Hoy no son los grupos que me atan al suelo. Hoy es uno de los grupos que atan al suelo a Manolo, New Order.
Entrada obligada, tras la mía de Joy Division. Ambas bandas que no solo atan al suelo, atan al universo.
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Estoy escuchando Ceremony y pienso en cómo New Order se convirtió en bote de salvación para Sumner, Morris y Hook. Sin Ian Curtis ya nada podía ser igual y la única salida era empezar de nuevo. Ceremony sería el lazo que sellaba la unión entre uno y otro, entre pasado (sí, Joy Division ya era pasado) y presente. Y Movement, el primer álbum de la banda tras el cambio de nombre y la incorporación de Gilbert, aún no dejaba a las claras esa transformación que terminó de cerrarse con la publicación, casi dos años después, de Blue Monday, los más de siete minutos del maxi-single más vendido jamás en el reino unido.
Yo me acerqué a ellos bastante más tarde, con la compra tardía de Technique atraído por la fascinación que me producían Unknown pleasures, Closer y Substance. Y lo que me encontré allí era algo radicalmente distinto, una obra sobre la que, aparentemente, solo pesaba la fiesta y el hedonismo acid post-rave, sin el poso amargo que tenían todas y cada una de las canciones que interpretó Ian Curtis en su corta carrera. En realidad esto era algo que, si uno empezaba a indagar en las letras del álbum, podía comprobarse que no era exactamente así, ya que en el disco ibicenco había también mucha pesadumbre, personalizada en la ruptura sentimental que poco antes sufría Bernard Sumner, pero que a mí me ayudó a comprender que New Order eran mucho más que los restos de un naufragio. Tanto como para atreverme hoy a decir que estos han sido mucho más importantes en mi vida que sus antecesores. Porque sí, porque si a mí me obligasen a elegir entre uno de ellos, Joy Division serían, con todo el dolor de mi corazón, los descartados de tan salomónica decisión.
Technique es uno de mis 5-10 discos preferidos. Un descenso a los infiernos de la fiesta total y el álbum perfecto para cerrar las discotecas con la mayor elegancia posible. Porque todos los que sitúan este lp en la escena ibicenca de finales de los ochenta lo deberían hacer dejando siempre claro que este no es un disco para bailar hasta morir, sino para escuchar después de la batalla. De amaneceres y atardeceres, de final de algo, más que de zénit. Y es que, aunque ahí más claramente que nunca, New Order siempre se han entregado a la pista sin perder del todo la melancolía. Desde Blue Monday hasta Bizarre Love Triangle, de The perfect kiss a Love vigilantes, por toda la discografía de la banda sobrevuela esa tristeza que hace que la celebración nunca sea completa. Como ocurre en nuestra rutina y como encontramos en todas esas canciones que nos hacen llorar y discos que cambian nuestras vidas. Y, aunque creo que, a pesar de lo importante que han resultado para mí, no podría decir que New Order hayan cambiado mi vida directamente, sí me atrevería a afirmar que estaban muy presentes en la gestación de otro disco que sí es 100% responsable de todo lo importante que me ha ocurrido desde septiembre de 2003. Y si no, pónganse el comienzo de Love Vigilantes justo después del de Martín se ha ido para siempre.
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El top 10 de Manolo de canciones del grupo es el siguiente:
1. Bizarre love triangle
2. Leave me alone
3. True faith (Shep Pettibone 12" Remix)
4. Ceremony
5. 1963
6. The perfect kiss
7. Round and round
8. Blue monday
9. Regret
10.All the way
Entrada obligada, tras la mía de Joy Division. Ambas bandas que no solo atan al suelo, atan al universo.
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Estoy escuchando Ceremony y pienso en cómo New Order se convirtió en bote de salvación para Sumner, Morris y Hook. Sin Ian Curtis ya nada podía ser igual y la única salida era empezar de nuevo. Ceremony sería el lazo que sellaba la unión entre uno y otro, entre pasado (sí, Joy Division ya era pasado) y presente. Y Movement, el primer álbum de la banda tras el cambio de nombre y la incorporación de Gilbert, aún no dejaba a las claras esa transformación que terminó de cerrarse con la publicación, casi dos años después, de Blue Monday, los más de siete minutos del maxi-single más vendido jamás en el reino unido.
Yo me acerqué a ellos bastante más tarde, con la compra tardía de Technique atraído por la fascinación que me producían Unknown pleasures, Closer y Substance. Y lo que me encontré allí era algo radicalmente distinto, una obra sobre la que, aparentemente, solo pesaba la fiesta y el hedonismo acid post-rave, sin el poso amargo que tenían todas y cada una de las canciones que interpretó Ian Curtis en su corta carrera. En realidad esto era algo que, si uno empezaba a indagar en las letras del álbum, podía comprobarse que no era exactamente así, ya que en el disco ibicenco había también mucha pesadumbre, personalizada en la ruptura sentimental que poco antes sufría Bernard Sumner, pero que a mí me ayudó a comprender que New Order eran mucho más que los restos de un naufragio. Tanto como para atreverme hoy a decir que estos han sido mucho más importantes en mi vida que sus antecesores. Porque sí, porque si a mí me obligasen a elegir entre uno de ellos, Joy Division serían, con todo el dolor de mi corazón, los descartados de tan salomónica decisión.
Technique es uno de mis 5-10 discos preferidos. Un descenso a los infiernos de la fiesta total y el álbum perfecto para cerrar las discotecas con la mayor elegancia posible. Porque todos los que sitúan este lp en la escena ibicenca de finales de los ochenta lo deberían hacer dejando siempre claro que este no es un disco para bailar hasta morir, sino para escuchar después de la batalla. De amaneceres y atardeceres, de final de algo, más que de zénit. Y es que, aunque ahí más claramente que nunca, New Order siempre se han entregado a la pista sin perder del todo la melancolía. Desde Blue Monday hasta Bizarre Love Triangle, de The perfect kiss a Love vigilantes, por toda la discografía de la banda sobrevuela esa tristeza que hace que la celebración nunca sea completa. Como ocurre en nuestra rutina y como encontramos en todas esas canciones que nos hacen llorar y discos que cambian nuestras vidas. Y, aunque creo que, a pesar de lo importante que han resultado para mí, no podría decir que New Order hayan cambiado mi vida directamente, sí me atrevería a afirmar que estaban muy presentes en la gestación de otro disco que sí es 100% responsable de todo lo importante que me ha ocurrido desde septiembre de 2003. Y si no, pónganse el comienzo de Love Vigilantes justo después del de Martín se ha ido para siempre.
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El top 10 de Manolo de canciones del grupo es el siguiente:
1. Bizarre love triangle
2. Leave me alone
3. True faith (Shep Pettibone 12" Remix)
4. Ceremony
5. 1963
6. The perfect kiss
7. Round and round
8. Blue monday
9. Regret
10.All the way
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