lunes, 13 de noviembre de 2017

c.tangana, ídolo (2017)

No me importa una mierda el número de ceros que tiene el contrato que C.Tangana ha firmado con Sony. No trago el Circo del Sol, ni me gustaba el de los payasos de la tele, y no voy a entregarme ahora a este. Pero él sí. Él tiene muy claro que es una parte imprescindible del triángulo formado entre el hip-hop, el trap y el éxito, y ha aceptado esas reglas no escritas para hacerse famoso. Probablemente esa puerta la forzó el día que citó a Pablo Iglesias en tuiter y se abrió de par en par cuando este le contestó. O cuando se definió como transexual en una entrevista realizada para los 40 principales y, el día siguiente a que esta saliera a los medios, se compartió en youtube el vídeo de Pop ur pussy. O ese vídeo presentado en exclusiva por la web de Interviú. El resto ya tenía que venir solo.

Yo toda esa pantomima la observo desde fuera, sin implicarme. Como cuando veía Gran Hermano y me entretenía con las estrategias (a veces curiosas, otras inocentes, casi siempre erradas) de los participantes. Si entras en el juego hay que hacerlo en serio, porque el juego son los ceros del contrato con Sony. Y por eso en la primera canción de Ídolo grita que las multinacionales llaman a su celular. O en Inditex, o en Espabilao o... Toda la temática del disco se circusncribe al binomio éxito-sexo. Y no hay más. Igual que no hay más en todo el latineo, el trap o el hip-hop actual. Esto no es el disco de Kate Tempest ni lo pretende ser.

Sin embargo, no puedo decir, no lo siento así, que Ídolo sea un fiasco o una decepción. A C.Tangana nunca me lo he tomado del todo en serio. Si parte del sex-appeal del trap nacional es esa radiografía que aparentemente hace de la calle y sus consecuencias, con todo lo creado por el colectivo Agorazein lo musical siempre primó frente a lo pedagógico. Y eso es lo que yo busco en el primer álbum realmente en solitario de Antón (LOVE'S ya se firmó como C.Tangana, pero en realidad seguía siendo un disco de Agorazein) y encuentro, si no de forma absoluta, si en partes.

La producción de Alizz, impecable, le da un indudable carácter de unidad a Ídolo. A pesar de que haya algunas canciones que ya conocíamos desde hace meses (Espabilao, Mala mujer, Pop ur pussy) no encuentras en absoluto ningún tufo a compilación. Y, sin que vaya sobrado de ellos, hay hits. Mala mujer y su cadencia latina lo es (lo que daría por escucharla interpretada por Los Fabulosos Cadillacs, con la voz de Vicentico dándole ese aire porteño). De pie, que cojea del mismo palo, podría serlo incluso más. O Pop ur pussy, Intoxicao (con esa cadencia en la que casi se le va la chulería) o Demasiado tarde. Pero en Caballo Ganador (creo que una de las preferidas del propio Tangana) parece uno más de la escena trap y en Tiempo casi ni eso... hasta que al final de la canción le da por meter melodía y confirmarse como la estrella que es.

La cosa al final va de que algunas de las canciones no son tan grandes como querríamos y otras no tan flojas como podríamos temer en un camino que nos deja con buen sabor de boca por un lado, y la sensación de que podía haber sido más (Antes de morirme o 100K pasos son mucho más) por otro. Pero eso sí, con la seguridad de que Tangana ha jugado bien sus cartas. Ahora a comprobar si no las pierde en una mala jugada. Manolo Domínguez

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