Desde la publicación de Un soplo en el corazón varios han sido los casos en los que, con más o menos sentido, se ha buscado sustituto al dúo formado por Javier e Iñaki. Pasó con Dar Ful Ful tras El artista adolescente, con Mirafiori e incluso con Niza. Todos han coincidido solo en una cosa, el proyecto se difuminó siempre tras el primer álbum, y del grupo no se supo más. Ahora, con este recopilatorio que sirve de estreno para la reactivación del imprescindible sello Annika, dos de ellos tienen también en común que hace relativamente poco tiempo se les ha realizado una merecida revisión a su trabajo, años después de la desaparición como dúo. Ojalá pronto se les uniera Dar Ful Ful con una reedición (¿en vinilo?) del Artista adolescente o la recuperación de material perdido o inédito (aunque igual esto sea más complicado de lo que podría parecer por las circunstancias en las que el grupo se separó).
En este caso, Annika ha decidido editar por primera vez en un vinilo (cuya portada es un claro guiño de Gregorio Soria a la de Cinco minutos, ¿con cierto homenaje al primero de Mecano?) el EP previo al disco debut, junto a las dos maquetas que publicaron en 2000 y dos temas aparecidos en sendos recopilatorios: Las reglas del juego que se incluyó en lo que parecía en su día el cd de despedida del sello y la versión de I don't need you que se incluyó en el cd homenaje a My Bloody Valentine Suicideisfine. Una colección de canciones que aparentemente podría parecer simple completismo, pero que tiene como gran aliciente la posibilidad de hacerse con las demos, que no todo el mundo (yo ya os digo que no) tiene en formato físico.
Estas diez canciones, así recopiladas como una obra única, son la mejor prueba para justificar el impacto que Mirafiori tuvo en su día, cómo las referencias que se ganaron en su momento (las comparaciones con Family, el acercamiento al sonido Sarah más electrónico, el título honorífico de nueva esperanza del indie pop nacional) eran más que merecidas y cómo solo la mala suerte hizo que la repercusión posterior fuera tan limitada. Cinco minutos es un pequeño hit indie (las tres del EP en realidad completan un trío perfecto de canciones pop), La casa del coleccionista o El amor al empezar demuestran que las maquetas ya contenían auténticas joyas y Las reglas del juego emociona como principio de lo que debió haber seguido siendo y, sin embargo, finalmente se quedó ahí.
Dejar escapar este recopilatorio si alguna vez fuiste fan de ellos, o si simplemente sigues manteniendo cierta sensibilidad pop, sería un error mayúsculo. La casa del coleccionista es mucho más necesario de lo que podíamos pensar antes de tenerlo delante, y nos devuelve el recuerdo de uno de los proyectos más interesantes de indiepop de la década pasada. Así da gusto volver. Manolo Domínguez.
En este caso, Annika ha decidido editar por primera vez en un vinilo (cuya portada es un claro guiño de Gregorio Soria a la de Cinco minutos, ¿con cierto homenaje al primero de Mecano?) el EP previo al disco debut, junto a las dos maquetas que publicaron en 2000 y dos temas aparecidos en sendos recopilatorios: Las reglas del juego que se incluyó en lo que parecía en su día el cd de despedida del sello y la versión de I don't need you que se incluyó en el cd homenaje a My Bloody Valentine Suicideisfine. Una colección de canciones que aparentemente podría parecer simple completismo, pero que tiene como gran aliciente la posibilidad de hacerse con las demos, que no todo el mundo (yo ya os digo que no) tiene en formato físico.
Estas diez canciones, así recopiladas como una obra única, son la mejor prueba para justificar el impacto que Mirafiori tuvo en su día, cómo las referencias que se ganaron en su momento (las comparaciones con Family, el acercamiento al sonido Sarah más electrónico, el título honorífico de nueva esperanza del indie pop nacional) eran más que merecidas y cómo solo la mala suerte hizo que la repercusión posterior fuera tan limitada. Cinco minutos es un pequeño hit indie (las tres del EP en realidad completan un trío perfecto de canciones pop), La casa del coleccionista o El amor al empezar demuestran que las maquetas ya contenían auténticas joyas y Las reglas del juego emociona como principio de lo que debió haber seguido siendo y, sin embargo, finalmente se quedó ahí.
Dejar escapar este recopilatorio si alguna vez fuiste fan de ellos, o si simplemente sigues manteniendo cierta sensibilidad pop, sería un error mayúsculo. La casa del coleccionista es mucho más necesario de lo que podíamos pensar antes de tenerlo delante, y nos devuelve el recuerdo de uno de los proyectos más interesantes de indiepop de la década pasada. Así da gusto volver. Manolo Domínguez.
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