Descubrí a Chucho por un cd de los que regalaban con alguna revista de la época. En ese cd estaba El detonador EMX-3. Yo tenía 19 años. Mirado con el tiempo, caigo en la cuenta de que quizás era demasiado joven para las cosas de las que hablaba Fernando Alfaro en esa canción. Aunque claro, si te coge en esa edad, cualquier cosa que se salga de lo común llama la atención. O por lo menos, a mi intensidad adolescente se la llamó.
Después de esa llamada urgente, me fuí a un centro comercial y me compré 78, su primer disco. A partir de ahí, una relación de amor en el tiempo. De amor vigoroso, fuerte, desde dentro. Como la música de Fernando Alfaro, en la que nada es fácil. Eso lo hemos aprendido todos.
Pero lo mejor (eso no quiere decir que haya que pasar por alto a 78, ni mucho menos) vendría más tarde, con los siguientes discos del grupo. Con Tejido de felicidad y sobretodo Los diarios de petróleo. Dos discos que se clavan en lo más hondo. Personalmente me quedo con el segundo. Un disco que duele escuchar y que tras su escucha solo quedar llorar. A veces de tristeza infinita, otras de tristeza con esperanza.
Sobre los diarios de petróleo escribí un texto para Kafea et galletak, en un libro que publicaron en 2012. El libro se editó en vasco, por lo que pongo aquí el texto en castellano (el resto de textos están aquí):
"Fernando Alfaro, seguramente, ha tenido una vida más interesante que la mía. Mucho más, dónde va a parar. Esa es una de las cosas que pienso siempre que vuelvo a escuchar Los diarios de petróleo.
Fernando Alfaro se partió el pecho en dos, se abrió en canal, y de eso salió este disco. En la herida aún caliente, aún en carne viva, viven estas canciones cada vez que suenan en nuestra cabeza. Aunque más que en nuestra cabeza, en nuestras entrañas. Las canciones de Fernando Alfaro siempre han ocupado ese lugar, lo más profundo de nuestro ser. Sus historias, de amor y sangre, piden que las escuches desde ahí, si no lo haces, todo esto no sirve para nada. Sólo así, puedes llegar a comprender lo que pasa en El secreto de la ciencia, Abre todas las ventanas o Chapoteosis de chiquillos en la bañera. Sólo así puedes llegar a comprender una vida vivida al filo del abismo. La vida contada desde las páginas de un diario dónde están escritas a fuego las palabras honestidad brutal.
Porque si esto no es contar las cosas tal y como pasan y se sienten, no sé que podrá ser. No hay otra manera. Sólo Fernando Alfaro puede estremecernos de la manera en que lo hace. Porque no es lo mismo que lo cuente yo, con una vida de rutinas y aburrimientos, que él. No, no viene a ser lo mismo."
Tras estos dos discos, cimas en la música de los últimos años, bien es cierto que Koniec, que supuso el fin de la carrera de Chucho, no alcanzó el mismo nivel. Aunque también hay que tener en cuenta que un disco de Fernando Alfaro siempre va a estar, necesariamente, por encima de la media.
---
Y el correspondiente top 10. Todas en spotify menos Tocado, hundido
1. Magic
2. Ricardo ardiendo
3. Abre todas las ventanas
4. Revolución
5. Cirujano patafísico
6. Mi vida con fiebre
7. Tocado, hundido
8. Y rompe la tormenta
9. El detonador EMX-3
10. Gran angular
Después de esa llamada urgente, me fuí a un centro comercial y me compré 78, su primer disco. A partir de ahí, una relación de amor en el tiempo. De amor vigoroso, fuerte, desde dentro. Como la música de Fernando Alfaro, en la que nada es fácil. Eso lo hemos aprendido todos.
Pero lo mejor (eso no quiere decir que haya que pasar por alto a 78, ni mucho menos) vendría más tarde, con los siguientes discos del grupo. Con Tejido de felicidad y sobretodo Los diarios de petróleo. Dos discos que se clavan en lo más hondo. Personalmente me quedo con el segundo. Un disco que duele escuchar y que tras su escucha solo quedar llorar. A veces de tristeza infinita, otras de tristeza con esperanza.
Sobre los diarios de petróleo escribí un texto para Kafea et galletak, en un libro que publicaron en 2012. El libro se editó en vasco, por lo que pongo aquí el texto en castellano (el resto de textos están aquí):
"Fernando Alfaro, seguramente, ha tenido una vida más interesante que la mía. Mucho más, dónde va a parar. Esa es una de las cosas que pienso siempre que vuelvo a escuchar Los diarios de petróleo.
Fernando Alfaro se partió el pecho en dos, se abrió en canal, y de eso salió este disco. En la herida aún caliente, aún en carne viva, viven estas canciones cada vez que suenan en nuestra cabeza. Aunque más que en nuestra cabeza, en nuestras entrañas. Las canciones de Fernando Alfaro siempre han ocupado ese lugar, lo más profundo de nuestro ser. Sus historias, de amor y sangre, piden que las escuches desde ahí, si no lo haces, todo esto no sirve para nada. Sólo así, puedes llegar a comprender lo que pasa en El secreto de la ciencia, Abre todas las ventanas o Chapoteosis de chiquillos en la bañera. Sólo así puedes llegar a comprender una vida vivida al filo del abismo. La vida contada desde las páginas de un diario dónde están escritas a fuego las palabras honestidad brutal.
Porque si esto no es contar las cosas tal y como pasan y se sienten, no sé que podrá ser. No hay otra manera. Sólo Fernando Alfaro puede estremecernos de la manera en que lo hace. Porque no es lo mismo que lo cuente yo, con una vida de rutinas y aburrimientos, que él. No, no viene a ser lo mismo."
Tras estos dos discos, cimas en la música de los últimos años, bien es cierto que Koniec, que supuso el fin de la carrera de Chucho, no alcanzó el mismo nivel. Aunque también hay que tener en cuenta que un disco de Fernando Alfaro siempre va a estar, necesariamente, por encima de la media.
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Y el correspondiente top 10. Todas en spotify menos Tocado, hundido
1. Magic
2. Ricardo ardiendo
3. Abre todas las ventanas
4. Revolución
5. Cirujano patafísico
6. Mi vida con fiebre
7. Tocado, hundido
8. Y rompe la tormenta
9. El detonador EMX-3
10. Gran angular
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