jueves, 22 de diciembre de 2016

feliz navidad y próspero año nuevo desde el marino

Ya hemos montado el árbol. Mateo ha decidido adornarlo con cosas de su habitación. Hay un esqueleto, un escudo del Betis, un marciano, Son Goku y las pulseras del PS del año pasado. Yo he apoyado los discos de Leonard Cohen y Bowie sobre el tronco y creo que Javi ha hecho lo mismo en el suyo con los de Prince. La Navidad es esto y los mensajes falsos del Papa que corren por las redes sociales. La Navidad es todo lo contrario de lo que aparenta ser. En Navidad nos toca olvidarnos de lo que ocurre afuera de nuestros hogares y hacer como si hubiera una chimenea con calcetines colgados en todas las casas. La Navidad no es solidaridad porque en realidad es imposible que lo sea. No hay solidaridad que consiga hacer un mundo justo y me atrevo a decir que ni siquiera lo pretende.

Por eso en navidad nos toca jugar al juego de cada año, comprar lotería, acordarnos de los que faltan, comer mantecados, beber hasta emborracharnos, enviar Christmas por correo e ir a la misa del gallo en Nochebuena. Y ya el próximo año, si no nos ha imbuido del todo el espíritu navideño, volveremos a pensar en que aún quedan muchas, demasiadas, cada vez más, cosas por corregir.

Feliz Navidad y próspero Año Nuevo desde el marino. Que no falte el champán.

                                                                                                           el marino bajo la nieve es obra de Amaya  
                                                                     

martes, 20 de diciembre de 2016

2016 en portadas (las 5 favoritas de javi)

Al igual que el año pasado, para finalizar nuestro resumen 2016, tanto Manolo como yo elegimos 5 portadas que nos han gustado este año, sin clasificar ni enumerar, solo 5 que nos han llamado la atención. Y lo han hecho ya sea por su fotografía (como en el caso del trabajo de la catalana Carlota Guerrero para Solange o Deana Lawson en el caso de Blood Orange), por su formato (el 7" shaped picture disc de New Order) o por el juego que dan sus ediciones físicas (★ o Life of pause de Wild Nothing). Aunque también por su ilustración en el caso de Dinosaur Jr. (con un trabajo de Daniel Richter) o en el de John Bergin para la imagen de Stranger Things.

A seat at the table Solange (photography and art direction Carlota Guerrero)






































Freetown sound Blood Orange (cover photo "Binky & Tony Forever" by Deana Lawson)






































People on the high line New Order (art direction Peter Saville, design Paul Hetherington)






























★ David Bowie (album design by Barnbrook)


























Ataque de amor El Palacio de Linares (arte gráfico de Lu Misterio) 




2016 en portadas (las 5 favoritas de manolo)

Are you serious Andrew Bird (artwork John Baldessari) 






































Stranger Things A Netflix Original Series Soundtrack (art director John Bergin)






































Life of pause Wild Nothing (design Ian Salter)






































How to be a human being Glass Animals (art direction and design Mat Cook) 






































Give a glimpse of what yer not Dinosaur Jr. (cover Daniel Richter)


lunes, 19 de diciembre de 2016

2016 en discos nacionales

Triángulo de amor bizarro Salve discordia


Si la escucha de Salve Discordia ya depara el enfrentarse a varias de las emociones más primarias, presenciar la ejecución de estas canciones en directo supone un vuelco del que no te repones fácilmente. En una experiencia en la que participan varios sentidos, primero intentas asimilar lo que ocurre en el escenario, incapaz, te dejas llevar por la tormenta (siempre perfecta), y mientras ocurre todo esto, tu cuerpo se entumece y no responde. 

Así de salvajes y a quemarropa regresaron Triángulo de Amor Bizarro nada más iniciar 2016, un cuarto disco con el que (aún siendo trabajos sobresalientes) dejan en evidencia a sus discos anteriores. Como el corredor que a cada carrera supera su marca anterior. Como la excelencia en las puertas del cielo. O del infierno. 
Un disco, como los grandes, que marca y delimita generaciones. Canciones que queman, y marcan la forma de enfrentarte a la vida. 

