lunes, 28 de septiembre de 2015

chvrches, every open eye (2015)

En Reino Unido lo llaman "sophomore album", aquí lo podríamos llamar "el difícil trago del segundo disco", trago que Chvrches han pasado como quién ve llover. Tras un debut buenísimo, de los mejores de los últimos años, lo han vuelto a hacer.

Y sí, parecía difícil, pero Every open eye es muchísimo mejor que The bones of what you believe. Chvrches han perfeccionado su fórmula, aquí todo es más grande, más fuerte, más brillante, más alto, más todo: la producción es más clara y directa que en su debut, las canciones mejores, la voz de Lauren Mayberry cada vez es más expansiva. Me pongo a pensar en casos como este, en los que tras un primer disco que te marca e impacta, te encuentres un segundo disco que incluso te guste más y no encuentro precedente.

Every open eye no da respiro alguno. Hasta la canción número 8 (tras casi media hora de escucha) no aparece un tema que baje las revoluciones por minuto (tras él, solo Afterglow las vuelve a bajar). Todo el álbum es un estado de como construír canciones que te dan la alegría completa. A la felicidad por la electrónica. A la felicidad por los Chvrches.

Every open eye comienza con Never ending circles, a modo de preparación de pista. A partir de ahí, el viaje más alucinante que podamos encontrar este año: una secuencia de canciones, a cuál mejor, ante las que no puedes más que abrir la boca de admiración e incredulidad, semejante derroche de talento y genio para las melodías pop no suele verse a menudo.

Leave a trace es (ya) la típica canción del grupo que parece inofensiva, pero que va ganando en presencia e intensidad para finalizar siendo favorita. Keep you on my side, Make them gold y Clearest blue son tres hitazos como pocos, en los que absolutamente toda la canción es un gancho constante, estrofa-estribillo-estrofa aquí no tiene valor. Chvrches se saltan estas normas básicas (ya lo hacían en, por ejemplo, Gun) para entregar canciones en las que no sabes a qué momento de su duración agarrarte más fuerte y nunca más soltarte.

High enough to carry you over es la canción que canta Martin Doherty en este disco (al igual que hacía en The bones of what you believe con Under the tide) y sin duda, es una de las mejores del álbum. Su preciosa voz dota a la canción de una emoción a flor de sintetizador, puro satén electrónico para no parar de llorar y bailar.
La eufórica Empty threat es el preludio a uno de los dos medios tiempos. El primero de ellos es Down side of me, y cerrando Alferglow, otra preciosidad. Antes, Playing dead y Bury it. La primera lo más oscuro del conjunto y la segunda otro hit instantáneo (¡entiérralo!).

En lo que respecta a los bonus tracks de la edición especial, Get away, la canción que publicaron en 2014 para el proyecto de la BBC alrededor de la película Drive, sigue tan lozana como el primer día, totalmente al nivel del disco, Follow you es otra maravilla cantada por Martin (quiero un disco entero de Chvrches cantado por él, o en su defecto, un disco en solitario) y Bow down otro éxito (y van...).

Chvrches han realizado lo que es uno de los discos más alucinantes que he podido escuchar en los últimos años. Música para bailar con el corazón. (Verdadera) Música para las masas.

10/10

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