viernes, 30 de octubre de 2015

recordando canciones: alas de algodón, vainica doble (1980)

Alas de algodón de Vainica Doble por Amaya Granell.



Alas de algodón de Vainica Doble por Manolo Domínguez.

Desde hace meses suelo coincidir en el autobús, de vuelta del trabajo, con un antiguo vecino y amigo del barrio. A pesar de subirnos en la misma parada nunca nos hemos saludado. En realidad no sé si me recuerda, yo a él perfectamente. Siempre lleva un mono del lidl, y una de esas bolsas térmicas que, en teoría, sirven para mantener la temperatura de los tuppers con la comida, pero que en la práctica nunca funcionan y siempre terminan obligándote a tomártela fría. Si puede y lo encuentra sin ocupar, intenta sentarse en el primer asiento tras el conductor. Siempre le veo con la mirada perdida o dirigida al suelo, nunca a la ventana o a los demás pasajeros. Si acaso a uno de los folletos de ofertas del supermercado.

Durante el viaje, mientras el resto de la gente mira sus móviles o escucha música, él se mantiene ausente, incómodo entre ellos. A veces suele sacar un brick de zumo y le da un par de tragos, para volverlo a guardar casi avergonzado de haberlo hecho. Yo habitualmente suelo bajarme antes, pero cuando hemos quedado para comer en casa de mi madre también coincidimos al final de trayecto. Entonces, para intentar no coincidir con él en la salida, me levanto antes del asiento y me sitúo cuanto antes frente a la puerta, mirando al exterior para evitar contacto visual. Tras bajar, mientras el autobús se marcha, le imagino detrás mía, caminando con desgana hacia la casa de sus padres.

A Ricardo, que así se llama, dejé de verle cuando nos mudamos de vivienda, a solo 300 metros de donde vivíamos, pero en un edificio con dos habitaciones y 40 metros cuadrados más. En realidad podríamos haber mantenido el contacto, pero para entonces, yo con doce años y él con uno menos, ya estábamos bastante distanciados. Yo empecé a hacer nuevo amigos en el colegio y él... en realidad él nunca tuvo amigos aparte de mí. Así, poco a poco y casi sin mucho esfuerzo por mi parte, fui dejando que su recuerdo se fuera difuminando hasta casi desaparecer de mi vida.

Hace unos años fue mi madre quien me lo trajo de nuevo a la mente, ya que me dijo que se había encontrado con la suya por el barrio mientras compraba en la frutería que hay frente a nuestro antiguo piso. Ella le contó que estaba muy preocupada con Ricardo. Tras un instituto con ciertos altibajos, y con algún año de retraso, logró superar selectividad y, tras varios intentos frustrados por incorporarse al mercado laboral, finalmente decidió matricularse en la facultad de Biología. Sin embargo, los años iban pasando (cuando esto ocurrió yo ya superaba con bastante la treintena) y él no avanzaba en los estudios, ni le encontraban aficiones o divertimentos. Todas las mañanas cogía su maleta y marchaba para no volver hasta anochecer, pero curso tras curso las matrículas repetían casi todas las asignaturas. Entonces sus padres decidieron ir a la facultad e interesarse cómo iba realmente y, en casi diez años, los aprobados no pasaban de tres o cuatro asignaturas.

Bastante afectados buscaron a un conocido que se prestó a vigilarle durante varios días. Comprobó que ciertamente se dirigía cada mañana al campus, pero, en vez de entrar en clase, buscaba un sitio en la biblioteca, se sentaba con sus apuntes y allí perdía todo el día. Tres o cuatro folios y la mirada absolutamente perdida entre ellos y la mesa. No se relacionaba con otros alumnos ni hacía mucho más que dejar pasar las horas sentado en esa silla. Una rutina repetida una y cien veces de lunes a viernes para después encerrarse en su habitación durante el fin de semana con las mismas hojas fotocopiadas, gastadas de tanto ser miradas.

Estos días, al encontrármelo en la parada en la que yo hago transbordo del c1 al 31, he recordado esa historia y cómo me vino a la cabeza mientras mi madre me la contaba el protagonista de Alas de algodón, la canción de Vainica doble que mejor retrata a esos perdedores que va dejando esta sociedad por el camino. Vidas truncadas, imposibles de levantarse, y que quedan como daños colaterales no sé si de un sistema que siempre falla o de la propia condición humana. Personajes que, según como los retrates pueden despertar pena, ternura o incluso repulsión. Como la de Juan, el portero de la vivienda con la pared llena de golondrinas, o Ricardo, mi mejor amigo de la infancia. Alguien que también debió haber tenido su caída fatídica, justo antes de su primera comunión o, en este caso, mientras el camión de la mudanza se llevaba mis cosas hacia esa nueva vida que se cobraba una víctima colateral que vuelve a mi conciencia, dos o tres veces a la semana, para intentar cobrarse el daño que involuntariamente le hice hace ya más de treinta años.

domingo, 25 de octubre de 2015

haruki murakami, escucha la canción del viento y pinball 1973 (2015)

Escucha la canción del viento y Pinball 1973 fueron las dos primeras obras de Murakami, allá por 1979 y 1980 respectivamente. Tusquets las publica ahora en un solo tomo, siendo las únicas novelas de H. Murakami que quedaban por traducir al español.

Como primeras obras, funcionan más que nada para comprobar como se iba gestando el mundo Murakami. Todavía por pulir, todavía en proceso, algunos de los gestos más característicos de su obra posterior ya aparecen aquí. El gran salto en su carrera lo dio con la publicación en 1982 de La caza del carnero salvaje, uno de sus mejores libros, pero no por ello carecen de interés estas dos novelas cortas (o relatos largos).