España no se merece un grupo de la envergadura de Triángulo de Amor Bizarro. 2016 se merecía un disco como Salve Discordia.

2 Espanto Fruta y verdura
Resulta difícil asegurarlo, pero Fruta y verdura se antoja el disco más completo de Espanto. Como si en un especie de musical agreste se tratara, el ya inconfundible punto de vista de Luis y Teresa se ve plasmado en canciones que ven en su versátil producción su punto fuerte. Todo en Fruta y verdura suena relevante, cada frase, cada melodía, cada arreglo. Todo suena al mejor disco de Espanto.





3 Escuelas Pías Nuevas degeneraciones
El debut de Escuelas pías incide en la cara más introspectiva del anterior proyecto de sus dos componentes y abre sus inamovibles referencias del indiepop más electrónico a terrenos de shoegazing atmosférico que nos hacen llevar la vista hacia aquellos años en los que el yo contra el mundo se encerraba en una habitación con posters de The Field mice y Slowdive y discos de Cocteau Twins a todo volumen. Pero lo hace con el bagaje de los años ya vividos, situándoles ahora en una adultez en la que toca empezar a asumir que la realidad no es aquello que andaba por nuestras cabezas hace quince años.


4 Parade Demasiado humano
Demasiado humano podría ser uno de los discos donde la ciencia ficción aparece de forma más explícita, si cabe plantearse esto con la discografía de alguien tan obsesionado como Antonio Galvañ por estos temas. Lo humano frente a lo artificial y lo difuminado de la frontera que separa a ambos. Tan humano como como los replicantes de Blade runner y tan mecánico como los músicos de aquella gira de Kraftwerk. Y para ello nada mejor que entregarse a los sintetizadores y al sonido de Intonarumore, desde el que se humaniza a las máquinas hasta lograr que lo emotivo desbarate la raya que separa lo uno de lo otro.


5 El Palacio de Linares Ataque de amor
10 canciones de pop atemporal en las que el chico (casi) siempre pierde. 10 canciones de pop atemporal con las que siempre ganamos, con las que sentirnos mejores personas. "La gente y los peces estamos de acuerdo en que hay que ponerse de acuerdo y plantarse ante esa gente que no es buena gente"  







6 David Cordero El rumor del oleaje
El rumor en la orilla. El rumor de 8 playas distintas de nuestras costas llevado a la emoción más contemplativa. A la emoción más primaria, la que viene de las olas. David Cordero, músico clave en la escena electrónica (aunque siempre traspase fronteras y etiquetas) de nuestro país, ha publicado en este 2016 uno de los mejores discos de su carrera.  





7 El Guincho Hiperasia
Parece claro que a Pablo Díaz-Reixa no le gusta repetirse. Ya se reinventó con Pop negro después de haber triunfado con su álbum interior y aquí lo hace con una transformación aún más profunda, tan aferrada al presente que debería ser referente de la actualidad musical. En Hiperasia la sicodelia electrónica que lleva años presidida por Animal Collective se impregna del trap y los sonidos latinos para traernos algo innovador, sorprendente y, me atrevería a decir, complejo. Un disco difícil que es también referente de a lo que suena este 2016.  


8 Rusos Blancos Museo del romanticismo                   
Si este ha sido año de publicación de disco de Rusos Blancos es que, al fin y al cabo, no ha sido tan mal año. Museo del romanticismo, su tercer disco, vuelve a entusiasmarnos con sus relatos, que en ocasiones nos hacen sonreír, y en otras ocasiones nos tuercen esa misma sonrisa.







9 Doble Pletina Así es como escapó                       
En el segundo disco de Doble Pletina nos dice que el grupo sigue siendo tan especial y singular como el primer día. Contándonos la vida desde un punto de vista en el que las prisas y la inmediatez no tienen cabida, las canciones de Así es como escapó reconfortan y te hacen sentir como en casa. Y no hay nada mejor que eso.





