martes, 17 de marzo de 2015

especial tercer aniversario, un disco nacional de 2015: la bien querida, premeditación, nocturnidad y alevosía por manolo domínguez

El matrimonio de La Bien Querida con David Beef está ya más que consolidado. No se entiende a la una sin el otro y nadie imagina ya las canciones de Ana Villaverde sin la vestimenta instrumental que la estrella de David le regala en cada disco. Y en este triple 12", también editado en cd como Premeditación, nocturnidad y alevosía, donde se ha buscado, desde el diseño de las portadas a la imagen de los videoclips, que en toda la obra sobrevuele un aura de misterio e incluso cierta angustia, el clima opresivo que este impregna a las canciones parece venirle que ni pintado, dando como resultado una colección de canciones pop con dos caras, una amable y otra algo menos amable.


Sin embargo, yo no puedo quitarme la sensación de que, una vez recopilados los doce temas de los 3 eps en una obra única, el conjunto abruma y, en ocasiones, incluso ahoga las composiciones de Ana. Canciones mayúsculas oprimidas, sintiéndose al límite, que parecen sufrir para salir al exterior. Como Crepúsculo, que podría ser de Cecilia o de Ben Frost, Geometría existencial, donde el guiño al Ghost Rider de Suicide lo domina todo, o Encadenados, embarullada entre tanto efecto, que parece restar más que sumar. Ejemplos de como a veces más lo siento yo como menos. Pero esto no es generalizado. Poderes extraños se aprovecha de ese aire a New Order que tan bien le sienta a La Bien Querida cuando se quiere poner bailable, Carretera secundaria multiplica por mil su impacto gracias al tono épico de sus teclados, Ojalá estuvieras muerto se acompaña de guitarras que son navajas de furia e incluso odio, y Música contemporánea, tan Battiato, tan perfecta, sabe contenerse para que la melodía y el estribillo gobiernen sobre todo lo demás.

Y por encima de todo sobrevuela esa concepción tan amplia del pop que tiene Ana, que es capaz de recordarnos a Cecilia (Crepúsculo), al pop primerizo de Mecano pasado por el filtro de Los Punsetes (Vueltas), a Battiato (Música contemporánea) a La Buena Vida (El origen del mundo) a Manuel Alejandro (Alta tensión) a Mari Trini (Disimulando) y a todo el synth pop de los ochentas (Poderes extraños) sin perder un ápice de personalidad. Y claro, en el fondo buena parte de la culpa de esa personalidad, la tiene el equipo que han formado ambos juntos. La Bien Querida, en definitiva.

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