lunes, 17 de julio de 2017

tronco, abducida por formar una pareja (2017)

Tronco son Fermí y Conxita Herrero, un dúo formado por dos hermanos en Barcelona y, además, otro paso más en la radiografía que Conxita, también dibujante de cómics, está haciendo del underground nacional. Ella ya ha sido responsable del artwork de discos como el del EP de Flamaradas sobre el Prat de Llobregat, colaborado con el Tentaciones de El País o la Fonoteca, ha publicado cómics como Gran bola de helado en Apa Apa y también es responsable de cartelería, por ejemplo, la del último encuentro del cómic independiente GRAF, que se celebró este año en Madrid. Poco a poco nos estamos acostumbrando a verla radiografiando parte de lo que se cuece en la escena local de Barcelona e incluso la nacional y celebrando siempre su presencia.

Pero con Tronco la cosa es diferente porque, al contrario que en sus cómics y dibujos, donde el menos es más y sus historias se sostienen en pequeños relatos donde se cuenta más en la parte gráfica que en los textos, aquí las canciones son cortas y directas, llegan de sopetón, nos aportan mucho en escasos minutos (o segundos) y desaparecen como han venido, dejando huella. Sus historias de amor, angst de andar por casa y microtragedias de clase media tienen tanto de ironía como de ingenio. Además, la producción musical, mínima y casi amateur, rozando el antifolk que hace unos años sublimaron Moldy Peaches y que en España se podría situar cercano a Cosmo-K o unas Hardcute Ukelele más melódicas y pop, refuerzan el mensaje gracias a la economía de medios, donde la base es siempre la guitarra de Fermí y las voces de Conxita. Una  fórmula que, indefectiblemente, deja todo el peso en las composiciones. Un todo o nada que aquí funciona a las mil maravillas, porque Abducida por formar una pareja, Ni una gota de luz, Pez en Bicicleta, El helecho o La tristeza demuestran que estamos ante una de las apuestas más frescas del año y el mayor acierto en Elefant desde hace tiempo.

Y puede ser casualidad o no, pero ha sido con la llegada del verano y los calores cuando este 10” editado en Adventures in pop ha terminado de convencerme, a pesar de que el primer adelanto, Pez en bicicleta (la más bonita e inteligente declaración de amor condicional que he visto en años) ya apuntaba altísimo. Sus canciones aceleradas parecen tan frescas que funcionan como una piña colada tomada mientras estamos tumbados sobre un flotador con forma de donut en una piscina copiada de un cuadro de Hockney, o un ventilador funcionando a tope a un metro escaso de tu cara.  Canciones que mientras suenan parecen anécdotas poco trascendentes pero que, en cuanto finalizan, ya han dejado poso. Y que, cuando llegue el otoño, ya serán parte de nuestras vidas. Manolo Domínguez

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