10 Kokoshca Algo real                                
Kokoshca siguen a lo suyo. A retorcer el garaje con el pop y las enseñanzas rockeras más castizas. Siguen a eso y a buscar el estribillo imperfecto. Este que es sucio y carnal. Lo consiguieron con Únete a Kokoshca, La fuerza, Mi chica preferida o El búho, y lo repiten aquí con hits como Mi consentido o Más que nada, la carta de presentación de un disco que les sigue confirmando como necesarios.




11 Agorazein Siempre                      
Si justo al presentar nuestras canciones preferidas del año (en concreto las de Manolo) mencionábamos cómo están cambiando los tiempos y como empieza a quedarse obsoleto el concepto de álbum como entidad indisoluble, ahora nos damos de bruces con lo contrario. Justo esa generación que utiliza youtube como principal plataforma de difusión se desmarca con este Siempre, que no nace como una simple recopilación de temas desperdigados, sino que nace con la intención de mostrar qué es AGZ en 2016, y aprovechar el tirón mediático en el que se encuentran inmersos para publicar una obra que permita situarlos en la escena como merecen. El futuro del colectivo nos lo irá desvelando el tiempo, pero, sin duda, Siempre consigue radiografiarnos un presente en un estado de forma impresionante.

12 Cecilio G Tiger
Probablemente Cecilio G sea el personaje más peculiar de la nueva escena trap de nuestro país. Tanto en el terreno musical como en todo lo que le rodea, Cecilio ha demostrado ser alguien diferente, a veces puntuando a su favor y otras en su contra. Hasta tal punto que casi mejor que nunca podemos utilizar con él la manida frase de lo tomas o lo dejas. Aquí nos hemos entregado sin reservas a esa locura creativa que rodea a todo aquello en lo que participa. Y la desquiciada mixtape Tiger, en la que es capaz de rapear sobre una balada romántica, o apropiarse de la letra de un tema de Siniestro Total, es donde, pensamos, más atinado ha estado entre todo lo que ha publicado en este 2016, que no ha sido poco.

13 Chucho Los años luz                      
No ha sido un error, y el perrete ha vuelto a la vida. Y como siempre, dando donde más duele. Más perrete en ocasiones (Oso bipolar, Un inmeso placer, Cosas hermosas), más perruzo en otras (Fuego fatuo, Nadie es inocente) e incorporando nuevas visiones (Flores sobre el estiércol, ¡Viva Peret¡







14 Novedades Carminha Campeones del mundo
No sé cuántos fans mantiene el grupo desde aquellos inicios en los que se entregaban a la inmediatez más punk y sucia hasta un presente en el que han decidido no casarse con nada ni con nadie. Los más inteligentes, seguro. Porque Novedades Carminha ha ido dulcificando su discurso, cierto, pero a la vez ganando en inspiración y calidad. Y Campeones del mundo nos parece su mejor disco, donde más libres se han sentido y donde están las mejores canciones de su discografía. Eso, o que somos unos blandos.



15 Neleonard Las causas perdidas
La fuerza de la sencillez. De lo que nos alegra el día. Coger frío, Reluces, Mariadel o Ya ni cuento son algunas de las grandes canciones de otro de los grandes discos de pop de este año: arreglos orquestales para soñar, cantar y perder el miedo a lo (des)conocido.






16 Sisa Malalts del cel
En el año de las despedidas muchos han querido ver en Malalts del cel el mejor epitafio a la discografía de Jaume Sisa. Nosotros casi preferimos pensar que es un hermoso ajuste de cuentas con uno mismo, un álbum de fotos que coge de toda una vida para hacer balance de lo pasado sin cerrarse a lo que aún está por venir. Y como tal es una colección de canciones que recupera, o casi, el nivel que ofreció en 2001 con Visca la llibertad y que nos permite seguir disfrutando de una nombre tan importante para la música de este país como el de jaume Sisa.



17 Delorean Muzik   
Delorean no lo tienen fácil. Siempre va a pesarles la sombra de aquel Subiza que dio la vuelta al mundo, así como de su EP previo, casi inalcanzable. Pero ellos siguen a lo suyo, incitando a no dejar la pista de baile e invitándonos a esa fiesta sin límites que se esconde detrás de cualquier hit rompepistas. Y aquí, aunque algo más relajados, vuelven a conseguirlo. Canciones para una, o para todas, las noches.




