Acordando que sus dos primeros discos sirvieron de calentamiento (son discos menores respecto al resto de su discografía), The National llevan encadenados cinco discos notables, en algunos casos sobresalientes (pienso en Alligator o Boxer). Pocos grupos de su generación pueden presumir de eso. Muy pocos. Claramente un referente y una de las bandas más importantes del siglo XXI, por pomposo que eso pueda sonar.
Trouble will find incidía en el lado más reposado del grupo, y Sleep well beast viene a confirmar esa tendencía. Incluso aquí desarrollan el componente electrónico, construyendo un nuevo tipo de canciones en su discografía cercano a la indietrónica (¿todavía se puede utilizar esa etiqueta?): música para soñar desde tu habitación entre colchones de sintetizadores.
Dentro de esta parte del disco encontramos varias de las mejores: Walk it back, Empire line o Sleep well beast (la canción). Unas canciones que resultan hipnóticas y sugestivas. Unas canciones que casan perfectamente con los The National más reflexivos y apacibles. En lo que respecta al grueso del disco nos encontramos lo que veníamos buscando: a un grupo que sigue representando la aflicción, la rabia y la esperanza como nadie en canciones de intensa emoción como Day I die, The system only dreams in total darkness, Turtleneck (aquí recordando más que nunca a Rem) o Guilty party. Canciones que se añaden a un repertorio que ya resulta no solo impresionante, sino apabullante.
The National son de esos grupos que en mi cabeza forman parte de esa etiqueta que está a la derecha, la de grupos que me atan al suelo. Un favorito al que, como a los grandes amigos, cuesta verles los defectos. Pero es que nunca fallan. Siempre están dispuestos a sacarte del barro. Javier Ruiz
Trouble will find incidía en el lado más reposado del grupo, y Sleep well beast viene a confirmar esa tendencía. Incluso aquí desarrollan el componente electrónico, construyendo un nuevo tipo de canciones en su discografía cercano a la indietrónica (¿todavía se puede utilizar esa etiqueta?): música para soñar desde tu habitación entre colchones de sintetizadores.
Dentro de esta parte del disco encontramos varias de las mejores: Walk it back, Empire line o Sleep well beast (la canción). Unas canciones que resultan hipnóticas y sugestivas. Unas canciones que casan perfectamente con los The National más reflexivos y apacibles. En lo que respecta al grueso del disco nos encontramos lo que veníamos buscando: a un grupo que sigue representando la aflicción, la rabia y la esperanza como nadie en canciones de intensa emoción como Day I die, The system only dreams in total darkness, Turtleneck (aquí recordando más que nunca a Rem) o Guilty party. Canciones que se añaden a un repertorio que ya resulta no solo impresionante, sino apabullante.
The National son de esos grupos que en mi cabeza forman parte de esa etiqueta que está a la derecha, la de grupos que me atan al suelo. Un favorito al que, como a los grandes amigos, cuesta verles los defectos. Pero es que nunca fallan. Siempre están dispuestos a sacarte del barro. Javier Ruiz
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