieza a caer la nieve:

“Caía, así, en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos”

Al ver en mi mente caer esa nieve, sentí el mismo frío del que habla Sufjan Stevens en Carrie & Lowell."