18 Fasenuova Aullidos metálicos
El pop industrial de Fasenuova tiene dos caras, una más melódica y accesible y otra en la que el ruidismo, el filo de la navaja y el metal cortante se adueñan del sonido y nos llevan a parajes de incómoda tensión. En Aullidos metálicos estas vertientes están ambas representadas de la mejor forma. Como una caricia que se va afilando hasta hacernos sangrar. Como un dolor punzante al que te vas acostumbrando hasta hacerse agradable.





19 Alba Molina Canta a Lole y Manuel
Alba Molina necesitaba hacer este disco, el más flamenco de su discografía, el más sentido y el más emotivo. Manuel ya no está y aquí es Joselito Acedo el que, con una guitarra que sabe ser protagonista por su gran modestia, acompaña a la voz de una Alba Molina que suena, imaginamos que lo importante del repertorio motiva lo suficiente, más jonda que nunca. No, nada puede ser como fue aquello, pero esto se le parece.




20 Espíritusanto Algo nos va a pasar
El debut en disco largo de espíritusanto se ha saldado de la mejor manera posible. 11 canciones de pop encantador que encuentran en sus juegos de voces, las guitarras feroces y los estribillos su mejor baza, junto a unas letras que no se quedan en lo evidente.

domingo, 18 de diciembre de 2016

2016 en discos internacionales

1 The Radio Dept. Running out of love


La revolución será en la pista de baile o no será. Un disco comprometido social y musicalmente, que sigue fiel a las marcas de identidad del dúo sueco pero se abre a nuevos sonidos para no estancarse. Así, el indiepop de atmósferas synth se ha acercado al techno el house y el dub en una fusión que ha resultado de los más coherente para lograr una obra mayúscula. Desde sus comienzos, The Radio Dept. siempre han sido una debilidad que más de diez años después aún no nos ha pinchado. Si tenemos que ser fans de alguien, estos serían, sin duda, uno de nuestros firmes candidatos.

2 Frank Ocean Blonde
Blonde es lo que nos gustaría saber describir al explicar cómo suena el siglo XXI. Blonde es Frank Ocean, solo, en medio del círculo polar antártico, perdiendo su juventud. Esa juventud que se cuenta por relaciones fallidas, drogas y coches caros. Y lo es de la forma en la que solo un diario que sabes que nadie lo va a leer lo es. Blonde no necesita Grammys ni superventas para ser inmenso, básicamente porque no lo pretende. Solo pretende exorcizar los demonios de su autor y, de paso, convencernos a los demás de que se puede ser inmenso desde la introspección.



3 Ólafur Arnalds Island Songs
2016 ha sido un año cumbre en la trayectoria de Ólafur Arnalds. Su proyecto Island Songs ha resultado ser uno de sus discos más importantes, sino el que más. Una exhibición de talento brutal en un músico que parece estar en su mejor momento. Cada una de las canciones que forman este disco y que se presentaron semana a semana durante el verano, son muestra de una belleza (como diríamos en estos casos) incomparable y con diferentes matices: de las más afligidas 1995 u Öldurót, a la más esperanzadora Dalur, pasando por la montaña rusa emocional de Particles.




4 Nick Cave & The Bad Seeds Skeleton tree
Las diferentes maneras de acercarse a la música como remedio o bálsamo y que esta actúe como terapia (de choque) llevan a Skeleton tree a un lugar en el que nos hemos visto poco este año: al de escuchar discos y que la congoja se apodere de nosotros. La congoja y todo tipo de emociones primarias que ven en estas 8 canciones la única salida posible.






