lunes, 14 de diciembre de 2015

2015 en discos internacionales

1 Carly Rae Jepsen E·MO·TION


Carly ha unido en E·MO·TION tres décadas de pop. No hemos tenido desde Like a Virgin un disco de pop mainstrean que nos haya llegado tanto. Y lo ha conseguido homenajeando a los que son clásicos del género. Madonna, Stock Aitken & Waterman, Cindy Lauper, Kylie o la mejor Britney sobrevuelan sobre cada canción del tercer álbum de la canadiense. Pero, y ahí radica el potencial de este disco, lo hace sin apelar a la nostalgia, sino sonando más actual que cualquiera de los referentes del momento.

En las doce canciones de la edición standard de E·MO·TION está la Carly de antes (I really like you no deja de ser una efectiva segunda parte de Call me maybe), la que apela a las producciones ochentas de Nile Rodgers (Emotion y Boy problems como mejores ejemplos), la que se acerca al pop más moderno (Your type podría incluirse en el disco de Chvrches sin desentonar en absoluto) y la que coquetea con el indie (Warm blood, con la producción y composición del Vampire Weekend Rostam Batmanglij lo atesora). Y están con un grado de conjunción tal que, en vez de chirriar, funcionan como una perfecta máquina de hacernos bailar. Como lo que debe ser nuestro disco del año.



2 Chvrches Every open eye
Ha sido el año de los grandes discos de pop. Y nos ha costado horrores decidirnos, pero finalmente Every open eye se ha quedado con este segundo puesto que sabe a primero. Porque hemos disfrutado tanto con los estribillos de Carly como con las melodías del segundo disco de Chvrches, comandadas por la voz de Lauren, sugerente y adictiva. Once canciones que, sin catarsis ni revoluciones, suponen un salto cualitativo sobre un disco de debut que ya era grande, muy grande.


3 Sufjan Stevens Carrie & Lowell 
Otra cima alcanzada, otro lugar al que es imposible llegar si Sufjan no nos enseña el camino. Este año nos hemos estremecido en nuestras casas con Carrie & Lowell y entramos en trance colectivo cuando lo vimos en directo en el Auditori del Fòrum de Barcelona. Totalmente inolvidable, totalmente único.







4 Panda Bear Meets the grim reaper
Con Animal collective nos ocurre que a veces nos supera el nivel de experimentación del trío. Panda 
Bear es todo lo contrario. Aquí el objetivo principal, que no único, es elaborar la canción pop perfecta. Y los medios jamás fagocitan el objetivo. Un disco con tanto recorrido (hay que recordar que el ep de adelanto se publicó en 2014) suele ir desgastándose con el tiempo. Con PBMTGR no ha ocurrido.





5 Jamie XX In colour
Otro de los discos básicos en 2015 ha sido In colour, el primero en solitario de Jamie XX. Lo podemos considerar un disco en solitario o, prácticamente, el tercer disco de The XX, pero sea como sea, In colour es música para soñar y bailar, aunque sea sin moverse del sitio.






6 Max Richter Sleep
Da igual si hablamos de la versión de 8 horas o la de 1. Si lo hemos escuchado despiertos o dormidos. Si lo tenemos en vinilo, edición de lujo con 8 cds o streaming. Sleep llega, desde el minimalismo y la elegancia, a emocionarnos con su extrema delicadeza. Una obra excesiva que se disfruta partiendo de los detalles hacia lo inabarcable de su completitud.





7 Purity Ring Another eternity
Pocos discos con un sonido tan robusto, lustroso y contundente como another eternity vamos a encontrar este año. Canciones como heartsigh, bodyache, push pull o begin again te envuelven, transportan y en el proceso acabas siendo alguien mejor. La emoción y las canciones era eso.





8 Dënver Sangre cita
En Sangre Cita hay tanto hit que en una primera escucha es capaz de dejarte fuera de juego. Tantas canciones que quieres escuchar cien veces seguidas, tantos estribillos que quieres repetir cantando una y otra vez. Tantas letras que no entiendes y te perturban que quieres seguir escuchando hasta que consigas entenderlas.





9 Aris Kindt Floods
El minimal techno, oscuro, de bajos obsesivos, del proyecto paralelo de Francis Harris con Gabe Hedrick rinde homenaje al cuadro de Rembrandt en el que se muestra una lección de anatomía sobre el cuerpo inerte del criminal Aris Kindt. Un disco que nace desasosegador pero que, poco a poco, como con la anestesia, va atrapándote hasta que te encuentras absolutamente entregado a su universo de bajas frecuencias y ya no te deja escapar.




