Y para terminar con el especial, esta lista con mis 25 canciones preferidas de su discografía, tanto de Kiko en solitario como de su grupo primigenio, Veneno. Por ser más o menos fiel a su faceta de intérprete por encima de la de compositor, dejo fuera composiciones que se crearon originalmente para otros artistas, como el Volando voy que hizo para Camarón, centrándome en aquellas que nacieron como propias. He incluido aparte una única versión registrada, y otra que, ya convertida en un clásico personal, tenía en realidad más de apropiación que de propia autoría, pero que no podía faltar en la lista. En definitiva, allá van mis 25 canciones de Kiko acompañadas de esta ilustración de Amaya:
23 La catástrofe mayor Después de Veneno Kiko necesitaba reinventarse y lo hizo marchando a Madrid y entregándose a los sonidos del momento. No acertó en todas, pero este tema tan ágil tiene la fuerza suficiente para escapar de las producciones medianas del momento y del paso de los años. Es más, con cada nueva interpretación, como la de doble vivo con la orquesta de cuerdas del Taller de Musics, va ganando puntos y mostrando que no era una canción menor de su repertorio.
22 Veneno Como dijeron los Chunguitos en su día, dame veneno que quiero morir. Dame veneno para acabar con todo, contigo. Una canción con más poso del que parece inicialmente, más dolorosa, que relata una relación tan dañina como adictiva. Porque el coste de la vida es capaz de acabar con todo, contigo, conmigo y con nosotros.
21 Sensación térmica Kiko comenta que eso de la sensación térmica es algo nuevo que sirve para engañarse a uno mismo. En la canción es sinónimo de ese vacío que es tan grande como la cama de Curro el Palmo. La sensación térmica es la ausencia, sus consecuencias y el frío de tener que vivir el día a día sin ti.
20 El pueblo guapeao El mejor tema del último intento de recuperar Veneno fue esta magnífica canción, tan lastrada por la producción del álbum que gana eones si uno se olvida de la versión de estudio y rebusca
alguna actuación en directo por internet. O incluso si se queda con
la reinterpretación que el propio Kiko realizó en el disco de Jabier Muguruza, con estribillo en euskera. Un adelanto del Kiko más costumbrista que se sublimó en el cantecito.
19 No pido mucho Veneno musicando el poema de Miquel Martí i Pol y estableciendo, nuevamente, relaciones entre la Sevilla underground (la de Smash, la de los hombres de las montañas) y la cultura catalana para cerrar Veneno mezclando palabras y combinando conceptos. Fusionando el arte.
18 Si tú, si yo La primera canción que escuché de Kiko Veneno venía firmada como Veneno a secas y se hacía acompañar de la voz de Martirio para poderse tirar los trastos a la cabeza. Absolutamente opuesto a lo que fue el disco de debut del grupo formado por Kiko y los hermanos Amador, y ya sin Rafael en nómina, la canción suena más funky, menos gitana y nada espontánea. Sin embargo, sus coros vacilones y una letra que entre lo cómico y lo crítico consiguen que la canción se pegue de por vida. Podría ser solo una anécdota en la discografía venena, pero al final termina siendo mucho más.
17 El lince Ramón Está muy bien eso del cariño podría ser uno de los discos más internacionales de Kiko, viajando del tirón de la Andalucía rumbera a la Latinoamérica salsera, como en la historia del lince que perdió los reflejos por amor. Porque él era un gato rumbero que corría a su aire por el Parque de Doñana, sí, pero las trompetas del estribillo de la canción se quedan a dos palmos de las de los Son del Solar de Buscando América. Porque el amor no sabe de frontaras, ni de las geográficas ni de las musicales.
16 Los animales Raimundo, Rafael y Kiko, con el tacita a la batería y la producción de Ricardo Pachón. Me ha costado mucho diseccionar una obra que tiene tanto de concepto unificado que por momentos metía todo el disco en este top y, a los cinco minutos, lo sacaba al completo. Al final han sido 4 las canciones seleccionadas de él, y una de elllas tenía que ser necesariamente esta oda a Los animales que es puro rock con guitarras flamencas.
15 Campeones de la suerte A Joselito le salieron malas las novias y por eso las dejó a todas. A los protagonistas de esta canción todo les sale bien porque son los Campeones de la suerte. Por eso se crecen en la improvisación y han venido aquí a compartir. El mejor Kiko siempre aparece, en todos sus discos, y Dice la gente no iba a ser una excepción.
14 Manuel Siendo sincero, no sé quién es Manuel. No sé por qué tiene esa personalidad tan especial, ni porqué somos incapaces de enfadarnos con él. No lo sé, pero yo ya tengo un Manuel en mi cabeza. Tengo a una persona sensible, imaginativa y muy especial. Por eso se merece esos coros tan africanos y esta canción. Por eso Kiko se la escribió para coronar La familia pollo.
13 La vida es dulce Aquí no todo el mérito es de Kiko. Aquí Raül ha sabido regalar a una composición magnífica la producción que necesitaba para brillar aún con más fuerza. Aquí todo suena a experiencia, experimentación y brillantez. Pocos, muy pocos, son capaces de entregar algo de esta calidad tras cuarenta años de carrera. La vuelvo a escuchar y me vuelvo a sorprender.