5 Kanye West The life of Pablo
Cuando el tiempo dé la tregua necesaria y las distracciones de las diferentes parcelas de la vida de Kanye West dejen ver con claridad, quizás se podrá apreciar mejor la grandeza de The life of Pablo. Grandeza que él mismo se ha empeñado en sabotear una y otra vez desde su salida a la par que ha ido modificando el disco y su tracklist (increíblemente haciéndolo mejor en cada ocasión, con la inclusión de Saint Pablo como prueba de esto). Un disco que ve en sus alucinantes canciones su mejor defensa: Ultralight beam, Famous, 30 hours, Waves, Fade y un largo etcétera son sus convincentes y rotundos argumentos.


6 Beyoncé Lemonade
Nada en las primeras escuchas de Lemonade me hizo pensar que este sería uno de los discos más importantes de este año y el disco clave en la discografía de Beyoncé (también uno de los lanzamientos para entender este 2016). Sus rotundas canciones han llegado a lo más alto a lo largo de los meses. Pese a su variedad estilística, juntas forman una cohesionada y excelsa colección que pide una escucha tras otra y siempre sorprende. Un disco que traspasa sus fronteras naturales para entrar en el terreno de lo que realmente importa: la relevancia.



7 Jóhann Jóhannsson Orphée
En Orpheé se esconde la figura de Orfeo y su deambular motivado por la pérdida de Eurídice. Una inspiración que solo puede desembocar en un sonido hermoso y afectado, dolorido y resignado. Una tristeza musicada que nos enamora como las composiciones del propio Orfeo enamoraban a ninfas y bacantes, y logra en nosotros el mismo efecto hipnotizador del que no queremos recuperarnos.




8 Shura Nothing's real
Si hemos hablado de fronteras y terrenos naturales a propósito del Lemonade de Beyoncé, aquí nos encontramos el caso contrario. El disco de Shura nace desde pequeñas pretensiones para encontrar, gracias a sus canciones, esa puerta que lo lleve a lo más alto. Nothing's real (la canción), What's it gonna be?, Touch, What happened to us?, Make it up, etc, son sus pequeñas pero inmensas armas.





9 PJ Harvey The hope six demolition project                      
The hope six demolition proyect nace con el handicap de tener un hermano mayor con características de genio. Y no es fácil convivir sabiendo que vas a ser el segundo en casi todo, incluso en tu discurso de fin de curso. Aún así, y asumiendo esta limitación, el proyecto de PJ Harvey, fruto de su convivencia cercana con algunos de los conflictos que hacen del mundo un lugar peor, no se resiente en absoluto y sale airoso en su afán por registrar una imagen, temporal y geográfica, menos agradable de lo que desearíamos. Pero hoy en día el arte debe ser en parte reivindicativo para no dejarnos vencer tan fácilmente como parece que lo estamos haciendo.



10 Death in Vegas Transmission        
No tenemos claro si Transmission es el enésimo álbum de Death in vegas o el primero de Richard Fearless en solitario. Porque aquí la única colaboradora, aparte de las labores de producción, es la de Sasha Grey en funciones vocales, y el resultado es un disco de electrónica oscuro y desasosegante. Tan inquietante como hipnótico y no exento de hits, como pueden ser Consequuences of love (aún más claro en el remix de Chris & Cosey editado como single en un 12”) o You disco I freak.



11 David Bowie  
Otro caso, al igual que ocurre con el disco de Nick Cave, en el que las circunstancias que rodean estas canciones se tienen que imponer (no hay otra manera posible) en la manera de acercarse a ellas es este ★. Un disco que te lleva tan arriba como proporcionalmente abajo. Un disco que es un instrumento en manos de toda la paleta de emociones.
                   





12 Kate Tempest Let them eat chaos      
Let them eat chaos no puede valorarse (solo) como una obra musical, porque su mayor fuerza está en el mensaje que traslada. La historia de estos siete vecinos de un mismo barrio residencial, que en Enero se convertirá en obra literaria (de momento, anunciada solo en inglés, para los no políglotas nos toca esperar y rezar), impacta no solo por la forma en la que Kate Tempest nos la transmite sino, esencialmente, por el mensaje que conlleva. Siete vidas que tienen un punto de inflexión a las 4:08 mientras en el exterior la tormenta amenaza con resquebrajarlo todo, aún más.



