El cierre de este proyecto no podría ser en otra localidad que Reykjavík, la capital islandesa, en la que el músico se ha reunido de gente afín para poner la guinda a Island Songs.
Y el resultado es una pieza menos minimalista de lo habitual, interpretada en el Iðnó Concert Hall, donde Ólafur se vuelve a poner al frente del piano acompañándose de otro programado y de cinco músicos de cuerda, que impregnan un aire de optimismo al broche final de lo que va a ser (se publicará en unos meses en formato físico) uno de nuestros discos preferidos de este 2016.
Ahora solo queda compilar todas las piezas, escucharlas relajadamente y hacerse una idea de lo que va a ser Island Songs, otro acierto de un artista en estado de gracia absoluta.
Y el resultado es una pieza menos minimalista de lo habitual, interpretada en el Iðnó Concert Hall, donde Ólafur se vuelve a poner al frente del piano acompañándose de otro programado y de cinco músicos de cuerda, que impregnan un aire de optimismo al broche final de lo que va a ser (se publicará en unos meses en formato físico) uno de nuestros discos preferidos de este 2016.
Ahora solo queda compilar todas las piezas, escucharlas relajadamente y hacerse una idea de lo que va a ser Island Songs, otro acierto de un artista en estado de gracia absoluta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.