Hay que decirlo ya: Los Lagos de Hinault se han convertido con la publicación de Flores de Europa en uno de los grupos más destacados del momento y más a tener cuenta en el futuro.
Flores de Europa destaca, en un primer momento, por el alto nivel en las letras de cada una de sus canciones. Su particular visión de la realidad y su afilado sentido del humor resulta certero y, lo más importante, nada cargante ni sarcástico, con lo que sus temas resultan cercanos e incluso en muchos casos entrañables.
En todo caso, Carlos Ynduráin se desmarca como uno de los retratistas más agudos de la realidad que nos rodea actualmente.
Flores de Europa también se perfila como un disco más compacto y uniforme que Vidas ejemplares, su disco de debut. Las canciones fluyen y se complementan de manera perfecta, haciendo que la escucha del álbum se haga cortísima y solo quieras volver al principio una y otra vez. Esto, claro, también es por la duración total: 13 canciones en 25 minutos. Los Lagos de Hinault no necesitan más para contarnos todo lo que Flores de Europa nos ofrece.
Otro de los aciertos de Flores de Europa son los maravillosos y omnipresentes coros de Matilde C. Tresca, la otra mitad del grupo junto a Carlos, que dan profundidad a las canciones.
Otro de los aciertos de Flores de Europa son los maravillosos y omnipresentes coros de Matilde C. Tresca, la otra mitad del grupo junto a Carlos, que dan profundidad a las canciones.
Flores de Europa es un disco idóneo para la fecha en la que se ha publicado. Imposible no disfrutarlo estos días en los que ya aprieta el calor y salimos todos a la calle.
Y no, mi madre no sabe las metáforas que hacemos. Que si lo supiera, de una guantá nos quita toda la tontería
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