¿Me lo preguntas a mí? A mí la verdad que no me importa. De siempre he sido pelín despistado y siempre he entendido lo que me ha dado la gana de las cosas. Vamos, que vivo en los mundos del más allá galáctico, y si me dices, hola, ¿qué tal? es posible que yo te conteste que nunca.
Hablando en el ámbito de la interpretación de las letras de las canciones y todo eso, alucino cuando oigo lo que la gente entiende en ellas, porque casi siempre es contrario a la historia que me he montado yo en la cabeza. Así que mira, eso que me ahorro. Aunque en Calvin eta Lagunak me ha parecido enteder algo así como marica y no sé si me quieren decir alguna cosa o qué.
Este combo de batería (Oriol Flores, quien ha tocado con Izaro, Miqui Puig o Javi Pez) y guitarra (Giorgio Bassmatti) vive más cerca de Spinanes o Throwing Muses que de White Stripes, se inspira más en Papas Fritas o Beat Happening -a quienes dedican una canción- que en cualquier dueto mejor peinado o más enfadado.
Mira, mejor, porque a mí The White Stripes siempre me han parecido un rollo como una catedral de grande, y no sé si ahora mismo tengo el cuerpo para un dúo que va de ese palo. Mucho mejor, donde va a parar, un dúo que lleva el rollo de Oso Fan. El rollo del pop que llega, fácil y sencillo (bueno, eso lo digo yo, que solo lo escucho), con canciones fantásticas que en algunos casos te hacen mover los pies, y en otros ponerte tierno. E incluso se atreven con el ambient en la bonita canción final (a lo bonus track para compradores del cd). ¿Qué más se puede pedir?
¡Y todo eso siendo solo dos!
¿Para qué más? Las mejores cosas se hacen, o bien uno mismo, o bien entre dos. O por lo menos es lo que a mí me funciona.
Un debut de seis canciones (+ sorpresa que solo escucharán los compradores del CD) de cuyo contenido se adelanta ahora el primer single, “Gaur”
Bueno, de hecho, solo se puede escuchar oficialmente esta canción, Gaur. Oso Fan son tan suyos que, o bien te compras el cd, o bien solo escuchas esa canción que mencionaba. Ni bandcamp, ni spotify, ni leches. Vamos, que todos volvemos a tener 20 años de nuevo. Y eso, a veces, está bien. Javier Ruiz
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