10 Kölsch 1983
1983 es un disco de techno con la justa querencia por la melodía para trascender y distinguirse, hasta el punto de convertirse en uno de los de nuestro top 10 de 2015. Entendido como un homenaje del músico a su infancia y los viajes de verano que realizaba con sus padres, parece bascular desde el hedonismo estival (Pacer parece dibujarse justamente con los sonidos de cualquier fiesta en una terraza de playa de aquellos años) hacia terrenos más fríos y emotivos, culminados por el hitazo Bloodline, la única no instrumental del lote, que toca (y nos hace tocar) el cielo con la aportación de Tomas Høffding.



11 Robert Forster Songs to play
En Songs to play Robert Forster se ha arropado por su familia para volver a facturar un disco de pop perfecto, con mucho de clásico y de nostalgia bien entendida. En él se remite a los más grandes y a sí mismo para volvernos a enamorar como lo lleva haciendo, primero con The Go-Betweens y ahora desgraciadamente en solitario, desde hace 30 años. Songs to love him, diría yo.





12 Lo-Fi-Fnk Nightclub nirvana
El tercer disco de los suecos Lo Fi Fnk se publicó en primavera, a las puertas del verano donde lo pudimos escuchar en el mar, cuando los días eran más largos y no teníamos que llevar jersey. Escuchar sus canciones nos hace oler la orilla de nuevo.






13 William Basinski Cascade/The deluge
Tanto cascade (publicado en cd) como The deluge (en vinilo) conforman el trabajo de Basinski en este 2015, que reitera sus planteamientos sobre el tiempo y como este erosiona lo físico y lo distorsiona. La sorpresa aquí está en The Deluge (The Denouement), una pieza de menos de siete minutos que va mutando como no es habitual en la obra de Basinski hasta acabar fascinándonos con ese final que nos imaginamos extraída de una opereta editada a principios del siglo pasado en un disco de pizarra lleno de chasquidos y ruidos por el paso de los años.



14 Baio The names
Mucho más que un proyecto paralelo, el disco de Chris Baio, bajista de Vampire Weekend, es una maravilla donde encontramos arrebatos para el baile pero también canciones pop irresistibles.






15 Desaparecidos Payola
Han pasado 14 años del debut de este proyecto paralelo de Conor Oberst, pero la rabia e intensidad se mantienen intactas e incluso amplificadas en su continuación Payola, cuyo mayor handicap es la existencia de los tres eps previos que adelantaban ya seis de los temas del mismo. Tanto las conocidas como las nuevas son puros arrebatos de tensión punk que resucitan el espíritu musical y reivindicativo de The Clash y nos hacen bailar pogo en el salón de nuestra casa y gritar al son de las canciones con el puño en alto y los dientes apretados las proclamas antisistema de sus estribillos.




16 The Maccabees Marks to prove it
The Maccabees son el gran grupo inglés en la sombra, el que sigue publicando discos tan emocionantes como Marks to prove it y canciones como Kamakura, Something like happiness, Spit it out o Marks to prove it.







17 Years & Years Communion
Communion es mucho más que King, la gran canción del grupo. En Communion también hay lugar para otros hits como Shine, Border o Gold y para cosas más relajadas como Eyes shut.









18 Sun Kil Moon Universal Themes
Universal themes es el hermano feo de Benji. Sus historias son más rebuscadas, no tienen la unidad argumental de aquellas, y musicalmente es más áspero, difícil y disperso. Sin embargo nosotros nos hemos dejado convencer por los últimos días de la comadreja que Mark se encuentra en The possum o la historia del concierto de Death cub for cutie al que decide asistir de igual forma a como el resto lo hizo a ese tratado sobre la muerte que fue el disco anterior. Y le hemos dado el valor que parece que muchos han preferido no otorgarle.



19 Justin Bieber Purpose
Purpose es el disco por el que debe estar maldiciéndose en su mansión de Malibú cualquier estrella del pop del momento. Repleto de hits indiscutibles, es un non-stop de estribillos maravillosos y ritmos a los que no te puedes resistir. En definitiva, canciones fantásticas que han supuesto la gran sorpresa de 2015. Dios sabe que nos deparará 2016.




20 NewOrder Music complete
Para quienes estaban convencidos de que ya nada será como antes, este disco viene a darles la razón... solo a medias. Porque está claro que la clarividencia de los New Order de los ochenta se fue con la juventud, de ellos y nuestra, pero ahora se han conseguido reivindicar con un álbum con poco relleno y más de un momento glorioso (Plastic, Tutti Frutti, Nothing but a fool, Unlearn this hatred e, incluso, Underheated). Si no completo, al menos sí que un gran disco de synthpop de los más grandes del género.

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