miércoles, 15 de marzo de 2017

la lista de marzo: mejores escenas musicales en películas nacionales

Ya hemos dicho que nos gustan las listas ¿verdad? Pues es cierto. Nos gustan. Y por eso prometimos hace un mes que íbamos a crear una sección específica de listas, que inauguramos en febrero con nuestras canciones preferidas de lo que llevamos de siglo 21. Una forma como otra cualquiera de hacer balance y ponernos al día de todo lo disfrutado musicalmente en los últimos años.

Para marzo la cosa se nos ha complicado, porque nos hemos metido en una tarea en la que pinchamos un poco. Ninguno de nosotros es un experto en cine y, con completa seguridad, esta puede ser una de las listas más sesgadas que podamos hacer nunca. Sin embargo, nos encantan las escenas de película en las que aparecen canciones y hemos elegido, en dos tandas, nuestras preferidas, tanto de películas nacionales como internacionales. Y nos hemos puesto solo una premisa, evitar en lo posible películas musicales. Al final, 10 de aquí hoy y, mañana, otras 15 de fuera, y sin querer repetir director. Una de esas listas en las que, obviamente, no están todas las que son y, probablemente, muchos penséis que ni siquiera son las que están. Pero qué más da, si esto lo hacemos solo por divertirnos:


Bienvenido Mr. Marshall de Luis G. Berlanga (1953)
Todo un clásico del cine español. La fantástica interpretación de Lolita Sevilla dedicándole la copla Coplilla de las divisas a unos americanos que no tuvieron tiempo de disfrutarla es uno de los puntos álgidos de esta película que muestra el talento de Berlanga no solo para evitar la censura, sino especialmente para hilvanar algunas de las mejores comedias que ha tenido el cine español.




Viridiana de Luis Buñuel (1961)
La última cena con música de Händel y, de fondo, la vileza humana, capaz de joder todo lo que se le ponga a mano. Una escena tan descarnada, tan cruel y tan real, que da vértigo verla.




Abuelo Made in Spain de Pedro Lazaga (1969)
En la película protagonizada por el ya icónico Paco Martínez Soria el grupo de sus nietos no eran sino Los gritos, que interpretaban en ella dos de sus canciones más reconocidas, Reiremos, soñaremos y esta genial Veo visiones, en una discoteca con todos los ingredientes necesarios para que uno muera de amor.




Criacuervos de Carlos Saura (1976)
En esta escena está todo lo que nos enamora. Una canción mágica compuesta por José Luis Perales e interpretada por Jeanette, una Ana Torrent que hipnotiza con su mirada, un jersey de cuello vuelto igual al que yo llevaba con la edad que ella tenía cuando protagonizó la película y, en este caso, unos subtítulos en chino que le dan un punto exótico irresistible a la escena del filme de Carlos Saura.




El sur de Víctor Erice (1983)
Mateo no ha hecho la primera comunión y, además, no le gustan los pasodobles. Pero de no haber sido así yo estaría allí, con todos mis prejuicios revolviéndome la tripas, para rememorar esta escena mientras observo una sonrisa que vale mil veces más que París y que es una de las pocas cosas que, por sí mismas, justifican la existencia.




El Pico 2 de Eloy de la Iglesia (1984)
Como en el barrio, donde brillaron las navajas desde que tengo uso de razón, esta escena final de la película huele a plata quemada y sabe a polígono y a radiocassette robado. Y la interpretación de Juana Salazar de este tema compuesto por Quino Carmona expresamente para la segunda parte de la saga El Pico, es tan tremenda que tiene casi más fuerza que la pelea protagonizada por el lamentablemente fallecido Pirri, cuyas incursiones en cine y televisión no lograron sacarle de la heroína.




¡Átame! de Pedro Almodóvar (1990)
En el caso de Almodóvar, podríamos haber elegido decenas de ejemplos para esta lista. Entre todos ellos, nos hemos decantado por la escena final de ¡Átame!, donde Antonio Banderas, Victoria Abril y Loles Leon hacen el camino inverso que realizan la mayoría de personajes de las películas del manchego: van del pueblo a la ciudad. Y lo hacen cantando Resistiré del Dúo Dinámico como si de una catarsis se tratara, como respuesta a todo lo que hemos visto en pantalla las dos horas de la película. Cantar para abrir el camino. Cantar para espantar todo lo malo.




Belle Époque de Fernando Trueba (1992)
Por culpa de esta película y esta escena, yo siempre he querido estar en una fiesta de pueblo en la que los viejos se agarran cuando empieza a sonar el pasodoble. Y, a pesar de que aquí es un tango lo que suena, sentirme uno más de ellos mientras, en mi cabeza suena el himno de la república y el sueño por todo aquello que hemos perdido desde entonces.




Antártida de Manuel Huerga (1995)
En Antártida, esta película en la que Ariadna Gil vuelve a aparecer (también lo ha hecho en Belle Époque), aquí encarnando a una estrella de rock convertida en un juguete roto, nos encontramos con el regalo de ver a John Cale interpretando en directo Antarctica starts here. El problema es que en youtube solo hemos encontrado el making of de la escena, pero aquí escuchar a Cale es tan impresionante que lo damos por bueno y lloramos de emoción.




La leyenda del tiempo de Isaki Lacuesta (2006)
Makiko quiere cantar como Camarón y, por eso, viaja desde Japón a la isla donde la sal se confunde con la nieve para empaparse de todo aquello que convirtió a José Monge en lo que le hizo eterno. Pero lo que allí se encuentra es muy diferente a lo que esperaba y le entrega otras virtudes que las que ella esperaba. La realidad convertida en una conversación telefónica, que puedes ver directamente situándote en 1h35m40s o, mucho mejor, disfrutar al completo de una de las mejores películas de la historia del cine español.

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