Las dos historias (contadas de manera críptica) que se presentan en cada uno de los libros están relacionadas, formando un todo y dando sentido a esta edición por parte de la editorial.
Si en la primera seguimos al protagonista en su vida de estudiante, pasando unos días en su ciudad natal, en Pinball 1973 lo seguimos en Tokio, unos años más tarde (la historia continúa en el siguiente libro que comentaba antes, La caza del carnero salvaje, compartiendo algún  personaje también con Baila, baila, baila, otra de sus novelas, aunque todos ellos se pueden leer de manera independiente).

Si Escucha la canción del viento la historia resulta más convencional, en Pinball 1973 la historia se vuelve más Murakami (dicho ya como estilo), con gatos incluídos, con todo lo que eso representa. Ambas muy evocadoras, ambas contadas desde el detalle, desde las cosas pequeñas:

"Un  día, algo cautiva nuestro interés. Cualquier cosa. Algo insignificante. Un capullo de rosa, un sombrero perdido, un jersey que nos gustaba de niños, un viejo disco de Gene Pitney... Una sucesión de pequeñas cosas que no van a ninguna parte. Durante dos o tres días, aquello ronda por nuestra mente y, luego, vuelve a su lugar de origen... La oscuridad. En nuestro corazón hay innumerables pozos abiertos que sobrevuelan los pájaros.

Lo que me cautivó a mí aquel domingo de otoño al aterdecer fue, ni más ni menos, una máquina pinball...."


max richter, from sleep (2015)

Con los discos me pasan varias cosas:

1. Me entusiasman. Me vuelvo loco con ellos y no puedo dejar de escucharlos ni un momento. Mi cabeza solo piensa en ellos y en esos momentos no me interesa nada más que no sea ese disco.

2. Me gustan. Sin entusiasmarme, me gustan sus canciones, pero no tengo esa necesidad anímica de escucharlos el resto de mi vida.

3. Me dejan indiferente. Ni fu ni fa. Pasan sin pena ni gloria por mi vida. Sin rastro. Ni una huella mental.

Pero lo que me ha pasado con este disco no me había pasado nunca. From sleep ha supuesto tantas cosas ante mi manera de enfrentarme a la música que no sabía como afrontar estas líneas.
Max Richter era un total desconocido para mí. Como en muchos otros casos, este ha sido un disco que Manolo me ha descubierto. Simplemente lo escuché porque él me lo recomendó.

Y ante la primera escucha, la inmesidad. La inmesidad de contemplar el mar por primera vez. Para encontrar un símil que le haga justicia. La imposibilidad de reacción ante tal manera de plasmar la belleza.
Porque discos como este, que me dejan sin palabras, me cuestionan, y quieren ampliar mis estrechas miras, he encontrado pocos. Pocos con esas melodías, con esos pianos, con esas voces que vienen de más allá de la luna retratada en la portada, con esas cuerdas que paralizan el momento. Cualquier momento.

Porque hay acontecimientos en una vida que marcan un antes y un después. Puede ser cualquier cosa, una alegría, una perdida, una persona, o un disco. Este disco ha marcado uno de esos acontecimientos en mi vida. 

fangoria, una temporada en el infierno (1999)

Hubo un tiempo, hace algunos años, en el que Fangoria publicaban grandísimos discos. Un tiempo en el que todavía no estaban encerrados en su universo de planetas, satélites (cada es vez es más confuso diferenciar quién es quién) y autocomplacencia. Pero todo eso comenzaría con la publicación de El extraño viaje y continuaría con Absolutamente (a todas luces, sus dos discos más flojos), años más tarde de entregar algunos de sus mejores discos.
Valga decir que con Cuatricromía recuperaron terreno, aunque también sería justo comentar que se podía encontrar alguna muestra (por pequeña que fuese) de esperanza durante esos años de oscuridad.

Al igual que el resto de su discografía (solo queda pendiente Naturaleza muerta), recientemente se ha publicado en vinilo Una temporada en el infierno, posiblemente, su mejor disco. Se ha publicado en un vinilo naranja, y es una ocasión perfecta para recuperarlo y volver a caer rendido a él.

En una temporada en el infierno todo es superlativo, desde el concepto al diseño (de J. Aramburu, claro), desde el tono a las canciones. El tono que aquí mostraron, no lo hemos vuelto a ver, para bien o para mal. Estamos hablando de una de las obras clave del pop de los 90, donde cada canción vale un mundo. El hilo conductor es la autoafirmación, la autoafirmación como mecanismo de defensa contra el mundo exterior, contra las amenazas de los demás. 

Aquí están varias de las mejores canciones del dúo. Me odio cuando miento, No será (una de mis favoritas, joya a reivindicar), Electricistas o Todo lo que amo debe de morir, números excelsos que sigue tan inmensos como el primer día, por muchos años que pasen.

Alza tus manos si comprendes

viernes, 23 de octubre de 2015

sufjan remix by sufjan

Comentaba aquí, tras el concierto que pudimos disfrutar en Barcelona, que se hacía necesario un Carrie & Lowell Tour Edition. Muchas de las canciones de ese disco se plasman muy diferentes de su versión en estudio, y yo las necesito para poder seguir viviendo.

Pues bien, alguien ha escuchado mi plegaria y ya tenemos aquí una de esas canciones en su versión gira. Se trata de la última canción del disco, Blue bucket of gold, y ha sido adaptada por la propia banda:

             

Vamos Sufjan, ¡solo te quedan 10 más!

