miércoles, 5 de noviembre de 2014

especial parade (2): consecuencias de un mal uso de la electricidad (2000) e inteligencia artificial (2003)

Seguimos con el especial sobre Parade. Hoy le toca el turno al segundo y tercer disco de Antonio Galvañ. Inteligencia artificial lo reseña Manolo, mientras Consecuencias de un mal uso de la electricidad lo comento yo mismo.

Consecuencias de un mal uso de la electricidad, spicnic, 2000

Cuando se publicó Consecuencias de un mal uso de la electricidad yo tenía 22 años. Por entonces, estaba conociendo a esa persona especial, diferente. Esa persona de la que hablan las canciones. Esa persona no estaba en mi misma ciudad, así que nos comunicábamos por teléfono y carta.
El paso era obvio. Grabé Primer contacto en una cinta de cassette, la metí en un sobre y se la envié por correo a esa persona. El mensaje era claro:
                  
                                                  tengo 22 años y este es mi primer contacto

En mi caso, casi era un mensaje a la desesperada, un s.o.s del área 51 de mi corazón (aunque tuviera que pasar algún año que otro para esta referencia...).
Afortunadamente, el mensaje llegó a buen puerto. Una frase, tan insignificante en un principio y tan certera en su totalidad.
Por todo eso, Consecuencias de un mal uso de la electricidad significa tanto para mí. Porque los discos y la vida se construye de eso. No de datos y emociones objetivas, sino de anárquica subjetividad emocional.


El segundo disco de Antonio Galvañ no es solo Primer contacto, evidentemente. También nos encontramos personajes que nos resultan mucho más que familiares. Familiares porque nos están contando nuestra historia a través de las suyas. A través de metáforas (muy bien entendidas, nada forzadas) que nos llegan de la mejor manera posible. Encuentros en la tercera fase, robots, villanos que no quieren serlo, exoesqueletos para no mostrar lo que no quieres, etc. Todos los personajes que aparecen en estas canciones se han llegado a convertir en héroes para nosotros, en esa clase de personas que simplemente sabiendo que están ahí ya te hacen sentir mejor. (javi)

Inteligencia artificial, spicnic, 2003

Primer Aviso. El compositor de perfectas melodías de pop electrónico de cuasi dormitorio abre su tercer álbum con un baladón que, de haber sido compuesto por el maestro Manuel Alejandro, se encontraría en el top 10 del repertorio del propio Raphael. Romance Morlock anuncia que las fronteras se han abierto y las referencias van a empezar a multiplicarse en la carrera de Parade. Y en Inteligencia Artificial empezamos a tener muestras de ello. 

Recuerdo mi sensación de sorpresa al sentirme en una verbena de barrio con el aire a pasodoble de ¡Llama! o Juan Metralla. Me viene a la cabeza la escena del baile de Ariadna Gil y Jorge Sanz en Belle Epoque, y la imagino en las selvas centroamericanas, con nuestro héroe revolucionario en segundo plano observando al pueblo en fiestas, sintiéndose responsable de defenderles a la mañana siguiente en el campo de batalla. Y comprendo con El informe que su concierto especial en Nocturama'08 se abriera con Quaselvol pot sortir el sol. O las referencias que siempre le acompañan de la música melódica italiana al escuchar No connections.
 

Después Nikel Chromo guiñaba de reojo a Sigue Sigue Sputnik y Bucle Surf me llevaba a las playas de California con más nostalgia que sensación de fiesta. De golpe me había encontrado con un disco que descolocaba, mucho más expansivo, más diverso y que me exigía más. En general no juega a introducirte en él, no hay niños zombies con los que identificarse, sino héroes de guerrilla, líderes mundiales o surfeadores cibernéticos. En Inteligencia Artificial no soy parte de la película, sino un espectador, de primera final, pero espectador.

Por supuesto había canciones que me convencieron a la primera (Romance Morlock, Nikel Chromo o la belleza de ¡Oh! La inercia te desarman con una facilidad pasmosa y corre newt o rey consuelo parecen las más continuistas), pero pronto descubrí que había que quitarse el chip de su trabajo anterior para comprender este y, a partir de ahí, todo lo que estaba por venir.

Hoy, escuchando de nuevo todas las canciones, me encuentro con una pequeña obra maestra en la Antonio Galvañ, pienso, se debió sentir por primera vez libre al grabarla. Libre de mostrarse tal y como es, un enamorado de música y un profesor que nos enseña a nosotros a amarla. (manolo)



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