Donde La vida es extraña y rara era una caída al vacío, un asomo al precipicio (bien ilustrado en su portada), Saint-Malo, el tercer disco de Alfaro en solitario (siendo estricto, el segundo, tras el primero con los Alienistas) es la tregua que todos necesitamos para que todo siga funcionando. Un alto en el camino, en el camino que no se cansa de ponernos piedras para que caigamos. El descanso del guerrero.
En Saint-Malo, Fernando Alfaro suena en paz. Las 13 canciones del disco, a pesar de tratar los temas que tratan, suenan en paz. Y eso no puede resultar más que bueno.
En Saint-Malo seguimos encontrándonos al Alfaro que nos toca, que nos llega muy adentro. En la preciosa Saariselkä Stroll (una de últimas mejores canciones), en Tempus fugit ("tenías toda la vida por delante, ahora la tienes toda por detrás"), en El ascensor de Herodes, en Pijama de fantasma, en la sincera declaración de amor de La eternidad, canciones en las que caes por su sencillez, por su falta de pretensiones.
Estas canciones nos las encontramos en la primera parte del disco, a medida que avanza nos encontramos con ese otro lado suyo más oscuro (La edad media) y enérgico (en las estupendas Se aniquila piso o La luna aplastada), pero incluso en estas canciones se nota ese halo de tranquilidad. Quizás la dura La edad media ("el sol del mediodía, de repente, se desplomó sobre el mundo para siempre") sea la que se sale un poco de esto.
Para finalizar, la mencionada La eternidad y la ¿plácida? despedida formal de Eso fue todo. Un ajuste de cuentas ("adiós amigos, good night y a mis enemigos, goodbye") final.
Aquí y ahora, Fernando Alfaro está de vuelta, uno de nuestros grandes héroes, algo de lo que alegrarse siempre.
joe crepúsculo, nuevos misterios (2015)
En Saint-Malo, Fernando Alfaro suena en paz. Las 13 canciones del disco, a pesar de tratar los temas que tratan, suenan en paz. Y eso no puede resultar más que bueno.
En Saint-Malo seguimos encontrándonos al Alfaro que nos toca, que nos llega muy adentro. En la preciosa Saariselkä Stroll (una de últimas mejores canciones), en Tempus fugit ("tenías toda la vida por delante, ahora la tienes toda por detrás"), en El ascensor de Herodes, en Pijama de fantasma, en la sincera declaración de amor de La eternidad, canciones en las que caes por su sencillez, por su falta de pretensiones.
Estas canciones nos las encontramos en la primera parte del disco, a medida que avanza nos encontramos con ese otro lado suyo más oscuro (La edad media) y enérgico (en las estupendas Se aniquila piso o La luna aplastada), pero incluso en estas canciones se nota ese halo de tranquilidad. Quizás la dura La edad media ("el sol del mediodía, de repente, se desplomó sobre el mundo para siempre") sea la que se sale un poco de esto.
Para finalizar, la mencionada La eternidad y la ¿plácida? despedida formal de Eso fue todo. Un ajuste de cuentas ("adiós amigos, good night y a mis enemigos, goodbye") final.
Aquí y ahora, Fernando Alfaro está de vuelta, uno de nuestros grandes héroes, algo de lo que alegrarse siempre.
joe crepúsculo, nuevos misterios (2015)
Parece increíble, pero Nuevos misterios es ya el séptimo disco de Joe Crepúsculo. El séptimo disco en una discografía que dio inicio hace 7 años, en 2008.
Desde entonces, Joël Iriarte, no ha parado de publicar canciones y discos, de enriquecer y dotar a su sonido de nuevos matices.
Para Nuevos misterios, profundiza en lo mostrado en Baile de magos, pero llevándolo mucho más allá. Ya sonaba "grande" en ese disco, pero aquí se confirma. Ahora, el sonido de Joe Crepúsculo es más robusto, tiene más fuerza. Se podría decir que aquí Joël aplica cada una de las vertientes que hemos visto en sus discos. No solo las aplica, las mezcla, las pervierte. A todo esto, en Nuevos misterios se añaden nuevos elementos: las palmas de Tomasito a lo largo de buena parte del disco o las colaboraciones de Soleá Morente o Las Negris. Algo que en Somos perros es para que te vuele la cabeza. O en A fuego.
Del folclore sintético hispanoamericano de Corazón de colmillo al trap de la ya mencionada Reina del locutorio, de ahí a la casi Calamaro La morada o la fangoriana La verdad.
Una locura. Otra fabulosa locura de Crepus. Que parecía difícil molar más todavía, pero es posible. El Crepus revienta el molar.
El reino de la nuez (con Svper) o Flor de luz (con La Bien Querida), fantásticas ambas, son las que más podrían encanjar en anteriores discos. Tampoco faltan los hits a los que nos tiene acostumbrados, A fuego (Crepus a Eurovisión, ya), La verdad o Maricas están a la altura, que digo, son hitazos como una catedral. Como La Seu. Y no es decir poco.
Maricas es versión de la canción incluída en el primer disco de Los Punsetes, que realizó para un programa de Radio 3 recientemente.
Destacar también la portada, obra de Gerard Armengol, que como Gran Amant realizó un disco fabuloso en 2011 y como ilustrador cuenta con una dilatada carrera.
Del folclore sintético hispanoamericano de Corazón de colmillo al trap de la ya mencionada Reina del locutorio, de ahí a la casi Calamaro La morada o la fangoriana La verdad.
Una locura. Otra fabulosa locura de Crepus. Que parecía difícil molar más todavía, pero es posible. El Crepus revienta el molar.
El reino de la nuez (con Svper) o Flor de luz (con La Bien Querida), fantásticas ambas, son las que más podrían encanjar en anteriores discos. Tampoco faltan los hits a los que nos tiene acostumbrados, A fuego (Crepus a Eurovisión, ya), La verdad o Maricas están a la altura, que digo, son hitazos como una catedral. Como La Seu. Y no es decir poco.
Maricas es versión de la canción incluída en el primer disco de Los Punsetes, que realizó para un programa de Radio 3 recientemente.
Destacar también la portada, obra de Gerard Armengol, que como Gran Amant realizó un disco fabuloso en 2011 y como ilustrador cuenta con una dilatada carrera.
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