Recordar que también está disponible hace unos meses, en un 7" exclusivo para la gira (aunque a Europa no llegó) este remix de otra de las canciones del álbum, Fourth of july, aunque este dista un poco de su espectacular versión en vivo:



Por cierto, en la misma newsletter del sello Asthmatic Kitty, anuncian la publicación de un nuevo ep de sus amigos y maravillosos The Welcome Wagon, gratis y ya disponible. Son 4 nuevas canciones, aperitivo de lo que será su nuevo disco en 2016. Están aquí.

miércoles, 21 de octubre de 2015

los discos de niño de elche en 2015

La publicación de Voces del extremo parece haber sido el detonante que ha permitido que la figura de El niño de Elche tome una mayor notoriedad. Sin embargo, solo en este 2015 y entre otros diversos proyectos como su actuación en el Sónar interpretando Raverdiales (de la que ya hablamos aquí), son ya tres los discos publicados por el artista. Tres discos diferentes en fondo y forma, en los que Francisco Contreras se ha dejado acompañar por diferentes músicos y metodologías de trabajo, que tienen como nexo común la figura de un intérprete brutal, que radicaliza lo que ofrece sin perderse en la experimentación hasta el punto de olvidar el objetivo principal de toda propuesta musical, que es el disfrute del oyente.

Como no habíamos hablado aún de su obra en un marino en la orilla, finalmente nos hemos decantado por un post donde recojamos los tres álbumes de 2015, cada uno en un sello y circunstancia diferentes, y que sirve para entender qué es y qué podemos esperar de El Niño de Elche.














Calle de Arriba, 73; Niño de Elche & Seidagasa (Knockturne records)
Esta cinta publicada en edición limitada por el sello sevillano Knockturne Records recoge una improvisación musical realizada en la casa del poeta Miguel Hernández que sirve (junto al documental sobre MH, que se puede ver aquí) para poner el broche al impresionante disco de 2013 Sí a Miguel Hernández. Aquí, el cantante y la banda de free jazz visitan la casa natal de Miguel Hernández e, interactuando con el mobiliario de la misma, interpretan hasta ocho cortes que avanzan como las puertas y ventanas que se escuchan abriéndose y cerrándose tras la voz de Francisco, que igual se dedica a cantar con un bote de barro en la boca para buscar una sonoridad especial que tumbado en el suelo bajo la cama de la habitación. Un proyecto, esclavo del momento en el que se grabó, que sirve de radical homenaje a un poeta, según sus propias palabras, fundamental en la formación artística de El Niño de Elche.

Voces del Extremo; Niño de Elche (NDE)
Para Voces del extremo el Niño de Elche se ha reunido de músicos sevillanos para hacer propios los poemas que se mostraron en la cita anual, que lleva el mismo nombre que el disco, del colectivo Poesía de la Conciencia. Los textos, la mayoría cargados de ese desencanto y autocrítica que es sello de identidad de la verdadera izquierda actual, pero con la esperanza de poder voltear el sistema, van desde lo concreto (crítica feroz a Santiago Carrillo en El comunista) a lo general (los consejos de canción del levantado/notificaciones), con un fondo, el que se respira en toda la obra, desde el texto introductorio, de política de calle y asamblea, de anarquismo formal, que atiende más a la gente que a los dirigentes.

Musicalmente la influencia de los dos miembro de Pony bravo (Daniel Alonso y Darío del Moral) se hace evidente, logrando que el disco pueda clasificarse en su concepción como una obra de rock, que por momentos deriva hacia pasajes folk (entre los que, obviamente, entra el flamenco) y la experimentación más o menos controlada. A mí me llegan especialmente la introducción germanófila que es Estrategias de distracción, el hit indiscutible Mercados, y la canción de cantautor Informe para Costa Rica, que le acerca musicalmente al primer Carlos Cano, y pone literalmente los vellos de punta (lo comprobé en directo en el concierto que cerraba la última edición de zemos'98) en los casi seis minutos que dura hasta que pronuncia el nombre de Costa Rica.

Strates; José Sánchez y Niño de Elche (Natural Artifice)
Pero el cd que a mí me tiene literalmente entregado es Strates, el fruto de los encuentros ocurridos en Toulousse entre Francisco Contreras y el guitarrista José Sánchez, en los que han ido estirando las fronteras del flamenco hasta hacerlas invisibles. Las nueve canciones que lo conforman juegan a rascar con los mínimos recursos posibles, emocionando gracias a unas notas de guitarra que se enfrentan a unas reglas (las que impone el flamenco) para romperlas en mil pedazos y la voz de el Niño de Elche, siempre jugando con los límites de lo establecido sin perder su carácter emotivo.

La música, reducida a la mínima expresión de una guitarra (cuando en Parenthèse tomo el absoluto protagonismo lo hace con una belleza sencillamente sublime), llega a recordarme por momentos al Mikel Laboa más austero o a aquellos intérpretes de neoclásica que se entregan a un minimalismo formal para encontrar su discurso, distanciándose de las formas clásicas de lo jondo. Y la voz se enfrenta a su propio aprendizaje para, por caminos antes recorridos, llegar a nuevos destinos. A veces repite una misma estrofa, otras se entrega a melodías tarareadas, y, en aquellas en las que recupera letras de cantes, lo hace (y lo logra con creces) buscando el impacto sobre el oyente desde la mayor economía posible.

Strates es un disco maravilloso, como casi toda la obra de un artista, Niño de Elche, que a día de hoy es la mayor esperanza de la música nacional, así en términos absolutos.

martes, 20 de octubre de 2015

purity ring, another eternity (2015)

Comentaba en la reseña del discazo de Chvrches que casos como el suyo, en el que un segundo disco supere al primero, no se dan muy a menudo. Cuando escribí esa reseña todavía no había escuchado el segundo disco de Purity Ring. He aquí otro ejemplo.

Si el primer disco de los canadienses ya era destacable y altamanente recomendable, en este another eternity (las minúsculas en los títulos son suyas) se expanden y ofrecen un disco del que no te vas a poder desprender en mucho tiempo.
Aquí estamos hablando de canciones de electrónica, sintéticas, a la par que cálidas y robustas.
another eternity es mucho más "luminoso" (dentro de sus cánones, de ahí las comillas) y abierto, sin dejar de lado la oscuridad que ya reinaba en Shrines, como en un tour de force librado entre entre la luz y la oscuridad.

