sábado, 18 de abril de 2015

joan miquel oliver, pegasus (2015)

Salgo a la calle y en la radio de un coche que pasa me parece escuchar eso de "Venim de Pegasus solcant oceans, venim de futures edats". Paso por delante de una tienda con mucho ajetreo y aunque hay muchos clientes, en el hilo musical creo que suena el final de Teuleres tancades. Por mi lado pasa un chaval al que casi distingo cantar con sus auriculares muy grandes eso de "sona a sa radio El Cigala: por Dios que bonita es la mañana".
A estas alturas ya no sé si me estoy volviendo loco o que he escuchado muchas veces Pegasus antes de salir de casa.
Sigo mi camino. Paso justo por debajo de un balcón de un casa con muchas flores. Suena a través de las puertas abiertas el inicio de Marès a radial. Ya no hay duda. No soy yo, no es que me lo esté imaginando. Hace 3 días que ha salido a la venta el nuevo disco de Joan Miquel Oliver y toda la ciudad está enloquecida con él. Por las calles no se escucha otra cosa.

Todo esto ha pasado por mi cabeza en un segundo cuando hoy he ido decidido a mi tendero a comprar el nuevo cd de Joan Miquel Oliver y me ha comentando que se les había agotado, que habían traído muchas copias, pero se han vendido todas, por encima de sus previsiones. A pesar de que tendré que volver a por mi copia otro día, nada me ha hecho más feliz. Joan Miquel Oliver sigue siendo, como se dice, profeta en su tierra. No hay para menos.

Comenta J.M. en esta entrevista reciente que no suele escuchar muchos discos ni está muy al tanto de lo que se hace musicalmente. Quizás por eso sus canciones y su manera de hacer son tan personales y no tienen que ver con prácticamente nada. J.M. Oliver sigue ofreciéndonos su imaginario, siempre fascinante, siempre único.
Oliver es el hombre orquesta de nuestro tiempo. Él mismo compone, escribe, toca y produce, con poco más que colaboraciones (en este disco Quimi Portet) para completar y mostrar su complejo mundo interior.


Pegasus es el mejor disco de Joan Miquel Oliver en solitario. Me atrevería a decir, incluso, que es uno de los mejores discos de su carrerra, incluyendo aquí a Antònia Font, claro. Eso son palabras mayores, pero lo que consigue en Pegasus es algo de una belleza y un magnetismo sin par.
El tono del disco es íntimo, melancólico. Este es un disco que se disfruta a cámara lenta. Desde el silbido inicial de Marès a radial, a las programaciones hipnóticas de Pegasus, de ahí a la expansiva Orthopedic ragtime. Ecos d'ambulàncies es, sin duda, una de las canciones más importantes de Pegasus ("se desploman los planetas de galaxias allí arriba no sé donde, y pernoctan en silencio las constelaciones, asteroides a derivas casuales en rotación colisionan, es posible y es posible que no"). Món vegetal es como el reverso animado de Productes de neteja (del disco de AF Alegria), totalmente arrebatadora con sus tarareos. Flors de cactus, con su meta escritura es otra cima, al igual que la delicada e increíble Mil bilions en estrelletes. Un disco sobresaliente, como pocos. Joan Miquel Oliver habita un lugar de altura inalcanzable para el resto de la humanidad. Solo podemos admirarlo desde abajo, intentando entender un mínimo de lo que nos cuenta.

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