Podría asegurar que Prince fue la primera de mis obsesiones musicales. La más temprana, la primera de muchas. Apenas con 12/13 años ya estaba totalmente entregado a sus encantos. El que me llevó a ello no lo sé: un crío en los primeros noventa que se siente fascinado por ese hombre bajito que se viste de esa manera y hace canciones con alto contenido sexual. Una incognita que todavía me llama la atención. En cuánto lo descubrí (si no recuerdo mal lo primero que compré fue la cassette de Diamonds & Pearls) no paré hasta comprarme toda la discografía anterior, patrón que seguiría más adelante. El típico patrón: descubrimiento-obsesión en aumento-compra compulsiva de discografía. Así que ahí estaba yo, un crío pre-adolescente con todas las cassettes de Prince en su habitación. Por eso motivo, y por vivirla a fuego, mi época favorita de Prince son los '90. Su época más revolucionaria, en la que cambió de nombre a y lucía Slave en la cara. Evidentemente, él venía de sus gloriosos '80, pero ya sabemos que lo quiere un chaval es novedad, vivir las cosas por uno mismo. Más tarde disfrutaría sus '80 como es debido, su época de mayor esplendor, sus grandísimos discos.
Digo que me extraña verme siendo fan de Prince a esa edad tan temprana, porque yo, totalmente ajeno al tipo de música que él hacía (o casi a la música en general), flipaba en mi habitación cualquier palo que tocaba en sus canciones. O es que él tenía la suficiente personalidad para pasar las barreras de los géneros y ofrecerlas para que cualquier persona las pudiese disfrutar. Algo que no todos los grandes consiguen y cosa de agredecer para una persona con un gusto musical aún por formar.
Aunque uno acabó creciendo, seguía celebrando años, y a la par (durante los 2000) acabé focalizando mi atención en otras cosas, perdiendo el interés en su música, justo en el momento en el que él lo ponía cada vez más difícil para poder acceder a ella. Como una relación en la que ambas personas estuvieran de acuerdo en que lo mejor es dejarlo ahí.
Dejando a un lado la valiosa e impagable educación musical que me proporcionó, con Prince también aprendí que no hacía falta ser alto, corpulento e imponente para llevarte a la cama a alguien (aunque siempre sospeché que tener dinero y talento a raudales influía de alguna manera). Gracias Prince por esa valiosa lección de vida.
Por todo esto, Prince no ha sido solo otro de los artistas que me atan al suelo, también a la realidad entera.
Para finalizar, destaco 5 de sus canciones que más me gustan (entre cientos). sin ningún tipo de orden (solo el de su año de publicación ) ni preferencia, solo 5 canciones como 5 catedrales de grandes:
I Would Die 4 U (Purple Rain, 1984) Ni tres minutos de magia: un ritmo contagioso que parece que nunca va a explotar, un estribillo que se expande, su voz haciendo subir las revoluciones: "Yeah, say one more time, U, I would die 4 U"
Pop life (Around the world in a day, 1985) Nuestra vida. La vida de todos. Pop para bailar en tu habitación mientras todo lo demás no te importa: "Everybody needs a thrill". Uno de sus hits más sutiles pero también más certeros.
Money don't matter 2 night (Diamonds and pearls, 1991) A este tipo de canción me refería cuando decía lo de universalizar su música. Una de sus grandes canciones en la sombra en uno de sus discos más infravalorados (quizás por la cercanía y la resaca de sus grandes logros).
The Morning papers (,1992) Las veces que llegué a escuchar esta canción no soy capaz ni de recordarlas. Otro de los discos que más sonó en mi cuarto, el pop en panorámico y a todo color. La celebración de la vida.
Breakdown (Art official age, 2014) Una de las mejores canciones de su última época. Una balada épica de las que nos tenía acostumbrados. Una canción más grande que la vida, con esa parte final con Prince totalmente entregado y emocionado. Javier Ruiz
Digo que me extraña verme siendo fan de Prince a esa edad tan temprana, porque yo, totalmente ajeno al tipo de música que él hacía (o casi a la música en general), flipaba en mi habitación cualquier palo que tocaba en sus canciones. O es que él tenía la suficiente personalidad para pasar las barreras de los géneros y ofrecerlas para que cualquier persona las pudiese disfrutar. Algo que no todos los grandes consiguen y cosa de agredecer para una persona con un gusto musical aún por formar.
Aunque uno acabó creciendo, seguía celebrando años, y a la par (durante los 2000) acabé focalizando mi atención en otras cosas, perdiendo el interés en su música, justo en el momento en el que él lo ponía cada vez más difícil para poder acceder a ella. Como una relación en la que ambas personas estuvieran de acuerdo en que lo mejor es dejarlo ahí.
Dejando a un lado la valiosa e impagable educación musical que me proporcionó, con Prince también aprendí que no hacía falta ser alto, corpulento e imponente para llevarte a la cama a alguien (aunque siempre sospeché que tener dinero y talento a raudales influía de alguna manera). Gracias Prince por esa valiosa lección de vida.
Por todo esto, Prince no ha sido solo otro de los artistas que me atan al suelo, también a la realidad entera.
Para finalizar, destaco 5 de sus canciones que más me gustan (entre cientos). sin ningún tipo de orden (solo el de su año de publicación ) ni preferencia, solo 5 canciones como 5 catedrales de grandes:
I Would Die 4 U (Purple Rain, 1984) Ni tres minutos de magia: un ritmo contagioso que parece que nunca va a explotar, un estribillo que se expande, su voz haciendo subir las revoluciones: "Yeah, say one more time, U, I would die 4 U"
Pop life (Around the world in a day, 1985) Nuestra vida. La vida de todos. Pop para bailar en tu habitación mientras todo lo demás no te importa: "Everybody needs a thrill". Uno de sus hits más sutiles pero también más certeros.
Money don't matter 2 night (Diamonds and pearls, 1991) A este tipo de canción me refería cuando decía lo de universalizar su música. Una de sus grandes canciones en la sombra en uno de sus discos más infravalorados (quizás por la cercanía y la resaca de sus grandes logros).
The Morning papers (,1992) Las veces que llegué a escuchar esta canción no soy capaz ni de recordarlas. Otro de los discos que más sonó en mi cuarto, el pop en panorámico y a todo color. La celebración de la vida.
Breakdown (Art official age, 2014) Una de las mejores canciones de su última época. Una balada épica de las que nos tenía acostumbrados. Una canción más grande que la vida, con esa parte final con Prince totalmente entregado y emocionado. Javier Ruiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.