12 La chispa El espíritu de Bob Dylan más presente que nunca. Más incluso que en la versión del Memphis Blues Again. La chispa es esa inspiración que jamás debería faltarnos. A él para seguir haciendo música y a nosotros para saber disfrutarla.
11 Patapalo Patapalo es el más malo de todos los personajes creados por Kiko Veneno. Tan malo que come pulpo crudo y que sin tebeos no puede cagar. Y, aunque la canción se grabó previamente como Pata Negra para la maqueta que finalmente se convirtió en el minilp Guitarras callejeras, se publicó oficialmente por primera vez en el debut de Kiko en solitario, Seré mecánico por ti. Una de las más rockeras de la lista, ácida, sucia y callejera, retratando a uno de esos piratas de extrarradio que, cuando les entra el sentimiento, buscan su charca para seguir navegando.
10 Echo de menos Echo de menos puede ser la canción más mediática de la carrera de Kiko. Al menos en su momento lo fue. Miles de anécdotas que antes estaban y que ahora son solo recuerdos. Miles de detalles que aparecen justo cuando desaparecen. Y de nuevo ese mestizaje entre la rumba y la salsa que tan bien marida cuando se hace bien.
9 Bilonguis La mejor canción de El hombre invisible vuelve a retratar una pérdida que solo genera sufrimiento y confusión. Como esos efectos personales que solo sirven para no aprender a olvidar. Porque nunca es fácil asumir que todo tiene una fecha de caducidad y que, la mayoría de las veces, no la ponemos nosotros. Por eso, si alguna vez te vas, hazlo de verdad y no me dejes en los bolsillos del pantalón esas alas de cucaracha que me recuerdan que ya no estás cada vez que meto las manos dentro.
8 Coge la guitarra La guitarra y el cante como paracetamol para las penas del alma. Coge la guitarra y haz que nos pique el sol. Sácate las nubes de enmedio y vamos a sentarnos a ver como los rayos suben la temperatura del corazón. Y tócate esa de La quiero a morir para que todos la bailemos.
7 San José de Arimatea Aquí Veneno hizo suya la canción de Gianni Morandi y la vistió de surrealismo jipista y apostasía. San José de Arimatea apareciendo con un radiocassette, en una historia alucinógena en la que todo parece regado de química. Uno de los clásicos de aquel disco tan irrepetible, tan radical y atrevido como la letra de la canción.
6 Respeto Cada cual vaya diciendo lo que quiera, se lo lleva la corriente. Y pides a tu dios por la mañana, que lo malo no te coja. Palabras más necesarias que nunca en este mundo que parece haberse convertido en un refugio de perros de presa hambrientos. Por eso no hay que olvidarse de lo importante que es el respeto. A todo, a nosotros mismos. Yo, yo me comprometo.
5 Lobo lópez Como un relato de Carver en andaluz, el Lobo López sobrevive a un encuentro casual con la cabeza bien baja y el ánimo sostenido solo por unos rayos de sol que pican en la espalda. Tratando de contar las cosas más importantes apuntando solo una anécdota. Uno de esos momentos que se leen más por lo que evoca que por lo que sucede.
4 Los delincuentes Veneno haciendo un single. Veneno por chirigotas. La más accesible del disco más radical del pop español, con su estribillo y su pito de caña. La vida de unos perros callejeros que trapichean, roban y llaman a tu casa para venderte uno u otro género. Y ellos mientras, dedicados a cambiar el destino de la música con dos guitarras de palo.
3 La casa cuartel Cuando ni Federico Lorca es suficiente para salvarte la noche si él no está contigo, y ya has aprendido a hacerlo todo entre dos y solo estás deseando volver a casa a esperar a que llegue. Cuando esas dos entradas que ella no supo aprovechar y pertenecían a los padres de Kiko se estropearon por una guardia mal puesta. Cuando una relación es tan real y sincera que nada se disfruta igual si no es acompañado. Y solo entendiendo el amor de esa forma se puede llegar a escribir una canción como La casa cuartel. Dejando que los recuerdos se conviertan en poesía.
2 En un mercedes blanco Recuerdo cuando iba a visitar a mi abuela a su casa por las tardes y, a la vuelta ya de noche, casi siempre me encontraba a alguien en el portal fumando la heroína que quemaban en un trozo de papel de aluminio. Cuando les veía desde dentro del portal, sentados en la escalera de fuera, mi sensación era siempre entre miedo y tristeza. Sin embargo, nunca te molestaban; les pedías permiso para pasar y te miraban con cara de derrota. La historia de En un mercedes blanco no es más que esa cara. Y un papel tirado en un portal de una casa y el olor a chino quemado que queda después.
1 Joselito En este artículo de El mundo se explicaba la historia de Joselito y, de paso, la de los años que Kiko pasó en Conil, al frente del bar El Adán. Ese texto sirve para comprender la grandeza de una canción que mira hacia abajo, donde se encuentra el serrín en los bares de toda la vida, y nos enseña que se puede ser mucho más revolucionario contando historias cotidianas que fijándose en las grandes batallas. Todo lo que se había apuntado hasta entonces en las letras de sus canciones aquí se sublimaba, trascendiendo géneros y disciplinas artísticas. Si por mí fuera, esta canción estaría sonando de forma perpetua en una sala de cada museo de arte contemporáneo que se precia de querer mostrar precisamente eso. Y aún así no le estaríamos haciendo suficiente justicia.