Los beats, siempre a punto de explotar, se suceden en canciones que son pequeños himnos con formas de clásicos (pequeños, personales, qué demonios, universales). heartsigh, bodyache, push pull (son en estas tres primeras canciones del disco donde más se nota esa luminosidad), begin again o stillness in woe, por citar solo algunas, son canciones en las que la belleza (la peculiar belleza) que desprenden es lo que atrapa y lo espectacular. La espectacularidad como forma de diferenciación. Como forma de publicar otro de los discos del año.


lunes, 19 de octubre de 2015

las mejores portadas de la historia (para manolo domínguez)



A la hora de disfrutar de un disco uno no se puede quedar solo con lo estrictamente musical. Todo lo que le rodea influye. Y obviamente el diseño de su portada es una parte principal de los valores extramusicales que pueda tener. A nosotros nos encanta observar y disfrutar de ellas, y por eso Manolo se ha atrevido con su lista de 20 portadas preferidas de la historia, que mostramos aquí cronológicamente. ¿Coincidimos en muchas con las vuestras? Seguro que en alguna sí.




vol. 1, Miles Davis (1955) Design: John Hermansader Photo: Francis Wolff

El cuidado del sello Blue Note con el artwork de sus trabajos es inconmesurable. Una clara referencia en la historia del diseño. Aquí, como primer ejemplo, está esta maravilla, de elegancia máxima, donde John Hermansader sublima el trabajo fotográfico de Francis Wolff con la separación de la portada en dos, la mitad superior en blanco y la inferior con la fotografía de Davis, separados por la gráfica perfectamente integrada, de fuente clara y limpia. Una auténtica maravilla.






Blue hour, Stanley Turrentine (1961) Design: Reid Miles Photo: Francis Wolff 

Y no nos podíamos quedar con un único ejemplo del sello. Aquí, Reid Miles, uno de los diseñadores más activos de Blue Note, utiliza de nuevo una fotografía de Francis Wolf para llegar al mismo destino por diferente camino. En vez de recortar la fotografía, aprovecha la parte gráfica para, perfectamente integrada, marcar las dos zonas diferenciadas, aparte de introducirle un filtro de color al blanco y negro que hace que todo cobre sentido. Una portada sencillamente perfecta.





Pet sounds, Beach Boys (1966) Photography: George Jerman 

La portada del mítico álbum de los Beach Boys podría encontrarse en las antípodas del trabajo del clásico sello de jazz. En vez de entregarse a la estética decide captar el momento, escapando de los tópicos surferos de la banda californiana. Sin embargo, cuenta con la tipografía superior que se utiliza para el título y grupo que con el tiempo se ha convertido en referencia ineludible. Otra forma de alcanzar la excelencia.







VU & Nico, Velvet Underground (1966) Design: Andy Warhol 

Me va a costar horrores no repetir constantemente la palabra icónica en esta lista, pero en este caso no hay más remedio que usarla. El trabajo gráfico de Andy Warhol aquí es, prácticamente como en toda su obra, perfecto, más aún en la versión en la que se puede pelar el plátano. La fuerza que tiene es indiscutible y, si encima resulta que el contenido es sencillamente el mejor álbum de la historia, pues el círculo se cierra de forma insuperable. Sí, un icono de la música y el diseño.





Wave, Antonio Carlos Jobim (1967) Design: Sam Antupit Photo: Pete Turner 

Sam Antupit marcó un estilo en su diseño de portadas de álbumes. Una imagen impactante, estido minimalista y un cuidado máximo en la distribución de los elementos. La idea de alinear a la izquierda la fotografía, dejando espacio para colocar sobre fondo blanco el texto y logo del sello lo repitió en varios trabajos, pero es aquí donde mejor funciona gracias a la fotografía de Pete Turner, que aparece también en siguientes ediciones sobre fondos azules y verdes. Otro clásico venerado y homenajeado.





Atom heart mother, Pink Floyd (1970) Design: Hipgnosis 

La obra del equipo gráfico Hipgnosis es amplia y excesiva, combinando grandes aciertos con (bajo mi punto de vista) bastantes vulgaridades. Sin embargo, con Pink Floyd logró más de una portada histórica. Tal vez sea más recordada la de Dark side of the moon o incluso el Wish you were here, pero yo me quedo con la fuerza de esa vaca que nos mira sin comprender por qué se le está fotografiando. Años después fue homenajeada por KLF en Chill Out, otra joya que se nos ha quedado fuera por muy poco.





Radioactivity, Kraftwerk (1975) Artwork: Emil Schult 

Tengo cierta debilidad por esta portada y este disco (mi preferido de Kraftwerk y no uno de los más admirados). La sencillez con la que se refleja el espíritu del álbum en la imagen de la radio escogida por Emil Schultz siempre me atrajo. La conexión con todo lo que me apasiona del diseño alemán es, al menos para mí, clara. Se nota en la lista que me encantan las portadas minimalistas y que muestren algo más que lo meramente estético. Esta, a mi parecer, cumple ambas cosas.





Horses, Patti Smith (1975) Design: Bob Heimall Photography: Robert Mapplethorpe 

Aquí toda la fuerza está en la fotografía de Robert Mapplethorpe. Un retrato que refleja a la perfección la imagen andrógina de Patti Smith, reforzada por la fuerza del blanco y negro, que se convirtió en imagen de marca, lo que hizo que se repitiera ese mismo concepto en sucesivas portadas, de parecida calidad e impacto. Otro trabajo a la altura de un disco histórico.








London Calling, The Clash (1979) Design: Ray Lowry Photographs: Pennie Smith 

El homenaje-parodia de la portada de Elvis Presley superó con creces al original, gracias a una fotografía que captó a la perfección la esencia de un punk que con este doble lp se hacía añicos y se reconvertía en otra cosa, me atrevo a decir, mucho más grande. Nada que añadir a una de las imágenes más aclamadas de la historia del pop.