13 James Blake The colour in anything      
Este año ha habido una serie de lanzamientos, por decirlo de alguna manera, altamente emocionales: discos que por diferentes razones nos han tocado allí donde había que hacerlo. El tercer disco de James Blake, su mejor álbum hasta la fecha, es uno de ellos. Electrónica susurrante sumergida en nocturnidad que no conoce momento de desperdicio a lo largo de su hora y cuarto de duración.






14 The Avalanches Wildflower      
Que veinte años no es nada, la frase de Carlos Gardel en el inmortal tango Volver, es algo a lo que los componentes de The Avalanches se han aferrado para publicar, casi dos décadas después, un disco que parece el hermano mellizo de aquél Since I left you que tanto nos sorprendió en el 2000. Y Wildflower tiene todo lo que aquél tenía excepto eso, la capacidad de sorpresa. Por lo demás, solo queda volver a sumergirse en ese mar de sampleados y apropiaciones que te lleva directamente a un mundo imaginado donde el sunshine pop convive con géneros como el hip hop old school, la sicodelia o el r’n’b que se dibuja con los mismos trazos con los que Disney creó las imágenes de Alicia en el país de las maravillas.


15 Rihanna Anti                      
Un disco que respira oscuridad, inconformismo y 2016 por todas partes. Sin duda alguna, el mejor disco de Rihanna, que en esta ocasión no solo entrega sus correspondientes hits (Work, Needed me, Kiss it better) sino también un álbum consistente y diablos, prácticamente sobresaliente.







16 Blood Orange Freetown sound
Si por algo se ha caracterizado este 2016 es por el número de discos en los que el autor muestra grandes ambiciones que resultan en grandes resultados. Freetown sound es un disco complejo, que demuestra la pasmosa facilidad con la que Dev Haynes afronta diferentes estilos y los plasma en canciones envolventes y cálidas.
         






17 MIA AIM
El que parece ser el último disco de M.I.A guarda en su interior más de lo que parece en un principio. Ya sin el factor sorpresa de sus primeros discos, pero igual de contundente y rotunda en su discurso. Que me aspen si Borders, Go off, Freedun, Finally, Ali r u ok?, Survivor (por ejemplo) no forman un disco altamente disfrutable y consistente.
                                                   





18 The Field The follower            
The Follower es el anochecer del sonido de The Field. No hay grandes revoluciones sonoras, pero todo se ha ido oscureciendo poco a poco hasta lograr un efecto más inquietante y desasosegador en quien se acerca a él. Cuando te introduces en él tienes la sensación de haber estado ya en él, hasta que poco a poco ves como tus pies se van hundiendo en el barro, el sol desaparece y el bosque empieza a generar extraños sonidos que te muestran que nada es como parecía. Y entonces ya no hay vuelta atrás, ni casi la buscas.




19 Leonard Cohen  You want it darker    
You want it darker solo reporta calma, la calma de quien se sabe con los deberes hechos y no siente que el cronómetro esté jugando en su contra. Sus canciones son un hermoso ajuste de cuentas consigo mismo, con las relaciones y con el tiempo, y, al contrario que ocurre con Blackstar (el otro disco premonitorio del año), no muestra a alguien que lucha contra su destino, sino a un artista que llega al ocaso con la sensación de no necesitar alargar más el tiempo. Y esa calma se transmite de una forma que jamás lo ha hecho en su discografía, siempre catalogada de depresiva e introvertida, hasta conseguir que nos imaginemos a un Cohen diferente, menos atormentado que nunca, más relajado y más conformista con lo que le han aportado todo esos años de vida. Y este es su regalo final, que poco a poco iremos aprendiendo a valorar del todo.


20 Ladyhawke Wild Things              
El tercer disco de la neozelandesa Ladyhawke es uno de los mejores discos de tecno pop del año, un álbum trepidante en el que las canciones con múltiples ganchos (hits alucinantes como A love song, The river, Wild things Money to burn) no dan tregua. Un disco de autoafirmación, de producción cristalina, para no parar de bailar y cantar, aunque sea en tu habitación.






