Últimamente suelo escuchar la cadena de radio M80. Una radiofórmula en la que, principalmente, suelen sonar canciones con ramalazo AOR. Ofrecen lo que su oyente de mediana edad le demanda: canciones más grandes que la vida, con bien de épica y listas para arreglarte cualquier día pesado en el trabajo.
Aunque Jack Antonoff todavía no da el target de esa cadena, parece haber creado un disco idóneo para sonar en ella. Música de dormitorio (no en vano, se ha llevado su cuarto -literalmente- de gira promocional) pensada pasa ser masiva (con su estructura de intro, reprise, invitados/as célebres, etc) y que parece resonar en el recinto más grande posible.
Y eso lo consigue con un disco eufórico, que da ganas de salir a a la calle a hacer amigos y después contarles lo que molan estas canciones. Canciones no solo con la vista en los años dorados del rock americano, sino también en 2017: la sofisticación de la música para las masas. Porque eso son hits del tamaño de Don't take the money, All my heroes o Hate that you know me. Exaltación para un día cualquiera de entresemana pero cargada de nostalgia con sensación de verano. Y de saxos. Y de coros celestiales y de primera línea (Lorde, Carly Rae Jepsen, Lena Dunham, MØ).
Un disco que divierte y entretiene desde principio a fin: desde su primera y contagiosa canción pasando por Everybody lost somebody, Let's get married o I miss those days. Un disco que mantiene el interés por este curioso personaje (músico de estudio, productor de super estrellas -algunas de ellas las citadas más arriba-, componente de los exitosos Fun., etc) y este proyecto en solitario. Javier Ruiz
Aunque Jack Antonoff todavía no da el target de esa cadena, parece haber creado un disco idóneo para sonar en ella. Música de dormitorio (no en vano, se ha llevado su cuarto -literalmente- de gira promocional) pensada pasa ser masiva (con su estructura de intro, reprise, invitados/as célebres, etc) y que parece resonar en el recinto más grande posible.
Y eso lo consigue con un disco eufórico, que da ganas de salir a a la calle a hacer amigos y después contarles lo que molan estas canciones. Canciones no solo con la vista en los años dorados del rock americano, sino también en 2017: la sofisticación de la música para las masas. Porque eso son hits del tamaño de Don't take the money, All my heroes o Hate that you know me. Exaltación para un día cualquiera de entresemana pero cargada de nostalgia con sensación de verano. Y de saxos. Y de coros celestiales y de primera línea (Lorde, Carly Rae Jepsen, Lena Dunham, MØ).
Un disco que divierte y entretiene desde principio a fin: desde su primera y contagiosa canción pasando por Everybody lost somebody, Let's get married o I miss those days. Un disco que mantiene el interés por este curioso personaje (músico de estudio, productor de super estrellas -algunas de ellas las citadas más arriba-, componente de los exitosos Fun., etc) y este proyecto en solitario. Javier Ruiz
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