Power corruption & lies, New Order (1983) Artwork: Peter Saville 

Quedarme solo con una portada de Peter Saville (sí, por decisión propia no he repetido diseñador) me ha costado horrores. Su trabajo con Joy Division, New Order u OMD, entre muchos, está en mi altar personal del diseño gráfico. Pero al final me he decantado por la imagen del pintor Henri Fantin-Latour a la que Peter Saville se limitó a añadir un código de colores que en su contraportada ofrece la pista para su traducción. Algo tan sencillo y tan soberbio a la vez.






Suburbia, Pet Shop Boys (1986) Design: Mark Farrow, Photography: Eric Watson 

Mark Farrow es el diseñador fetiche del grupo. Y Eric Watson, al menos en su primera época, el fotógrafo. Juntos han realizado decenas de portadas para el dúo, y de todas yo me he decantado por el retrato sobrio de Chris, con esas gafas que se mimetizan con la camiseta hasta hacerse solo una. Magníficos también los retratos de Neil y ambos juntos que fueron elegidos como nuestra portada preferida de la historia del grupo en el especial que hicimos de Pet Shop Boys.





Violator, Depeche Mode (1990) Sleeve: Anton Corbijn, Area (10) 

Volvemos a la idea de icono. Una portada que es casi más que el propio disco. Una maravilla de Anton Corbijn que juega con la sensación de oscuridad del álbum. He estado a punto de quedarme con la fotografía de 101 publicado poco antes, que me parece la mejor forma de escapar de la idea tópica de portada de un disco en directo, pero dejar fuera la rosa de Violator me parecía poco menos que un sacrilegio, así que finalmente me decidí por esta.






Goo, Sonic Youth (1990) Cover Drawings: Raymond Pettibon 

La ilustración de Raymond Pettibone está inspirada en el caso de los asesinos del páramo y  la crudeza de sus trazos, junto a la frase escrita (que en realidad no tiene relación con el caso) a la derecha imprimen de fuerza una portada de esas que trascienden al propio disco y grupo. Los protagonistas del dibujo no son en realidad los acusados de los crímenes en serie, sino la hermana y cuñado de Mira Hilney camino del juicio, pero la idea queda sensacionalmente reflejada en el dibujo que sirvió de portada para el debut en multinacional de Sonic Youth, reyes del indie en los noventas.



Dangerous, Michael Jackson (1991) Ilustration: Mark Ryden 

Para Dangerous, Mark Ryden, sin dejar de ser del todo fiel a su estilo, intentó y logró reflejar buena parte del universo Jackson en el montón de detalles que esconde. Su obsesión por los parques de atracciones, la infancia, los animales (coronado, presidiéndolo todo, aparece su chimpancé ya fallecido Bubbles), el circo, el cráneo del hombre elefante, Macaulay Culkin, imágenes de famosas obras de arte... Cientos de referencias en un cuadro tan excesivo como hermoso, que se convirtió instantáneamente en la portada fundamental de la discografía de Michael.



Different class, Pulp (1995) Photography: Donald Milne and Rankin Logo: The designers republic Sleeve: Blue source 

Ir de blanco y negro a una boda y mostrarle al mundo que eres diferente. Confundirte solo a medias entre el resto de los invitados. Algo tan sencillo de entender y tan difícil de representar si no tienes el genio de los responsables de esta portada que también se hizo clásica por el logo diseñado por The designers republic. El mejor envoltorio para uno de los discos imprescindibles de la década.






El escarabajo más grande de Europa, El niño gusano (1998) Diseño: Óscar San Martín 

La minuciosidad con la que Óscar Martin realiza sus trabajos de ilustración es sorprendente (puedes maravillarte visitando su web). Pero esto no tendría especial relevancia si sus resultados no fueran tan brillantes. Las miniaturas que acompañaron la portada del escarabajo más grande de Europa, realizadas manualmente por Óscar, son la sublimación de las anteriores joyas ya mostradas. El mejor regalo para un disco que no se merecía menos.






Una semana en el motor de un autobús, Los planetas (1998) Diseño: Javier Aramburu 

Podéis imaginar el trabajo que me ha costado quedarme con una sola portada de Javier Aramburu, y al final he decidido que prime la lectura y el mensaje sobre lo púramente estético (muy cerca ha quedado el corazón de Hallelujah!). El logo de productos tóxicos para un álbum que va justamente de eso, de la toxicidad de una vida al límite entre lo legal, lo sano, lo perjudicial y lo ilegal. La contraportada le da el detalle definitivo para convertirse en la guinda de un disco generacional.





Vespertine, Björk (2001) Design: M/M (paris) Photography: Inez van Lamsweerde & Vinoodh Matadin 

El estudio de diseño M/M paris (que en lo musical también ha trabajado para gente como Madonna, Kanye West, Vanessa Paradis, Robbie Williams, Benjamin Biolay...) se ha convertido en parte de la obra de la artista islandesa haciéndose responsable de casi toda su iconografía desde finales de los noventa. Yo, tal vez influido por la conjunción entre obra artística y musical, me quedo con esta ilustración para uno de los discos principales para entender la música del siglo XXI. La representación de la indietrónica desde el prisma de una artista que sabe estar siempre entre el indie y el mainstream.


Með suð í eyrum við spilum endalaust, Sigur rós (2008) Ryan McGinley 

Me encanta buena parte del trabajo de Ryan McGinley como fotógrafo. Aquí, en la portada del álbum de Sigur rós desprende una increíble sensación de libertad. No sé hacia donde corren, pero estoy seguro que hacia la felicidad. Además, la tipografía manual le aporta ese plus de naturalidad que la portada necesita. Un diseño que da ganas de que me gustase el disco.








