No descubro nada nuevo si digo que hay cosas que solo pasan una vez en la vida. Pasan sin casi darte cuenta y después se te queda cara de tonto esperando, en vano, que vuelvan a ocurrir. Poder volver a revivir ese momento que ni siquiera te diste cuenta que era tan importante.
El primer disc es el único disco de Gran Amant, grupo del mallorquín Gerard Armengol. Gerard, también ilustrador y diseñador gráfico (ha publicado incluso en The New York Times), publicó estas canciones en 2011 y desde entonces, solo podemos volver a ellas una y otra vez, ya que no han tenido continuación.
Un disco que vive y sigue teniendo vida propia en un mundo que parece sacado de algún momento de los '90 donde las locuciones, las cortinillas, y los diálogos relacionados siguen teniendo vigencia. Un disco premeditadamente naíf y en ocasiones críptico, pero con la riqueza necesaria como para crear una obra capaz de atrapar y perdurar. Pop artesanal y mediterráneo. Un mediterráneo lo-fi y no siempre un lugat donde brilla el sol. Un mar que guarda rincones ariscos y no siempre calma.
Y no, no es un disco en el que recrearse tirado en el barro (la etiqueta es tan solo un pretexto), es simplemente que guarda la esperanza de lo que empieza con la intención de continuar y se queda en una ocasión única. El primer paso y el último. La alegría y la tristeza juntas y sin posibilidad de tiempo para elegir con cuál te quedas. Javier Ruiz
El primer disc es el único disco de Gran Amant, grupo del mallorquín Gerard Armengol. Gerard, también ilustrador y diseñador gráfico (ha publicado incluso en The New York Times), publicó estas canciones en 2011 y desde entonces, solo podemos volver a ellas una y otra vez, ya que no han tenido continuación.
Un disco que vive y sigue teniendo vida propia en un mundo que parece sacado de algún momento de los '90 donde las locuciones, las cortinillas, y los diálogos relacionados siguen teniendo vigencia. Un disco premeditadamente naíf y en ocasiones críptico, pero con la riqueza necesaria como para crear una obra capaz de atrapar y perdurar. Pop artesanal y mediterráneo. Un mediterráneo lo-fi y no siempre un lugat donde brilla el sol. Un mar que guarda rincones ariscos y no siempre calma.
Y no, no es un disco en el que recrearse tirado en el barro (la etiqueta es tan solo un pretexto), es simplemente que guarda la esperanza de lo que empieza con la intención de continuar y se queda en una ocasión única. El primer paso y el último. La alegría y la tristeza juntas y sin posibilidad de tiempo para elegir con cuál te quedas. Javier Ruiz
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