martes, 8 de diciembre de 2015

mini-especial mecano (discografía) por manolo domínguez

Mecano (CBS) 1982 El debut de Ana, José y Nacho fue la confirmación de que el éxito de sus dos primeros singles no iba a quedar en flor de un día. Una colección tremenda de eso que en España dio por llamarse tecno-pop, que incluía sus hits previos (Hoy no me puedo levantar y Perdido en mi habitación) junto a nuevos incontestables que pronto se situaron al mismo nivel (Me colé en una fiesta, Maquillaje e incluso No me enseñen la lección). Pero, además, es un álbum con poco relleno: Solo soy una persona apuntaba a nuevas direcciones aún por descubrir, La máquina de vapor triunfaba en la fina cuerda entre lo cursi y lo romántico que tan bien funcionaba entonces, Me voy de casa era rock de la movida en clave synthpop y El fin del mundo es ambiciosa y efectiva. Solo el instrumental Boda en Londres consigue, más de 30 años después de su publicación, aburrirme en cierta medida.

¿Dónde está el país de las hadas? (CBS) 1983 Si no fuera por sus dos talones de aquiles, estaríamos hablando, sin discusión, de mi disco preferido del grupo. La fiesta nacional, ese pasodoble tecno-pop, con sampleado de una retransmisión taurina incluido, y El ladrón de discos, horríblemente interpretada por Nacho, ensucian una colección de canciones que son ya parte de mi vida. Barco a venus o El amante de fuego (los dos singles que acompañaron a la mencionada Fiesta nacional) no tienen discusión, pero también está ¿Dónde está el país de las hadas?, la intro efectista del lp, este chico es una joya y su pop efervescente, el fantástico himno a la figura de E.T. que es La bola de cristal y así hasta llegar al final de un segundo disco que les confirma en la cumbre del pop nacional, por encima de movidas y escenas particulares.

Ya viene el sol (CBS) 1984 Mecano empieza a evolucionar con el tercer álbum y con una canción, Aire, compuesta por José María, que eclipsó al resto y anunció buena parte de lo que iba a venir después. Algo que el sello no llegó a comprender y, obsesionado por el bajón en la ventas, permitió incomprensiblemente que se escaparan. Pero es cierto que Ya viene el sol es bastante más flojo que los dos anteriores. Su primer single, Japón, sorprende pero no está a la altura, Hawaii-Bombay funciona esencialmente como broma agradable, No pintamos nada se alinea con Japón aunque con bastante más tino, y solo Ya viene el sol, La estación, Busco algo barato y Me río de Janeiro podrían competir con las mejores canciones de sus trabajos anteriores. Al final, un disco de transición.

Entre el cielo y el suelo (Ariola) 1986 Cambio de discográfica. Con CBS exprimiendo al grupo con la publicación de un directo (Mecano en concierto) y un recopilatorio de rarezas (Lo último de Mecano) aparece el primero de sus discos con Ariola, donde el grupo muestra ya una cara mucho más adulta, tanto en lo positivo como en lo negativo. Jose María toma un protagonismo que hasta entonces no tenía y sublima su potencial para la épica fácil, codeándose siempre entre lo emotivo y lo cursi, como atesoran dos de las canciones emblemas del álbum, Cruz de navajas e Hijo de la luna. También son suyas Me cuesta tanto olvidarte y No es serio este cementerio, ambas soberbias, hitos del pop español, mientras que Nacho se instala en la comodidad del más que digno segundo plano, olvidando esa querencia por la programaciones y el synthpop que hasta entonces había sido marca de la casa y embebiéndose el regusto melancólico de su hermano. Mucho más que simple relleno son 50 palabras, 60 palabras o 100, No tienes nada que perder o Ay, qué pesado, para redondear un trabajo que les devuelve a sus mejores momentos.

Descanso dominical (Ariola) 1988 Descanso dominical me lo imagino yo a medio camino entre sus primeros discos y Entre el cielo y el suelo. Nacho vuelve a darle protagonismo a los teclados y sintetizadores, aparte de recuperar su papel principal arrebatado brutalmente por Jose María en el lp anterior, y su hermano se instala en esa posición de nuevo baladista épico que ha ido perfeccionando poco a poco, solo que aquí Nacho brilla a mucha más altura. Porque Mujer contra mujer será todo lo bonita que quieras, pero es puro artificio de lágrima fácil. Y mucho peor lo de Eungenio Salvador Dalí o El blues del esclavo, pedantes a más no poder. Sin embargo, El cine, Los amantes y La fuerza del destino forman un trío de canciones al más alto nivel, al que Jose María solo se acerca con la tonta pero resultona No hay marcha en Nueva York y la segunda parte de Me cuesta tanto olvidarte, Quédate en Madrid. El instrumental Por la cara y Héroes de la Antártida tampoco ayudan a subir la nota del más irregular de los discos de Mecano, que, sin embargo, les situó ya a niveles estratosféricos de ventas.

Aidalai (Ariola) 1991 Si decía que Descanso dominical era el más irregular de los discos de Mecano es porque a Aidalai no sé por dónde cogerlo. El fallo positivo podría no estar mal del todo, y El siete de septiembre tiene su noséqué dentro del adult oriented pop, pero el resto... ¡Ay! el resto. Una rosa es una rosa es un quiero y no puedo tener algo parecido al duende, Bailando salsa vuelve a naufragar por meterse donde no les llaman, Dalai Lama es un puro despropósito, la letra de El peón del rey de negras da vergüenza ajena... Y así hasta completar el peor disco de toda la carrera de Mecano, justo antes de su separación, si no definitiva (con Ana, Jose, Nacho hubo amago de vuelta que quedó en poco), sí oportuna. Sin embargo volvió a ser un éxito, porque la máquina ya andaba sola, pero por poco más.


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