Dig out your soul, Oasis (2008) Artwork: House

House es uno de los estudios gráficos que (gracias a su trabajo para Stereolab, Primal Scream o Broadcast) más me han sorprendido siempre. Sin embargo, al final he escogido el collage que preparó para Oasis, donde usa su reconocible tipografía, mil veces imitada.

Probablemente no sea ni siquiera uno de los discos referencias del grupo, pero al menos ya tiene algo por lo que pasar a la historia, la calidad de su portada.

viernes, 16 de octubre de 2015

el nuevo single de take that

III fue el disco que Take That publicaron en 2014 lleno de hits maravillosos. Ahora lo reeditan, en la conocida como III 2015 Edition. La nueva edición contiene el disco al completo, los tres bonus tracks que se publicaron y cuatro canciones nuevas, entre ellas el nuevo single del grupo, Hey boy:

                                                

Pero lo más llamativo y por lo que vale la pena esta edición es que también contiene un dvd con uno de los conciertos de la gira que han llevado a cabo durante este año. Una oportunidad única para poder comprobar como es la experiencia del ver al grupo en directo, aunque sea desde casa. 

jueves, 15 de octubre de 2015

las canciones que están sonando en casa (17): hurts, bloc party, la ola que quería ser chau

Ya se puede escuchar al completo Surrender, tercer disco de Hurts. Mucho mejor que Exile, su anterior álbum, en él hay varias canciones que no tienden hacía la balada soporífera a la que nos tienen acostumbrados. Entre ellas, este Nothing will be bigger than us, con bien de épica, con bien de ohhhhhs, y con bien de letra bigger than life, pero que acaba funcionando y se convierte en un hit instantáneo:

                                            

Bloc Party han cambiado dos miembros de su formación, Kele ha ido demasiado al gimnasio, y publicarán su quinto disco en enero. Lo adelantan con esta canción de típica melodía Bloc Party que acaba siendo un hit chochi y maravilloso. Todo bien.

                                            

Después de varios retrasos, parece que dentro de poco podremos escuchar La peste rosa, el nuevo disco de los argentinos La Ola que Quería ser Chau. La primera canción que conocemos es esta Aunque me tires del pelo, otro hit, no podía ser de otra manera, del grupo.
                           
             

miércoles, 14 de octubre de 2015

hazte lapón, no son tu marido (2015)

Decir de un último disco que es lo mejor que ha hecho el grupo puede sonar a tópico y a argumento vago, pero en el caso de Hazte Lapón es un hecho y una realidad. Si de su anterior ep en Discos de Kirlian, El traje del emperador, ya se podía decir eso, aquí la cosa ya se va a otro nivel superior.
Si bien en las canciones en ese ep se abrían a sonar, de alguna manera, más luminosos, aquí regresan al sonido de su primer disco, Bromas privadas en lugares públicos, pero aplicando esa manera de hacer melodías que enseñaron en su referencia para DdK.

Comentaba el grupo en las redes sociales que estas canciones tratan sobre adultos "terriblemente neuróticos". A lo que yo añadiría que también tratan sobre "la culpa", así entre comillas y en general. Como en la canción de Astrud, "te quiero, la culpa es mía", en estas canciones los remordimientos siempre aparecen, el protagonista siempre acaba pensando que el problema es él. Sea cuál sea el caso, uno siempre puede estar equivocado. Evidente en Durmiendo con el enemigo (nana del amor ambivalente), quizás la mejor canción del disco, "Y si resulta que acercarte a mí fue el problema principal, si yo intento defenderte y es en mí donde está el mal, y estamos atrapados porque hemos quedado unidos, y te estoy condenando a dormir con tu enemigo" o en algo evidente y primitivo como el odiar, "¿Qué malo tiene odiar un poco, odiar un poco, odiar un poco nada más? ".

Aunque quizás el equivocado sea yo, puedo estarlo, claro. Quizás aquí estamos, básicamente, hablando de amor y de todas sus circunstancias. Del contigo o sin ti. "¿Qué no haría yo para que seas feliz?, ¡qué no haría yo!. Querría, con sólo mirarte, que todo te salga bien, que consigas lo que quieras, por eso, esta vez, te tengo que decir que no."
Hablen de lo que hablen, Hazte Lapón lo hacen en claros himnos para la vida moderna. O propiciados por la vida moderna. Causa y efecto. Lo hacen desde el yo como forma de determinación, como forma de mantener el equilibrio en la cuerda de la cordura. 

gente joven, casa de socorro (2015) por manolodominguez

Las sensaciones que uno recibe al adentrarse en Casa de Socorro deben ser parecidas a las de encargarte de la mudanza de una vivienda. Encontrarte amontonando enseres en cajas o sobre el suelo, justo antes de cargarlas al camión que las llevará a su nuevo destino. Vas recogiendo información aleatoria sobre los que hasta entonces han sido sus inquilinos y a partir de ella te inventas una vida que seguramente no se parezca a la realidad. Encuentras la foto de familia con los hijos gemelos al frente, vestidos iguales y tan distintos en su mirada. La colección de insectos: mariposas, moscas y libélulas. La mesa de billar envejecida por el tiempo y ya inutilizable. Nidos recogidos del bosque con sus huevos de cuco vacíos... Cientos de pistas que observas con una culpabilidad que solo está en tu cabeza, incapaz de asumir que tienes el permiso para estar allí, en ese recinto privado a punto de convertirse solo en recuerdos.

Y poco a poco vas creando una historia que, de la pura inercia que genera una mudanza, la imaginas triste. Una historia de la que solo tienes algunas pistas sueltas. Conversaciones de escalera y bandas sonoras ficticias. Llegas al salón y te enfrentas a un primer hilo invisible. Perfectamente ordenada se encuentra una colección de discos tan cercana que casi parece tuya: referencias sueltas de 4AD, alguno de los cds más tristes de Trembling Blue Stars, el Souvenir de OMD, El Soplo de Family, esos discos viejos de Acuarela... Los vas metiendo en una caja de cartón y sientes un escalofrío. Te viene a la memoria cuando tú también tuviste que cambiar de casa y, casi, de vida para salir a flote y empiezas a comprender que no estás allí por casualidad.

