Ceremonia, 2012 Desde la publicación de Ceremonia, La Bien Querida ha dado un vuelco a su sonido con cada disco que ha publicado. Con la excepción de Fiesta, más continuista respecto a su debut, con cada álbum han dado un gran giro. Con Ceremonia pasaron del pop con raíces españolas de Fiesta a un tecno pop oscuro a lo New Order, y de ahí a algo más sofisticado y difícil de catalogar en Premeditación, nocturnidad y alevosía.
El que nos ocupa es su disco de 2012, el que nos hace entender que La Bien Querida es un proyecto mayor, un proyecto que va más allá de sus propias reglas. Aquí se lanzan de lleno al dreampop (Luna nueva, Carnaval), al krautrock (Arenas movedizas), y como comentaba, a los bajos y las guitarras influenciadas por New Order (A veces ni eso). De tono reflexivo y calmado, y con una producción envolvente, Ceremonia es especial para mí porque contiene una de mis canciones favoritas de los últimos años y claro, de LBQ, Pelea. Una preciosidad adorable que guarda el encanto de quién posee algo pero no es consciente. Javi
Premeditación, nocturnidad y alevosía (2015) El cuarto disco de La Bien Querida se planteó como 3 entregas en 3 eps de cuatro canciones cada uno. Finalmente se unificó todo ello en un disco al uso, en un conjunto que formaba una unidad perfecta. Una unidad perfecta debido a la consistencia de sus partes. Aquí predomina el lado oscuro de las historias de amor que Ana Fernández-Villaverde tan bien nos cuenta. Canciones como Ojalá estuvieras muerto es de lo más desgarrador que Ana ha escrito nunca, y cuenta con una producción sofocante de David, siempre sorprendiendo con la producciones que otorga a las canciones de este proyecto. Igualmente descorazonadoras son Vueltas o Carretera secundaria, especialmente bella esta última. En cambio, la clásica Muero de amor o Poderes extraños son el lado bueno de la historia del amor.
Con una producción, como comentaba, siempre llevada hasta sus últimas posibilidades, las canciones de Premeditación, nocturnidad y alevosía forman junto a Romancero, la mejor colección de canciones de La Bien Querida, aquí tocando el cielo bien de cerca. Javi
El que nos ocupa es su disco de 2012, el que nos hace entender que La Bien Querida es un proyecto mayor, un proyecto que va más allá de sus propias reglas. Aquí se lanzan de lleno al dreampop (Luna nueva, Carnaval), al krautrock (Arenas movedizas), y como comentaba, a los bajos y las guitarras influenciadas por New Order (A veces ni eso). De tono reflexivo y calmado, y con una producción envolvente, Ceremonia es especial para mí porque contiene una de mis canciones favoritas de los últimos años y claro, de LBQ, Pelea. Una preciosidad adorable que guarda el encanto de quién posee algo pero no es consciente. Javi
Premeditación, nocturnidad y alevosía (2015) El cuarto disco de La Bien Querida se planteó como 3 entregas en 3 eps de cuatro canciones cada uno. Finalmente se unificó todo ello en un disco al uso, en un conjunto que formaba una unidad perfecta. Una unidad perfecta debido a la consistencia de sus partes. Aquí predomina el lado oscuro de las historias de amor que Ana Fernández-Villaverde tan bien nos cuenta. Canciones como Ojalá estuvieras muerto es de lo más desgarrador que Ana ha escrito nunca, y cuenta con una producción sofocante de David, siempre sorprendiendo con la producciones que otorga a las canciones de este proyecto. Igualmente descorazonadoras son Vueltas o Carretera secundaria, especialmente bella esta última. En cambio, la clásica Muero de amor o Poderes extraños son el lado bueno de la historia del amor.
Con una producción, como comentaba, siempre llevada hasta sus últimas posibilidades, las canciones de Premeditación, nocturnidad y alevosía forman junto a Romancero, la mejor colección de canciones de La Bien Querida, aquí tocando el cielo bien de cerca. Javi
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