Windswept, aunque oficialmente no lo sea, nace con una clara vocación de banda sonora. Y comento que no lo es porque solo algunos de los temas en él incluidos han aparecido en la tercera temporada de Twin Peaks, pero todo el conjunto de la obra podría haber formado parte de la serie. Johnny Jewel, lider de Chromatics, ha concebido esta nueva referencia de su sello Italians do it better como un trabajo nacido para acompañar imágenes, algunas existentes y otras no, y con la terrible responsabilidad de hacer algo personal pero sin romper el espíritu de Angelo Badalamenti (que no desaparece de la nómina de músicos que han participado en la recuperación por parte de Lynch de la serie). Y a mí me deja con la sensación de que lo ha logrado.
A pesar de que buena parte del conjunto del disco se entregue a la fácil crítica por comparación con la obra de Badalamenti, incluyendo los dos temas cantados, uno firmado como Desire y el otro (una versión de Blue Velvet) como Chromatics, la realidad es que el resultado del trabajo de Johnny Jewel es más que notable, porque tanto siendo fiel al espíritu original como rompiendo con él, la tarea no iba a ser sencilla y, finalmente, ha conseguido una colección de instrumentales que enganchan tanto dentro como fuera de la pantalla. Television snow es el primero, la carga tensa que posee te lleva (siempre que, como yo, aún no haya disfrutado de la tercera temporada de Twin Peaks) a las terribles imágenes del cuerpo aparecido en Black Lake. Y, a continuación, uno se deja fácilmente hipnotizar, primero por el saxo que dirige el corte Windswept e inmediatamente después por la voz de Megan Louise en Saturday, una balada que debería estar en todas las listas de mejores canciones del año.
Slow dreams, Motel, The flame o la maravilla final de Blue moon, que solo se puede visualizar cantada en un escenario de un pequeño teatro con un telón de cortinas rojas, son otras de mis preferidas de una obra que trasciende el mero acompañamiento de unas imágenes para convertirse en uno de los discos más bonitos que he escuchado en meses. Y que, de paso, me empuja a recuperar el álbum de Chromatics del que aún se espera su continuación. Manolo Domínguez
A pesar de que buena parte del conjunto del disco se entregue a la fácil crítica por comparación con la obra de Badalamenti, incluyendo los dos temas cantados, uno firmado como Desire y el otro (una versión de Blue Velvet) como Chromatics, la realidad es que el resultado del trabajo de Johnny Jewel es más que notable, porque tanto siendo fiel al espíritu original como rompiendo con él, la tarea no iba a ser sencilla y, finalmente, ha conseguido una colección de instrumentales que enganchan tanto dentro como fuera de la pantalla. Television snow es el primero, la carga tensa que posee te lleva (siempre que, como yo, aún no haya disfrutado de la tercera temporada de Twin Peaks) a las terribles imágenes del cuerpo aparecido en Black Lake. Y, a continuación, uno se deja fácilmente hipnotizar, primero por el saxo que dirige el corte Windswept e inmediatamente después por la voz de Megan Louise en Saturday, una balada que debería estar en todas las listas de mejores canciones del año.
Slow dreams, Motel, The flame o la maravilla final de Blue moon, que solo se puede visualizar cantada en un escenario de un pequeño teatro con un telón de cortinas rojas, son otras de mis preferidas de una obra que trasciende el mero acompañamiento de unas imágenes para convertirse en uno de los discos más bonitos que he escuchado en meses. Y que, de paso, me empuja a recuperar el álbum de Chromatics del que aún se espera su continuación. Manolo Domínguez
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