21 Jenny Hval Blood bitch
Blood Bitch gira en torno a la sangre, en sí misma y como metáfora de la feminidad, vista desde un punto de vista tan poco complaciente que hiere, convirtiendo el el resultado en arma que se descarga sobre el que lo escucha. Bajo ese bálsamo de pop electrónico oscuro se esconden mensajes que son dedos en las llagas de una sociedad que utiliza los tabúes para esconder realidades. Jenny Hval no lo hace y Blood Bitch es el perfecto ejemplo de ello.




22 Animal Collective  Painting with  
Para Painting with Animal Collective han sacrificado parte de su experimentalidad a favor de una mayor accesibilidad y una estandarización del concepto de canción pop. No tenemos claro que la humanidad haya recibido muy bien este cambio, pero nosotros hemos disfrutado de las canciones del disco como hacía tiempo que solo nos pasaba con Panda Bear en solitario.






23 Andy Stott Too many voices                
Andy Stott sigue fiel a su concepto musical, pero dando prioridad en este álbum a las voces, más presentes que nunca, que, a veces de forma casi imperceptible, se van colando en canciones que igual se presentan como un camino despejado que se disparan en formas poliédricas. Así nos encontramos con un disco que a ratos se acerca a sonidos más asequibles y en otros se enrevesa para exigir al oyente algo más que comodidad. Y cuando asumes que en él te vas a encontrar las dos vertientes y asumes el juego, no queda más que disfrutar tanto en unas circunstancias como en las otras.


          
24 Chance The Rapper Coloring book
En el año en el que Kanye perdió la cabeza y Drake nos mató de aburrimiento con su larguísimo Views, la gran revelación del Hip Hop es esta mixtape de Chance the Rapper, cargada de colaboraciones y talento, que tiene en común con The life of Pablo el gusto por disparar en todas direcciones y resultar en ocasiones excesivo, pero siempre abrumador y brillante.






25 The Goon Sax Up to anything
La gran sorpresa indiepop del año. La banda australiana ha conseguido con su disco de debut acercarse a los niveles de calidad compositiva de sus maestros, aparte de mostrar la frescura correspondiente a su edad. Y a nosotros nos sirve para no olvidarnos de que no hay como una canción perfecta de jangle pop para alegrarnos el día.







26 Pet Shop Boys Super        
Incluso en sus momentos más bajos, Pet Shop Boys son capaces de sacar oro. Super no es Electric, tampoco Yes, ni incluso Elysium, pero aún así es difícil no ver las virtudes de canciones como The pop kids, Twenty-something, The dictator decides o Burn. Buenos singles a añadir a su ya monumental listado de ellos.









27 Motorama Dialogues                
Los rusos Motorama no fallan, y a la altura de su cuarto disco, siguen enamorándonos a cada canción. En Dialogues, más cohesionado que su predecesor, nos encontramos su ya clásica arrebatadora melancolía, plasmada en arreglos que se graban a fuego.







28 Nicolas Jaar Sirens              
Sirens se vende como un disco de electrónica pero es mucho más. Aquí hay músicas con raíces sudamericanas, rock, funk y hasta doo wop, pero llevados a un terreno tan personal que, al final, solo te encuentras con la particular forma de entender la música del dj chileno. Nosotros hemos aceptado la apuesta y nos hemos quedado sin saber clasificarlo, como cuando escuchamos por primera vez aquel Bow down to the exit sign, una de las obras más reivindicadas del fantástico David Holmes.




29 Mexrrissey No Manchester              
Mucho más que una banda tributo, Mexrrissey (o lo que es lo mismo, el mexicano Camilo Lara y amigos) ahonda en la curiosa relación del público latinoamericano con la música del músico inglés. Y lo hace adaptando en clave libre y maravillosa clásicos de la carrera en solitario de Morrissey. !Y qué adaptaciones!







30 The Holiday Crowd The Holiday Crowd
El segundo disco de los canadieneses The Holiday Crowd, editado por Shelflife este mismo mes de diciembre, es la confirmación del grupo. Canciones con fuerza, gancho y pegada, que beben de clásicos, pero que encuentran su lugar a través de eso que llamamos magia.