jueves, 19 de marzo de 2015

especial tercer aniversario: ¿por qué blood on the leaves no es mi número 1 en canciones? por manolo domínguez

De los árboles sureños cuelgan unos extraños frutos, sangre en las hojas y sangre en la raíz. Cuerpos negros se balancean en la brisa sureña, extraños frutos colgando de los álamos.

Así comienza Strange Fruit, la canción que dio a conocer Billie Holiday y que Nina Simone versionó en 1965, en pleno auge de la lucha por la igualdad racial en los Estados Únidos de América. Una letra que habla de los linchamientos más que habituales en la América de principios del siglo XX, y que en la voz de ambas se convierte en un llanto de lucha y resistencia. Pero también comienza así Blood on the leaves, el tema más impactante de Yeezus, el último disco del nuevo dios del hip-hop, Kanye West. Y lo hace precisamente porque Kanye ha utilizado un sampleado del tema de Nina Simone para dar cuerpo a la canción más impactante de su, en apariencia, disco más reivindicativo. Pero, como no podía ser de otra forma en el deformado, hinchado, ego del rapero, este lo hace sin el más mínimo respeto por el tema original, que se ha convertido gracias a la comunidad negra en un todo himno, una canción a la que aferrarse puño en alto.

Así, nos encontramos como Kanye rapea sobre las lágrimas de Nina Simone para explicar sus problemas con las mujeres que revolotean interesadas alrededor de su figura, en busca de drogas, de intereses económicos y de intentos para conseguir pensiones que les ayuden a jubilarse, o de diversos problemas con sus ex. Como si no existiese nada más en el mundo que él y sus idas de olla. Reduce la lucha por la igualdad racial a sus historias de rico y famoso y se atreve a cerrarla llamando apartheid al alejamiento de su mujer.


Una muestra inequívoca de que su ansia de poder le ha alejado del mundo, y se cree que es igual de importante el racismo al que se refiere Strange Fruit que su mundo de drogas, oro y dólares. Y por eso la usa a su antojo, con la misma falta de respeto que acierto en la producción, porque estéticamente es una canción perfecta. El acompañamiento de la voz distorsionada de Nina le confiere un aura de emotividad a la canción que difícilmente te deja indemne. Si no atiendes a la futilidad de lo que está contando, duele, toca hueso. Y, si no estuviera ahí la historia de los asesinatos de negros en la América racista, que desgraciadamente siguen ahí, más o menos disimulados, podría haber sido perfectamente el 1 de mi lista de canciones, pero todo, Kanye, todo, tiene un límite en esta vida. Y creo que él lo ha sobrepasado en esta ocasión, haciendo astillas la mejor canción de un cd soberbio, que no necesitaba de esa muestra exageradísima de absurda egomanía para serlo. Por mucho que nos tuviera ya acostumbrado a ellos.

2 comentarios:

  1. Entiendo tu malestar con la canción, a mí la primera vez que me fijé en la letra también me ocurrió lo mismo. Más tarde, caí en la cuenta que gracias a ella descubrí la canción de Billie y la versión de Nina Simone. Al final, Kanye con su ego hizo que me fijara en esta canción y que buscara información sobre lo que significa...es decir, en mi caso hizo efecto y creo que ahí está la magia. Desde una canción aparentemente superficial podemos ver una canción visceral y necesaria. Sin duda es mi segunda canción de Kanye favorita, por detrás de la joya de la corona: Runaway ; )

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  2. Entiendo lo que dices, y es comprensible, pero yo es que pienso que esa demostración de ombliguismo, sintiéndose incluso capaz de usar en esos términos un himno como ese, es demasiado gorda como para dejarla así sin más.

    Sí, es una canción brutal, con un uso del sampleado increible, acertadísimo en lo musical. Una canción casi perfecta... con un pero demasiado gordo como para pasarlo por alto.

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