Con más miedo que decisión pasas a la habitación contigua y entonces se disipan las dudas que te podrían quedar. Allí están aquellos viejos números del mundo bético que se quedó tu hermano, el póster del concierto con Migala que no descolgaste de la pared al irte o los cds que extraviaste. Pistas que cierran círculos que solo en tu cabeza seguían abiertos. Lo guardas todo y lo dejas en el pasillo para que tu compañero lo baje al camión. Cierras la puerta de la casa y, casi sin poder respirar, echas el último vistazo a esa Casa de Socorro que ha hecho lo que tú no has sido capaz de hacer en diez años.

lunes, 12 de octubre de 2015

recordando canciones: los vampiros, dënver (2015)


Canciones, siempre canciones. En cada una de las cosas que realizamos. Hits emocionales como los de Juanjo Sáez que se van añadiendo a nuestras vidas día a día. David Summers decía que odia a las niñas a las que todas las canciones le recuerdan algo; nosotros no podríamos vivir sin canciones y por eso nos hemos inventado esta nueva sección en la que compartiremos trabajo Javi, Amaya y Manolo. La idea es elegir (cada semana, cada mes, cada cierto tiempo...) una canción y preparar un texto e ilustración inspirados en ella. Algunas veces participaremos unos y otras veces otros. Para esta ocasión, la primera, Amaya eligió el temazo de Dënver, Javi se encargó de escribir un pequeño texto y Manolo realizó un collage inspirado en los vampiros. Un estreno que nos ha resultado de lo más entretenido. Seguro que pronto llegarán más.


Los Vampiros de Dënver por Manolo Domínguez.




Las ilustraciones pertenecen a Vampir de Joan Sfar


Los Vampiros de Dënver por Javier Ruiz.

Sin querer sonar antiguo ni de vuelta de todo, uno cada vez sale menos a bailar. Tan poco, que solo el hecho de bailar se ha convertido más en una actitud vital (en mi cabeza) que en un hecho palpable y demostrable. Como si el hecho de hacerlo, aunque sea en la habitación, en la intimidad, sea una vía de escape. Más como hecho que demuestra la individualidad y un estado mental confortante que como imposición lúdica y social.

Pero ay, a veces uno se siente infinito y te apetece hacer eso que has ensayado en tu habitación cientos de veces junto a tus amigos, aunque solo lo sean por esa noche, aunque haya que hacerlo en lugares reservados para otra cosa, esta noche solo quiero bailar en la disco, en otro momento te cuento otros misterios.Aunque puedo estar equivocado, hay que tenerlo en cuenta. Quizás cientos, miles de canciones hablando de salir a bailar sin condiciones pueden llegar a tener razón. Salgamos a bailar, hagásmolo junto a todos nuestros amigos, y con los que no lo son también. No lo pienses más, estás equivocado.

Pero no, no creo que lo esté. Esta noche creo en los vampiros y en los hombres lobos, pero no me van a atrapar. Podemos ir a tu casa.

tirana, vas a morir ep (2012)

El otro día alguien me preguntó si pensaba en la muerte. Después de pensarlo un momento, tuve que contestar que no, que nunca pensaba en la muerte y sus circunstancias. Siendo sincero (aunque por el contexto se sobreentiende esa sinceridad), no sé a qué se debe eso. Si que es cierto que en un momento preciso se me pasaron ese tipo de pensamientos por la cabeza. Pero de eso hace ya un tiempo y desde entonces no han vuelto a aflorar.

Vas a morir se publicó hace casi tres años, pero su vinilo de 10" ha caído en mis manos estos días, ocasión perfecta (como cualquier otra) para disfrutar del mundo interior de Olivia Mateu. Complejo e interesante mundo interior.

Siempre mostrando sus miserias ("Quiero que entiendas que yo no sé hacerlo mejor" en Monstruo, "No me veo capaz, puede que tengas razón y el problema sea yo" en Kurt), pero nunca como muestra de debilidad, sino haciéndolo para profundizar en lo importante, en lo que de verdad importa. Si uno se muestra de verdad, siempre es más fácil entrar. Si uno muestra las cosas tal como son ("Si crees que concebir te hizó mamá, estás equivocada, estás equivocada, vas a pagar tus faltas" en Madre, "Puede ser, puede ser, que no seas feliz. Puede ser, puede ser, que quieras morir" en Serás mayor) no hay margen al error. Hay rencor, hay sinceridad, pero el error se reduce.

Aunque hay casos que sí, que me es inevitable pensar en la muerte. Momentos como este o el halo que recorren las canciones de Vas a morir.

Vas a morir se puede escuchar, por ejemplo, en spotify:

                                                  

domingo, 11 de octubre de 2015

las postales que jens lekman nos ha mandado en septiembre

Llegamos a las postales del mes de septiembre que Jens Lekman nos sigue mandando a través de su soundcloud.
Las del resto de meses de este año (desde enero a agosto) están aquí

Bajo el lema "Say it loud, say it clear, refugees are welcome here!" la postal número 35 es un espejo de samples que arropan a esos "Yes" y a toda la gente que los necesitó:



Voces dobladas, una base muy PSB, una melodía muy Jens Lekman:



En la número 37 a Jens solo le basta una guitarra y un piano para armar esta preciosidad:



La curiosa postal 38 es esta canción cambiada de revoluciones y con las voces de Jens Lekman cantando por encima:



La última del mes de septiembre es esta canción que podemos bailar, aunque sea despacito y quizás juntos:

alpaca sports, when you need me the most (2015)

Aunque Alpaca Sports ha publicado numerosos 7" a lo largo de los (casi) cuatro años desde su primera referencia, nunca habían publicado en 10". Esta referencia que publica Elefant (Luxury lo publica también en cd con el tema extra My favourite girlfriend, también en la versión digital) son las primeras canciones del grupo desde Sealed with a kiss, su primer álbum (que funcionaba también como recopilatorio de esos 7" que comentaba).

