Hubo un tiempo a principios de los 2000 en el que ciertos grupos alemanes popularizaron algo que se pasó a llamar indietronica. Una etiqueta que tuvo poco recorrido, porque más allá de los grupos madre (Lali Puna, The Notwist), no hubo nadie que la llevara con orgullo.
Pero estamos en 2016, y el francés Charles Braud ha publicado su disco de debut, en el que él mismo añade el tag en sus etiquetas de su bandcamp. Y no seremos nosotros los que le llevemos la contraria. Everything at once nos trae a la mente a los mejores The Notwist, incluso en las voces, y eso solo puede ser bueno. Y lo hace en canciones tan hit y tan redondas como Draw a line.
Everything at once, de comienzo pletórico con Clouding effect, que funciona a modo de intro, continúa con la mencionada Draw a line y otro de los singles, la titular Everything at once, un trallazo donde las guitarras toman protagonismo. También destaca la preciosa Catch a rainbow o Mistakes.
El disco, una suerte de pop electrónico y bailable, sin ningún tipo de pretensión ni arrogancia, quizás vea sus mejores momentos en la primera parte, dejando para la segunda las canciones con más desarrollos y relajadas (Blank memory track, Harold Beldon).
Un disco que seguro gustará a los aficionados al pop bailable (aunque sea en el dormitorio), directo y con mucho encanto.
Pero estamos en 2016, y el francés Charles Braud ha publicado su disco de debut, en el que él mismo añade el tag en sus etiquetas de su bandcamp. Y no seremos nosotros los que le llevemos la contraria. Everything at once nos trae a la mente a los mejores The Notwist, incluso en las voces, y eso solo puede ser bueno. Y lo hace en canciones tan hit y tan redondas como Draw a line.
Everything at once, de comienzo pletórico con Clouding effect, que funciona a modo de intro, continúa con la mencionada Draw a line y otro de los singles, la titular Everything at once, un trallazo donde las guitarras toman protagonismo. También destaca la preciosa Catch a rainbow o Mistakes.
El disco, una suerte de pop electrónico y bailable, sin ningún tipo de pretensión ni arrogancia, quizás vea sus mejores momentos en la primera parte, dejando para la segunda las canciones con más desarrollos y relajadas (Blank memory track, Harold Beldon).
Un disco que seguro gustará a los aficionados al pop bailable (aunque sea en el dormitorio), directo y con mucho encanto.
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