Por mucho tiempo que pase, nada ha cambiado en el mundo de Alpaca Sports. Siguen practicando ese pop adorable que les dio a conocer, si acaso, le han dado brillo, lo han pulido y le han dado empaque. Las canciones de When you need me the most suenan resplandecientes, con  más fuerza que nunca.

Destacan en el tracklist Need me the most y su estribillo irresistible, el sol de I love you, la muy Belle & Sebastian Where'd you go o la preciosa When I hold you.

Son 6 (+1, el tema extra que comentaba, versión de Milkyway) temas en los que los estribillos, los ritmos trotones, las cuerdas y los coros hacen de su escucha un verdadero placer, canciones de indie pop clásico y adictivo. 

viernes, 9 de octubre de 2015

así se baila el 2015 (con un marino en la orilla)

El 2015 nos está resultando un año muy de pista de baile. En todas sus acepciones. Desde canciones para sentir como el suelo se te congela bajo los pies hasta temazos para vivir como si no hubiera un fin. De arrebatos de synthpop con aires ochenteros a piezas de techno hipnotizadoras. De éxitos indiscutibles de los los de quemar zapatillas a ritmos latinos de trap irreverente. Todo un abanico de ejemplos de qué debe sonar en una pista baile.

Y nosotros nos hemos apuntado todos los que se nos han pasado por la cabeza y hemos hecho esta playlist de más de dos horas de música que da ganas de llevarse al coche y escucharla a todo volumen mientras los semáforos pasan del verde al rojo y las luces de las farolas empiezan a avisar de que la noche ha llegado para ser eterna.

Lo que ocurre es que como al final nosotros somos más de parecer que de ser, nos quedaremos en el salón con las canciones retumbando en nuestros auriculares. Mucho menos glamouroso pero no por ello menos disfrutable.

                                                

lunes, 5 de octubre de 2015

primeras impresiones de sangre cita, el nuevo álbum de dënver.

La primera vez que apareció el nombre de Dënver en La página de la nadadora fue en una entrevista a la también banda chilena Harmónica en 2006. Ahí les descubrí y rebuscando por la curiosidad encontré algunas canciones en formato demo de las que hice una reseña que empezaba con las siguientes palabras:

dënver son un dúo de san felipe, chile, que descubrí gracias a harmónica y que ya no puedo dejar de escuchar. un nombre inspirado en el camino (el libro de kerouac que también inspirara a javier e iñaki de family para escribir portugal) que, al igual que con los personajes de la novela, podría servir de metáfora para unas canciones que no han hecho sino empezar a andar. 

Casi dos años después escribí esta no crítica de Totoral, su primer cd, donde también aparecían Amaya y Mateo, y en 2010 fue Javi quien se encargó de reseñar Música, Gramática y Gimnasia. Meses después vinieron, hasta dos veces, a Sevilla, y de la segunda me traje firmada por Milton y Mariana su edición en vinilo que FUP le regaló al mundo de la música. Tres copias, para Javi, Fede Granell y la nuestra, que ahora adornan nuestras discotecas.







Fotografía de Diego Palma.

Para cuando se publicó Fuera de Campo la página de la nadadora ya no existía y ahora, con este maravilloso cuarto álbum, ya hemos cambiado la nadadora por el marino, pero la ilusión es la misma. Sangre cita va a ser, probablemente, el mejor disco del dúo. Y eso, estando Música, gramática y gimnasia, es mucho decir. Pero mis primeras impresiones han sido esas. Se han planteado llenarlo de temazos y lo han conseguido. Porque no solo están Vampiros y May lov (candidatos ambos a hit de los de quemar zapatilla, a la altura de los de este año de Crepus, Chvrches, Chemical Brothers o Health): El fondo del barro, Yo para ti no soy nadie, El infierno y Mi derrota andan prácticamente a la misma altura. Y cuando se relajan les salen baladas del nivel de La lava, La última canción, Noche profunda o Bola disco (donde brilla el bubblegum de la casa azul de Tan simple como el amor), recordándonos que son los mismos capaces de cerrar un disco con joyas como En medio de una fiesta.

Y Así, cuando suena Sangre cita (su última canción) llegamos al final de un viaje en una montaña rusa de fiesta, hedonismo y autodestrucción del que es difícil salir indemne. Acabamos de descubrirlo, y las prisas no son buenas consejeras, pero si me toca arriesgar, yo apostaría porque lo han vuelto a hacer. Y casi que me atrevería a decir que incluso mejor que nunca.

El disco se podrá descargar en la web de Dënver.

jueves, 1 de octubre de 2015

baio, the names (2015)

Chris Baio es el bajista de Vampire Weekend, y bajo su apellido, desde 2012, ejerce de dj y publica ep's de música electrónica. The Names es su primer álbum, nueve canciones que forman una de las sorpresas de este año.

En The Names no solo nos muestra esa electrónica que practica desde esos ep's que comentaba, también se abre a canciones más pop como Sister of pearl (que cuenta con unos arreglos muy adictivos), Needs o Endless rhythm, canciones que llaman la atención en su primera escucha, muy arrebatadoras.
También hay canciones que siguen la faceta dance de Baio, pero nunca abandonando la vista de las estructuras pop. The Names (la canción) es una buena muestra de ello, al igual que Matter.
En cambio, All the idiots o I was born in a marathon sí que son números de dance para darlo todo, tanto en una pista como en un dormitorio.

Todo esto forma un álbum equilibrado, que como buen disco de pop pasa en un suspiro, lo suficientemente sólido como para considerarlo un simple disco de proyecto paralelo.